miércoles, 8 de junio de 2011

Movimiento Campesino Indígena denuncia persecución y criminalización

08.06.11 - Argentina
Camila  Quiroz
Periodista de ADITAL
Adital
Dos líderes campesinos del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) de Argentina fueron detenidos en la provincia de Santiago del Estero, en los últimos dos días. Simultáneamente, se expidió la orden de detención contra otros 12 dirigentes. En una nota publicada hoy (8), el movimiento denuncia la persecución política que vienen sufriendo, la cual se considera parte de un proceso de criminalización.
El día 6, ocurrió la primera detención, de Alcides Santillán, puesto en libertad a la tarde. Poco después, a la noche, Rafael Martín Galván fue detenido bajo la acusación de amenazas a Hortensia Policarpio de Valderrama. Ayer (7), el movimiento presentó una solicitud de libertad para los compañeros, pero no obtuvo respuesta del juez que expidió la orden de detención, Tarchini Saavedra.
Para completar la ofensiva, el 4º juzgado criminal de la capital de la provincia (también denominada Santiago del Estero) expidió, el día seis, una orden de detención contra los militantes Ángel Strapazzón, René Santillán, Javier Santillán, Lino Santillán, Deolinda Carrizo, Hugo Carrizo, Gustavo Carrizo y otros cinco. Son acusados de asociación ilícita, daños, usurpación y portación de armas de guerra.
En el comunicado, el MNCI afirma que la policía y la justicia de Santiago del Estero están utilizando "procedimientos fuera de la ley y maniobras que recordamos desde los tiempos de la dictadura y del juarismo” para intimidar a los campesinos.
"Estos compañeros y compañeras, entre muchos miles, son luchadores por la igualdad, la justicia, por el derecho a la tierra, a la soberanía alimentaria, comprometidos con las campesinas y campesinos y los sectores populares y eternos defensores de los derechos humanos”, aclaran.

domingo, 10 de abril de 2011

Bicentenario: ¿de la revolución a la independencia?


------------------------------------------------------------

Esclavos

  
Martes, 04 de Enero de 2011 13:00
(APe).- El empleado del peaje lo vio y sintió que era la fotografía más cabal de un cristo abandonado a toda suerte. Con la morochez eterna en la piel, los ojos sesgados y el pelo renegrido estaba sentadito con el torso desnudo a un costado de la ruta 226, solo, con la vulnerabilidad que le asomaba por cada uno de sus poros. Cuando le preguntó qué hacía ahí y adónde pensaba viajar, él primero no entendió ese español que le resulta tan ajeno y a la tercera vez que le repitió, contestó tímidamente, como en un hilo de voz, que a Bolivia. Ya el turno del empleado había terminado, lo cargó en su auto y lo llevó hasta el barrio boliviano de la ciudad, a miles de kilómetros de su tierra. Recién con los suyos y en quechua todos pudieron ir uniendo las piezas desperdigadas del rompecabezas de su historia. Que se llamaba Waldemar, que tenía 17 años, que habían sido duros días de trabajador quintero, traído quién sabe por quién y cuándo, que los métodos de control eran férreos y denigrantes, la paga irregular y que quien sabe de dónde había sacado la osadía para birlar la atención de los capataces al empezar aquella tarde a caminar hasta llegar al peaje. Indocumentado, cansado, totalmente desorientado y sin rumbo, representaba –sin imaginarlo, siquiera- a millones de waldemares esclavizados sobre la tierra.
Cómo saberse tan hermano de Ezequiel Ferreyra, pequeñito y frágil, devorado por los monstruos de la perversidad que lo llevaron a la no vida cuando lo arrojaron al trabajo esclavo escondido detrás de la promesa falsa de la empresa avícola Nuestra Huella. Cómo Waldemar habría de imaginarse que once años más niño que él, Ezequiel iría siendo carcomido en un martirio feroz de tanto manipular agroquímicos, de tanto respirarlos y meterlos lentamente en su piel, desde las mucosas.
Seguramente jamás escuchó en sus largos 17 años el nombre Nidera. Probablemente impronunciable para su quechua tan ajeno a palabras como traders exportadoras o como Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores. Palabras pertenecientes a un universo tan lejano a su pueblo del origen del que lo arrancaron un mal día para ofrecerle quimeras inalcanzables. No sabrá jamás por qué hay marioneteros de crueldad que ven crecer sus propias montañas de oro arrastrando a los waldemares y a los ezequieles al submundo de la esclavitud.
¿Acaso es posible comprender esa inmensa capacidad para la maldad, lección –diría Hannah Arendt- de la terrible banalidad del mal? ¿Es posible entender esa voluntad atroz de ser piezas fundamentales de un sistema de opresión?
Una pintura perfecta de ese sistema es el que se desnudó en un campamento en campos cercanos a San Pedro mientras las copas chocaban para brindar por un año lleno de paz y armonía. 130 personas, entre ellas 30 niños y adolescentes, ajenos al espíritu festivo fueron rescatados en condiciones que el médico Julio Caraballo, director de Bromatología de San Pedro, definió como semejantes a las de un campo de concentración. Y describió cómo un adolescente se bañaba con agua que sacaba de un recipiente de agrotóxicos.
Números en la estadística feroz de la trata de personas para explotación laboral. Sin nombre. Sin edad. Sin sueños. Sin vida propia. Sin un destino que torcer desde su propia voluntad.
Como Waldemar, ellos tampoco sabían dónde estaban. Tan fuera de su Santiago del Estero, esa tierra tan cansina y pobre pero suya. Simplemente fueron reclutados por Nidera –transnacional de granos- para trabajar en la cosecha del maiz “en la mejor empresa” para ser arrojados luego como esclavos indeseables en el campamento con la amenaza de que quien se fugase, cargaría con la mochila del castigo al resto de su cuadrilla de trabajo.
Dormían en trailers de chapa, hacinados de a veinte, con jornadas laborales de diez horas, sin luz ni agua potable, pagando puntualmente en cifras descomunales cada trocito de alimento que engullir: 80 pesos, la bolsa de papas; 65, la de cebollas; 8, un kilo de pan viejo o 35 por un paquete de fideos con el logo del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia.
Eran el ejército de producción en serie de un sistema macabro que sólo engorda los bolsillos de los poderosos. De los que ríen obscenamente desde sus pedestales mientras tantos otros miran distraídamente hacia otro lado.
Son los waldemares y los ezequieles, descartables por origen y portación de historia. Los expoliados en esta tierra asentada sobre las bases de la inequidad y la desidia. En donde termina transformándose en natural la ferocidad de unos pocos, manipuladores expertos que juegan a un juego atroz, en donde siempre las víctimas son los nadies, los hijos de nadie, los dueños de nada.

Fuente: Página 12



------------------------------------------------------------
Mesa de los arrabales 
28/12/10

Por Claudia Rafael
(APe).- La mesa es tan larga que las risas no se escuchan de un extremo al otro. Ni siquiera el ruido de los vasos cuando chocan entre sí para el brindis. Es que está llena de pibes y, ya se sabe, los pibes son escandalosos y no se ruborizan ante el grito extemporáneo del otro. En todo caso, lo festejan con una carcajada. Unos cuantos corretean porque para qué quedarse quietos si la adrenalina fluye como ríos huracanados. Si no hay amarras que los retengan y sólo saben que el futuro es hoy aunque se los hayan truncado definitivamente.

Cada año son más alrededor. Pero lo que sobra es espacio allí en los arrabales de la vida así que no importa. Allí la propiedad privada no existe y el único pasaporte es un manojo de sueños que se escurran entre los dedos. Poco menos del millar en la larga mesa no cumplieron siquiera los 21. No los dejaron. Les talaron los días y se los congelaron para siempre. Entre ellos hay casi un centenar que directamente es hiperactivo y salta, juega a trepar en un árbol muy cercano y se trenza en luchas imaginarias. Nunca cumplieron los 14 y ya tampoco los cumplirán. Como Diego Gómez, que apareció para el brindis por primera vez hace ocho años. Morocho y con un par de tatuajes en los  brazos, se le rió en la cara al policía que ahí mismo, en la puerta del boliche, se la juró.

Para esta Nochebuena eran 3093 entre los tablones que van adosando en hilera infinita. Hubo 20 nuevos cada mes durante el 2010. Uno más cada 28 horas. Y quién sabe cuántos sumarán en la última noche del año. Cuántas sillas más habrá que acercar.

Como las uvas de incontables racimos fueron cayendo por las balas certeras de alguna fuerza de seguridad desde el 83 hasta ahora.

Matías Bravo tenía 15 cuando una bala le detuvo para siempre la respiración. El ya es parte de esa larga mesa desde hace 7 años, cuando iba jugando con la zurda a patear la pelota pero al padre del jefe del Comando de Patrullas le molestaba el griterío de los purretes en un barrio de los márgenes de Olavarría, sacó el arma y disparó a matar. Canturrea a veces y otras silba porque conversador, mucho no es. Amaba al Diego y por eso canta como el Potro y repite una y otra vez esa parte que dice que “carga una cruz en los hombros por ser el mejor, por no venderse jamás al poder enfrentó”. Y mientras la dice tal vez hasta se imagina que si hubiera sido menos tímido, más osado, a lo mejor zafaba de la bala. Pero a él siempre se les escaparon fácil los pensamientos. Era como que no los podía retener demasiado tiempo en su cabeza.

A veces le hace un pase a Ezequiel Demonty. Se dio cuenta enseguida cuando lo vio llegar con sus 19, que seguramente sería bueno si se enfrentaban en un picadito. Entre palomitas y rabonas le contó algo pero Matías se olvida de esas cosas y sólo recuerda que le habló de los policías en el Riachuelo. No mucho más. Después de todo, se conocieron para la larga mesa en las fiestas de 2002.

Son unos cuantos los recién llegados. Diego Bonefoi anda medio perdido todavía. El es de los más nuevos. Lo mandaron derechito a la mesa los proyectiles policiales en el Alto, en Bariloche. Ahí donde la cuarta parte de la gente de toda la ciudad no tiene siquiera casita propia. Donde no hay laburo y donde no hay con qué pelearle a la vulneración cotidiana. El Diego también deja la mesa de a ratos y se trenza a pelearle la pelota a Ezequiel o al resto. Pero por momentos se sienta y dibuja, como contó su maestra que tanto le gustaba hacer.

Son los pibes desclasados y golpeados por la violencia del Estado. Los que no tienen y buscan pertenecer. Los que se dejan seducir por promesas vanas que nunca se cumplen. 3093, dice la Correpi que van siendo los que caen de los hilos por los que transita su vida.

En el lateral de un tablón medio partido Mariano Ferreyra discute apasionadamente de política con Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Y entre cerveza y cerveza meten un bocadito Mauro Ojeda, que quedó plantado eternamente en sus 19 y Francisco Escobar con sus 25 bajados por las balas de la represión ahicito nomás de la Navidad del 99. 
Hablan del país, del hambre. Mariano insiste con la selectividad de la represión que crece y descarga su ira porque no tolera que la mesa se haga más y más larga. Y un poco más allá Diego Lamagna, con sus 27 eternos y Carlos Petete Almirón, de 23 insisten una y otra vez con que fue Kirchner quien ascendió a Ernesto Weber a comisario. 
En la nochebuena no faltó quien dijo que si dios no existe para qué estamos acá brindando y otro le respondió que, después de todo, Navidad deriva de nativitas y que entonces sean bienvenidos todos los nacimientos del mundo porque una y otra vez nos nacemos a nosotros mismos, nos transformamos, nos parimos desde el abrazo colectivo como eternos cristos marginales.

Todos repiten que la larga mesa del fin de año no deberá tener una sola silla más aunque temen. Saben bien, aunque miren la vida desde el callejón donde las utopías rotas quedaron dibujadas en una pintada callejera que tal vez no sea así.

Ensayan un brindis improvisado. Juntos para siempre. Frágiles colibríes que no estaban hechos para este mundo. Sabedores pertinaces de que la rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos, como les contó en ese nuevo universo que transitan alguien que tampoco estaba hecha para esta vida.

Justicia cero y otros relatos 
29/12/10

Por Oscar Taffetani
(APe).- “Puse el corazón en Dios y salté. Una desagradable impresión de espinas me reveló que había saltado el obstáculo; pero ¡oh dolor! en el trayecto se me había caído la sandía, que yacía entre las aguas cenagosas del foso. Me detuve y observé a mi vasco: ¿daría el salto? Lo deseaba, en la seguridad de que iría a hacer compañia a la sandía. Pero aquel hombre terrible meditó, y plantándose del otro lado de la zanja, apoyado en su tridente, empezó a injuriarme (…) sólo recuerdo que en el momento en que tomaba un cascote, sin duda para darle un destino  contrario a los intereses positivos de mi vasco, vi a mis dos compañeros correr en dirección a las casas y al vasco de los melones despuntar por el vado y dirigirse a mí. (…) Eran las tres y media de la tarde y el sol de enero partía la tierra sedienta e inflamada cuando con la cara incandescente, los ojos saltados, sin gorra, las manos ensangrentadas por los zarzales hostiles,  saltamos por la ventana del dormitorio”.

Aunque el montevideano Miguel Cané (1851-1905) tenía poco más de un año cuando su familia, después de la batalla de Caseros, cruzó el charco de regreso a Buenos Aires, fue reconocido como el gran escritor, intérprete y funcionario de la generación argentina del Ochenta. En las páginas de Juvenilia -de donde fue extraído el párrafo que abre esta nota-, así como en los textos de ciertas leyes debatidas en exiguos cenáculos y aplicadas al conjunto de la población,  brilla el mejor (es decir, el peor) Miguel Cané, espejo fiel de un actitud, de un pensamiento y una manera de entender la Argentina.

Casi veinte años después de las excursiones desde la Chacarita de los Colegiales hasta la quinta del vasco Etchevarne, en pos de ajenos melones y ajenas sandías, Cané recuperó en Juvenilia aquella etapa de su vida de estudiante. Y casi veinte años después de Juvenilia, ya devenido Senador de la Nación, fue capaz de redactar el texto de la Ley de Residencia, ese texto (infame) que dice que el Poder Ejecutivo “podrá ordenar la salida del territorio de la Nación a todo extranjero que haya sido condenado o sea perseguido por los tribunales extranjeros por crímenes o delitos comunes”.

Haber robado una sandía, una bolsa de harina, una liebre de los campos o un leño del arroyo para hacer un par de zuecos (nos viene a la memoria la hermosa película de Ermanno Olmi) ya era razón suficiente para ser expulsado de la Argentina de los ganados y las mieses, en tiempos del primer Centenario. Una ley para el rico y otra para el pobre. Una Constitución que abría los brazos a “todos los hombres del mundo” y una ley que permitía poner en un barco y deportar a aquellos trabajadores europeos del sueño civilizatorio, cuando se atrevían a señalar (oh bárbaros, oh infieles) la injusticia social. 
El Warnes como metáfora
"A las 15.30 del 26 de setiembre de 1951 –recordaba en una carta el vecino Oscar Alberto Félix Viola Etchevarne- se hizo presente el doctor Méndez San Martín, que era ministro de Educación y secretario de la fundación (un organismo que había creado Eva Perón). Vino con camiones y obreros. Procedió a aislar la vieja casa que había construido mi tatarabuelo en 1829. Cortó los alambrados y se metió dentro del predio".

El gobierno justicialista y aquel apéndice de su política social que fue la Fundación Eva Perón, habían dispuesto en 1951 la expropiación de las tierras alambradas e incultas de los Etchevarne,  ubicadas en el centro de la ciudad de Buenos Aires. Allí se levantaría, según los planes, “el más grande complejo hospitalario-pediátrico de Sudamérica”. Serían más de 94 mil metros cuadrados cubiertos, provistos del más moderno instrumental para la atención de los niños y sus madres. La estructura de aquel hospital estaba terminada cuando sobrevino la Revolución Libertadora (ésa que la historia rebautizó, con razón, Fusiladora). Pero, además, los pulmotores e incubadoras traídos por cuenta de la Fundación fueron destruidos en los calientes días del ‘55. Y  hasta las sábanas de hospital con el logo bordado de la institución, fueron echadas a las llamas. El destino de aquel mega hospital ya estaba cifrado cuando algún funcionario decidió rebautizarlo Albergue Warnes e intentó cambiar su suerte.

Hacia 1961, los habitantes de una de las primeras villas miseria de la ciudad fueron enviados al Warnes. No había cloacas, ni luz eléctrica ni agua potable. Pero la medida (humanitaria) conseguía liberar los terrenos de la villa para un pingüe negocio inmobiliario.

Tal como escribimos en nuestra nota anterior, fue el gobierno del justicialista Carlos Grosso el que decidió en los ’90 poner fin al largo litigio con la familia Etchevarne. Y lo hizo de un modo que la historia nunca absolverá: devolviendo las tierras expropiadas a los sucesores de Etchevarne, con el compromiso de nivelar los terrenos y liberarlos de escombros y malezas (!). Acto seguido, los Viola Etchevarne vendieron las tierras al consorcio francés Carrefour, para que se edificara allí un hipermercado.

Las más de 600 familias desalojadas del Warnes fueron enviadas al improvisado Barrio Ramón Carrillo, construido contra reloj por la Municipalidad porteña, en terrenos baldíos y contaminados  de Villa Lugano, al sur de la ciudad.

No sólo no se había construido el gran hospital público dedicado a la infancia, sino que al barrio miserable a donde se trasladaba a los desalojados se le imponía el nombre de quien fuera el primer médico sanitarista argentino. Una mueca del destino.

En estos tórridos días finales de 2010, los descendientes de aquellos pobres migrantes de los ’90, que fueron capaces de asentarse y vivir al borde de la quema y de los basurales, protestan por las ocupaciones ilegales de terrenos por parte de otros migrantes y desplazados. Otra mueca del destino.

La tierra, en la Ciudad Autónoma, cada vez cotiza más alto. Y tras el fenómeno de Puerto Madero, de la Boca, de Barracas y otros barrios del Sur que fueron recolonizados, llega el turno del bajo Flores, de Lugano, de Soldati, de Villa Riachuelo y Villa Porvenir. El mensaje es siempre el mismo: esta tierra no es de ustedes; váyanse a otro lugar.
Igualdad ante la ley
Los comodatos firmados por la ciudad de Buenos Aires con instituciones económicas, sociales y culturales, por los que se cedieron tierras en los lugares más apetecidos de la Reina (la estancia de Rosas, en Palermo; la ribera del río de la Plata; las instalaciones portuarias desactivadas) casi nunca fueron respetados. Y los terrenos y construcciones prestadas fueron transferidas por sus tenedores a terceros sin que un fiscal (salvo honrosa excepción) denunciara esas maniobras.

Varios palacios de la administración estatal, sufragados por el esfuerzo de generaciones argentinas (sedes de YPF, Obras Sanitarias, YCF, Gas del Estado, BANADE, etcétera) fueron entregados por el valor simbólico de “un dólar” durante el aluvión privatizador de los ’90. Todavía hoy, en los terrenos aledaños de los principales ferrocarriles, al Norte, al Sur y al Oeste, pueden verse carteles (ilegítimos, inconstitucionales) que rezan Propiedad Privada, cuando quienes ocupan los predios son concesionarios, y no propietarios.

Sin embargo, los herederos genéticos e ideológicos de Miguel Cané hoy se llenan la boca hablando del “espacio público”, y agitándolo como argumento para acallar la demanda de los nuevos sin tierra y los nuevos desheredados. Si pudieran, les aplicarían a esos “invasores” la Ley de Residencia (aunque para su indignación, a mediados del siglo XX, fue derogada).

Se consuelan pensando que ya saldrá un nuevo Miguel Cané, un redactor de leyes, para determinar que las sandías robadas en la juventud no fueron ilegales, pero la naranja que se lleva un pibe wichí a la boca, para calmar su sed, está incursa en cierto artículo y cierto inciso de la santa doctrina de la Tolerancia Cero.

O sea: cero legitimidad. Cero justicia. Cero democracia. Cero república.

Hasta siempre la victoria 
30/12/10

Por Alfredo Grande
(APe).- Es importante intentar encontrar el núcleo de verdad de ese delirio sistematizado que es el pensamiento de derecha. Quizá tarea de otros y otras con mas talento y mejor formación. Sin embargo la crítica social no es un tema de especialistas. Y el pensamiento crítico lo tenemos todos y todas, con diferentes niveles de sistematización. Lo que siempre conviene criticar es el discurso del Poder. O discurso del Amo, para algunas vertientes del psicoanálisis. O al decir del psicoanálisis  implicado, el imaginario que construye sin prisa y sin pausa la cultura represora. Hablar entonces de hegemonía, de pensamiento único, de sermones sin montaña, de insoportables encíclicas laicas, de crear todo el tiempo chivos y chivas expiatorios, cultivar hasta la hediondez la descalificación de todo aquello que no sea Razón de Estado. En otros tiempos, muchos y muchas de los que hoy sostienen de una manera sofisticada, incluso académica, una versión del “le pertenezco”, sostenían utopías libertarias y se orgasmeaban con “Sea realista: pida lo imposible”. Es decir: no confundían táctica con estrategia, ni coyuntura con estructura, ni la alianza de clases para enfrentar al fascismo, con la desaparición del clasismo como horizonte político.
-----------------------------------------------------------

Noticias de la patria okupa 
22/12/10


de http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia 
Por Oscar Taffetani


Sole, muchacha en llamas, 
que te merecías otro mundo


(APe).- Antes de que termine de escurrirse el Bicentenario, con sus discursos y espectáculos, con sus muertos y resucitados, permítasenos poner sobre la mesa una cuestión de principios. Se trata de la libertad. Y de la dignidad de la persona humana. Y del derecho de los pueblos.

Los ideólogos y motores de la Revolución de Mayo (Moreno, Belgrano, Castelli, Monteagudo) tuvieron gran coincidencia en un punto: era una revolución criolla y americana, llamada o romper con el yugo español y con la opresión de siglos; llamada a hermanar a los pueblos sin distinción de razas ni origen.

Ya en junio del año 10 la Junta despachó su primera expedición al Desierto, con un mensaje de paz, de convivencia y de intercambio comercial hacia los dueños originarios de las Salinas Grandes. Para el año 13, la Asamblea abolió los instrumentos de tortura y decretó la libertad de vientres. En el 16, tras el Congreso de Tucumán, la declaración de la Independencia fue transcripta al quechua y el aymara. Tres hechos simples y significativos, que no necesitan interpretación.

El Preámbulo de la Constitución Nacional, redactada, sancionada y promulgada en 1853, habla de “asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino”. Tampoco necesita interpretación.

Al debatirse la reforma de nuestra carta magna, en 1994, observando la necesidad de enunciar los derechos especiales que asisten a las comunidades originarias, fue redactado el artículo 75, que manda “reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos (…) garantizar el derecho a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural (…) y reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan”. Este artículo sí necesita interpretación, ya que de cumplirse a rajatabla mandaría a desalojar a los ocupantes “blancos” de la mayor parte del territorio nacional.

Ironías aparte, queda claro que en el plano de los principios (es decir, de las ideas que sustentan la nacionalidad argentina) hay una continuidad y una coherencia de las que deberíamos sentirnos orgullosos.


Soldati, un espejo del país

Un extraño foco de malestar social y subdesarrollo humano se ha creado en Villa Soldati, barrio pobre y castigado del sur de la ciudad de Buenos Aires. A la sorpresiva ocupación del Parque Indoamericano por un grupo de familias sin techo le siguió una brutal represión policial que causó tres muertes, produciéndose luego una parálisis de gobierno (por tironeos entre la Ciudad y la Nación) que posibilitó el masivo acampe de más de 13 mil personas, hasta que una task-force de gendarmes, socorristas y empleados consiguió desalojar el predio, que fue vuelto a cercar con rejas y que hoy es custodiado por una guardia permanente.

El foco del Indoamericano no se extinguió allí, ya que un grupo de familias sin techo de Villa Lugano comenzó a establecerse en los terrenos del Club Albariño, muy cerca del Parque, y hasta estas horas resistían el cerco pòlicial y el hostigamiento de los vecinos.

Tras los incidentes en el Albariño cobró notoriedad la situación de un predio de nueve hectáreas del Complejo Futbolístico Diego Armando Maradona, del club Argentinos Juniors, también en Villa Soldati, cuyo muro perimetral fue anillado con toldos y viviendas precarias, hasta el punto de ya ser imposible el ingreso de los deportistas al predio.

Curiosamente, muchos de los vecinos que apedrean y hostigan a los ilegales pertenecen al barrio Ramón Carrillo, que fue creado en 1990 para trasladar a 646 familias desalojadas del ruinoso Albergue Warnes antes de su demolición. Esas familias habían ocupado los monobloques del Warnes en 1961, cuando fueron desalojadas de otra villa miseria que había en la ciudad.

Buenos Aires prácticamente no ha variado su población a lo largo de 50 años. Y en este medio siglo las administraciones municipales, a pesar de contar con el tercer presupuesto del país, aún no han sido capaces de cubrir el déficit de vivienda. La gran cantidad de inmuebles alquilados ayudó a disimular la carencia, pero al dispararse los precios generales en los últimos meses, se hizo imposible para miles de familias alimentar a sus hijos y a la vez pagar el alquiler. Mientras tanto, el presupuesto de la Ciudad para el rubro Vivienda no fue ejecutado ni en una cuarta parte. Y el gobierno nacional, que se ufana de haber construido medio millón de casas en distintas provincias, ha desatendido sólo por recelos y pujas políticas sus deberes para con los habitantes de la Capital Federal.

Ahora, la indigencia y la precariedad que golpea a ocho millones de argentinos estalla en la cara de los funcionarios y compromete a una dirigencia que sólo ha sabido especular y sacar mezquino partido del hambre y la necesidad de los humildes.


            Squatters, aquí y allá

En los ’80, cuando arreciaba el neoliberalismo en Europa y muchos barrios industriales quedaban abandonados o despoblados, grupos de jóvenes comenzaron a ocupar provisionalmente los galpones, los talleres y las casas, convirtiéndolas en viviendas, pero también liberándolas para la poesía, el arte y la denuncia política y social. En Inglaterra se los llamó squatters (genéricamente “ilegales”).

Más tarde, cuando la ola se extendió a España, Italia, Alemania y los Países Bajos, apareció la palabra okupa. Esa letra ka –muy importante- marcaba el espíritu de resistencia. Aquellos jóvenes no sólo estaban ocupando una casa porque no tenían donde dormir. La ocupaban porque sostenían el principio (anarquista) de que toda propiedad, si no tiene un sentido comunitario, es un robo a la  sociedad. Y estaban denunciando, de ese modo, los olvidos e incumplimientos del Estado.

El neoliberalismo produjo en Europa su versión del Estado ausente. Creó el  vacío de Estado. Y los okupas llenaron ese vacío con la solidaridad y la resistencia del grupo, de la banda, de la pequeña organización política y cultural.

Una bella y joven muchacha del Barrio Norte porteño, licenciada en Turismo y con un futuro asegurado por su origen de clase, eligió a los veinte años enamorarse de un joven anarquista y dedicarse a la acción directa contra la depredación ambiental, en el norte de Italia. Se llamaba María Soledad Rosas, la Sole Rosas, y entre los okupas y squatters del mundo es ya una leyenda de lucha y rebeldía.

Acusada -aunque no se pudo probar- de ecoterrorismo y subversión (sic), fue encarcelada con su compañero Edoardo Massari y luego separada de él y trasladada. En marzo de 1998, tras el dudoso  suicidio de Massari en prisión, el Partido Verde le sugirió a Sole que aquella muerte “serviría para sensibilizar a los jueces”. Ella contestó con una carta ejemplar, llorando la muerte de Edo y maldiciendo al juez que necesitaba una muerte para dictaminar sobre un derecho. En julio de ese mismo año, en la casa donde cumplía con el arresto domiciliario, se quitó la vida.


La de Sole Rosas es una historia triste y sabrán disculparnos los lectores por traerla a cuento en este diciembre de 2010, cuando se acerca la Navidad y también, para muchos, las vacaciones. Pero sólo pensemos por un momento en esas muertes absurdas, evitables, que se produjeron en el Parque Indoamericano, hace pocas semanas, sólo porque ciertos funcionarios y ciertos dirigentes argentinos necesitan que el pueblo derrame sangre para entender la necesidad impostergable del agua, del pan y la vivienda digna.


Están todos 
20/12/10

http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia 
Por Silvana Melo 


(APe).- Ese día extremo de hace nueve años se brotaba la piel escaldada del país y, simbólicamente, Fernando De la Rúa redactaba su renuncia en temible soledad. Mientras en el afuera de su autismo político el grito que ordenaba el destierro total de toda la dirigencia se parecía al apocalipsis del sistema, del Estado y de las joyas del capitalismo impiadoso y orgiástico que había reinado con fluidez y consenso en las últimas tres décadas.
La represión, la muerte, la oscuridad, el estallido de un programa económico - pac man que deglutió sueños, salarios, dignidad, aparato productivo y excluyó como para siempre a una porción  impactante de los sectores populares desparramó muertos en los pavimentos de todo el país. La sangre otra vez derramada, la misma de siempre, más del 50% de la población desbarrancada a la pobreza y la indigencia, los hambrientos en las calles para hacerse visibles y la sensación amarga del no futuro bajo la presidencia interina y forzada del mismo hombre que hoy -justamente hoy- lanza su candidatura para intentar otra vez ser presidente legitimado por los votos populares.
Nueve años después, de todos los socialmente expulsados por el grito que unió apenas por un rato a la clase media y a los desarrapados, muy pocos son los que se fueron. La mayoría está ahí, firme y reciclada. Incluso el hombre que hoy se lanza en Costa Salguero, justamente hoy. Como una ironía gélidamente calculada.
Desde aquellos tiempos tronantes que sólo fueron una cáscara patética de la revolución sólo quedó una muerte política simbólica: la de Fernando De la Rúa. Una retracción lógica de la pauperización aluvional post-devaluación. Y la brutal marca del desencanto.
Entre el 2002 y el 2010 el PBI subió un 70%. El crecimiento económico fue exponencial. Pero no existió una debilitación proporcional de los niveles atroces de pobreza e indigencia. Algunos ejemplos: es inexpugnable -o al menos lo parece- el 35 % de trabajadores en negro, desterrados de las obras sociales, de los créditos bancarios, de los aportes jubilatorios, de las paritarias y del respaldo sindical. Desaparecidos laborales.
La inflación trepante sin pausa desde 2006 puso en marcha una fábrica de pobreza sin día de descanso, perversamente negada desde la Nación. Una falacia que cierra todas las puertas a la puesta en práctica de programas serios: si el problema no existe, no hay necesidad de distraer energías generando soluciones. Si la inflación oficial es del 11 % pero la real es de 25, la canasta básica total oficial es de 1244 pesos pero la real -al menos la que calculan las consultoras privadas como FIEL- llega a 2054. Pobreza oficial 12real 25. No son goles. Son hombres, mujeres, niños -generalmente niños- con ojos, historias, piernas y barrigas deficitarias. Según un estudio del Cedlas-Universidad Nacional de La Plata, el 40 % de la población pobre son chicos menores de 15 años. Y más del 60, menores de 25. Es decir: la niñez y la juventud -con escaso acceso a la escuela y puertas selladas en el mercado laboral- en situación de hipoteca. Es decir: el futuro con la espada de Damocles a punto de partirle en dos la cabeza.
La concentración de la riqueza instala a la desigualdad social como el huevo de la serpiente. La injusticia estructural genera violencia, la violencia pare reacción social, cárceles, criminalización de la pobreza, gatillo fácil, exclusión violenta. Y en un círculo a distancia sideral de la virtud, una sociedad que desconfía de la otredad y de la diferencia y le manda a la policía.
Soldati y las decenas de ocupaciones que desataron los invisibles que de pronto tuvieron cara y palabra -y palos y balas en el costado y muerte también- en el diciembre de nueve años después,  pueden soportar lecturas conspirativas. Al fin y al cabo los mismos monstruos están sueltos y se alimentan del caos y la sangre. Pero hay un elemento incontrastable: nada sería posible si no existieran millones de personas que no tienen techo bajo el que puedan descansar sus huesos, si no fuera real la subejecución vergonzosa del presupuesto para viviendas del gobierno macrista y la repartija clientelar, punteril y amiguista de los fondos para construir casas por parte del gobierno kirchnerista; si el negocio inmobiliario en las villas fuera cuento, si no se estafara vilmente a las familias migrantes y a los obreros que ganan 1500 pesos con alquileres de 700 por construcciones de una precariedad indigna.
Poco ha cambiado desde el espejismo de la expulsión social de los dirigentes políticos más descarados e insensibles.
Todos están ahí. Cuarenta millones de personas habitan la Argentina. Quince millones viven en la provincia de Buenos Aires. En capital y GBA, dos millones y medio habitan en viviendas precarias. En los alrededores de los barrios privados, en los márgenes de las autopistas. Frente a hoteles lujosos. La desigualdad procaz. El destierro de tantos que un día vuelven. Y toman aquello que, están convencidos, alguna vez se les quitó. ¿De qué orden judicial pueden hablarles a quienes los despojó la in - justicia?
Poco y nada cambió en el país en las últimas décadas para los que no tuvieron ni tienen techo y piso donde caerse muertos. Si quienes viven en countries, se rodean de rejas y alarmas y rottweilers, hablan de inseguridad, ¿qué palabra será la que defina la falta del espacio propio donde pararse sin que se mueva a los pies, donde haya techo para que no llueva en las noches ni el sol escalde? ¿Será inseguridad o la herramienta del mismo capitalismo orgiástico e impiadoso que el espejismo de un minuto creyó expulsar hace nueve años?
Aunque la asignación por hijo -licuada poco a poco por la inflación que se niega- esbozó un mínimo sueño de inclusión, se mueren tobas, niños misioneros, niños de Salta y Formosa, por falta de alimentos. Y miles cada año por enfermedades parientes de la pobreza.  
En la Argentina vive el 0,65% de las gentes del mundo. La Argentina produce el 1.61% de la carne y el 1.51% de los cereales que consumen las gentes del mundo. Pero no le alcanza para sostener la vida de los que se mueren por hambre.
A nueve años de aquella cáscara gris de revolución que no fue, están los mismos. Que vuelven a postularse para ser Presidentes. Mientras un niño se muere por hora. Y ése es el escándalo más grande de la historia.


------------------------------------------------------------
 Luces y sombras del descubrimiento
de gas no convencional en Neuquén


Por Diego Mansilla.- En los últimos días se ha difundido en los medios la noticia de un mega descubrimiento de gas natural en la provincia de Neuquén por parte de YPF. Las expectativas creadas por el anuncio fueron muy grandes, llegando a decirse que “tendremos gas por 90 años” o que nuestro país “dejará de importar gas natural”. Todo parecía indicar que Argentina había iniciado un camino similar al de Brasil con el Pre-Sal y se mostraba como un indicador de lo acertado de la política hidrocarburífera nacional.

No obstante, pocas fueron las aclaraciones y especificaciones por lo que es necesario estudiar detenidamente dicho descubrimiento para poder comprender la verdadera dimensión del anuncio y hasta qué punto esto cambia la actual estructura energética argentina. Antes que nada es necesario reconocer que este hecho es muy positivo para el país tanto por el aumento de reservas probadas de gas natural que permiten un respiro en la acuciante situación actual (con apenas 8 años de reservas contra los 34 que existían en 1989) y la mayor extracción que estas permitirán. Además este anuncio da mayores expectativas de nuevos aumentos de reservas ya que gran parte de la provincia de Neuquén cuenta con una estructura similar. Leer más»

-------------------------------------------------------------

Villa Soldati - Los tres artículos más el de Alfredo Grande buscalos junto a otros en Agencia Pelota de Trapo
08/12/10



Editorial


(APe).- Balas de plomo, itakas, disparos desde el puente hacia la villa 20 de Lugano y en Soldati. Violencia asesina de sueños y de ternuras que intenta talar toda semilla, aún antes de que asome y tome vuelo colectivo.

En el Parque Indoamericano los punteros vendían lotes por 900 a 3000 pesos. Decenas de desesperados sin casa, sin tierra, sin espacio para vivir pero vivos pagaron o firmaron pagar. El 90 por ciento no llega a la canasta familiar en el sur de la ciudad. Ni cerca.

Al parque con nombre de América india, de América fuego y río, no va nadie: está descuidado, los pastizales tienen la libertad del crecimiento infinito y al costado la Federal expone su cementerio de autos secuestrados. Allí les prometieron casas desde hace años.

En poquitas horas el Parque lleno de ratas, charcos podridos y desidia se llenó de gente. Traían los techos bajo el brazo y la Justicia demoró apenas minutos en ordenar el desalojo. En segundos la Policía Federal, la Metropolitana y la Guardia de Infantería entraron con armas, carros hidrantes, patrulleros y bota fuerte. Murieron “El Gallo” Bernardo Salgueiro y Rosamery Puña, una vecina boliviana de 28 años. Hay decenas de heridos. Una nenita de dos años tiene un balazo en el cuerpo. Wilson Fernández Prieto, cuñado de “El Gallo”, pelea por su vida en el Piñeyro.

El joven paraguayo vivía en la villa 20 con sus 18 hermanos. Era albañil. La mujer boliviana salió a ver qué pasaba. La bala la atravesó en el costado.

Las policías entraron al parque equipados como para repeler la invasión de un ejército enemigo. Mataron y llevaron detenidos a decenas de hombres y mujeres a la Comisaría 36. 

Aunque el ministro de Espacio Público del gobierno porteño, Diego Santilli, había asegurado que el “operativo de desalojo había terminado bien”, que “no se habían producido incidentes graves”.

La tierra es ancha, se dobla con el horizonte. Y generalmente es ajena. Miles. Decenas de miles no tienen ni tendrán espacio en la tierra. La tierra es sueño. La tierra es futuro. Es pie seguro y es techo. Construir futuro es edificar un lugar en el mundo. Lo saben los qom formoseños. Lo sabe Mariano Ferreyra. Lo saben los excluidos de Soldati.

Cuatro muertos en un mes y medio. Cuatro balazos contra los que asoman de vez en cuando de los confines de la noche a la que fueron expulsados.

La muerte es la herramienta más eficiente para re-encender el silencio.

Representaciones 
06/12/10

Por Silvana Melo
(APe).- Como grandes estructuras musearias se levantan las representaciones en una democracia aún joven pero ya demasiado despojada de rebeldías. Palacios glamorosos y con el oropel de los honores se levantan en el corazón de la Provincia más populosa, más conflictiva y más conflictuada, más inmigrada y más dual. 138 legisladores son representantes de quince millones de personas que se desparraman desde el nudo explosivo del conurbano a los pequeños pueblos que se desertifican en el sur.

Acaso alguna vez habrá espacio, horario y voluntad política de discutir las representaciones antes de que el sistema se vuelva un cascarón hueco con una dirigencia puesta a adorarse el ombligo y a urdir construcciones propias, a veces partidarias y otras -muchas- exclusivamente personales. Edificaciones burocráticas y discrecionales sólo para sostener la propiedad de una banca. Que suele traer consigo un cajoncito con privilegios y beneficios para la creación de un pequeño universo clientelar apuntado a la supervivencia.

De los quince millones habrá pocos, muy pocos, que conozcan a quienes están puestos en los palacios para representarlos. Y quienes los conocen difícilmente los admiren. ¿Quién representa cabalmente al peón ignorado por el superproductor sojero y por el sindicato rural-patronal? ¿Quién al tercerizado ninguneado por propios y ajenos? ¿Quién al que jamás llega hasta el fin del mes con una mesa modestamente poblada? ¿Quién a los pibes que se desnutren, que se enferman por falta de agua buena y cloacas, que dejan la escuela, que se abrigan en la calle, que reaccionan contra el mundo cuando crecen, si crecen? ¿Quién a la piba que tiene un bebé a los 14? ¿Quién a la madre de la piba que la tuvo a los 14, que tiene en el cuerpo y en el alma los golpes de algún puño y las marcas del abandono, que sale a trabajar de lo que venga porque tampoco fue a la escuela como ya no va a ir su hija?

Como silbando el disimulo, en medio de la discusión del presupuesto 2011 para la Provincia, la Legislatura aprobó el propio. Con un 21 por ciento de aumento si se lo compara con el de 2010. Cada legislador implica un costo individual de 7.800.000 pesos al año. 21.400 pesos por día. Una cifra muy alta para el representador. Y millones de representados que no saben -y tal vez no sabrán nunca- en qué se esfuma tanto dinero.

Hablemos entonces de representaciones. Habrá que discutir abiertamente cómo re-dibujar un sistema que deja de tener sentido en sí mismo si no cumple con la determinación original, la del inicio de los tiempos institucionales. Es decir, representar en su concepto jurídico: actuar en nombre de otros. O en su concepto estético: evocar algo en la imaginación. Invariablemente se tocan, a pesar de su proveniencia diversa. Para actuar en nombre de otros es imprescindible evocarlos en la imaginación. Burdamente, cada legislador representa a 109 mil bonaerenses. Con sus anonimatos y sus desgracias. Con sus privilegios y sus marginaciones. ¿Habrá un momento de la representación en que un diputado o un senador evoque en la imaginación a los más débiles, a los olvidados por todos los tramos de la crónica del país y por todos los estamentos del estado? Convengamos en que si hay quienes necesitan con la urgencia del abismo representantes fuertes que negocien con el arriba -hasta dios si estuviera a mano- son los que apenas se sostienen en la cola de la historia.

El gasto legislativo llegará en 2011 casi a 1.080 millones de pesos. Uno de los saltos presupuestarios más elevados de los últimos años.

En los casi 8 millones que implicará anualmente la existencia de cada uno de los legisladores están implicados otros números que van más allá de sus dietas –es decir, sus sueldos-: los diputados contaron en 2010 con cifras altísimas para designar y asalariar a un grupo de colaboradores; una cifra interesante para viáticos, otra para subsidios y otra para becas.

(Los legisladores nacionales, además, pueden conceder pensiones no contributivas).

Es decir que cada banca se convierte legalmente en un kiosco partidario, personal o clientelar. En un pequeño ministerio que, generalmente con arbitrariedad, decide a quién le entrega o no -el sistema permite que sea casi por gracia real- un beneficio.

¿Cuántos de los 138 piensan en los centenares de miles o en los millones que abarca su sección electoral? ¿Cuántos evocan en la imaginación a aquellos vulnerados a quienes representan? ¿Cuántos son capaces de resignar su propia necesidad de supervivencia en un ámbito vorazmente darwinista por representar a quienes representan? ¿Cuántos sienten que tienen una multitud de ignorados y anónimos a sus espaldas cuando discuten en una comisión, levantan una mano o no la levantan o cuando deciden trabajar tres días a la semana, pagar su banca y asalariar a medios parlamentarios para asegurarse su aparición en tres noticias por mes?

Para algunos, representar es re-presentar. Es decir, volver a presentar públicamente la necesidad de los que fueron antes y serán nadies después. Pero en el medio tendrán el minuto de imagen real y ya no evocada en la foto del diputado sonriente que le entrega un subsidio en acto público.

Es, entonces, volver a discutir sin prejuicios un sistema de representatividad que se vuelve un sofisma al primer análisis profundo. Un solo legislador contiene en sí mismo 35.500 asignaciones por hijo de 220 pesos.

Discutir representatividad no implica cuestionamientos a la existencia de las instituciones.  Contrariamente al uso que harían de estos debates los impugnadores de la política. Discutir representatividad es empezar a caminar hacia un sistema en el que los representantes se bajen de su olimpo diosente y se paren a la altura de la otredad representada. Donde millones de números encarnados, olvidados, apenas sobrevivientes, esperan que alguien alce una mano que los incluya. Que alguien lleve su palabra cascada y rupestre a los grandes foros.

Y ese camino nunca es oneroso. Por lo menos si se habla de dinero.
Iustitia 
07/12/10
Por Claudia Rafael
(APe).- La justicia ha sido concebida a lo largo de la historia como una de las herramientas más impecables para el abordaje del control social. A abismos de distancia de aquellas definiciones jurídicas que la ubican como el camino de la armonía, no hay demasiados engaños para su aceitado funcionamiento. Responde -diría Stanley Cohen- a las visiones que se tienen del orden social y de la sociedad en el imaginario de la burguesía durante la Modernidad.

Cómo no contraponer ciertas historias de nuestro tiempo -la de los pibes entrampados en las miserias, la de los vulnerados de toda dignidad, la de los rebeldes que alzan su grito ante la inequidad- con aquella vieja idea de la herramienta penal como marca disciplinaria. Como amenaza atroz. Saltar ciertos hilos delgados hacia los territorios que abren conciencias, rebelarse ante lo férreamente establecido o querer escapar de todo universo opresor a riesgo de devastar el cerebro comporta cargar sobre los propios hombros con lo que los hombres del derecho llamarían todo el peso de la ley.

------------------------------------------------------------
DEMOCRACIA: del erotismo a la pornografía
  
Viernes, 10 de Diciembre de 2010 00:00
Mendigo12“algunos llevan agua para su molino; otros le quitan el agua al molino ajeno”
“en una cultura no represora, habiendo ascensor el propietario no se hace responsable del uso de la escalera”.
(aforismos implicados)

“Enriquecimiento ilícito de Jaime: está en manos de Oyarbide. El fiscal Rívolo trata de establecer, sobre la base de los archivos de las computadoras, si un Lear Jet valuado en 4 millones de dólares que el ex funcionario usaba como suyo fue adquirido por tres empresarios para Jaime. También hay evidencias de que Vázquez negoció con una empresa brasileña la compra de un yate valuado en 1,5 millones de dólares. Dádivas recibidas por Jaime: el juez Bonadio recibió una copia de los mails porque está a punto de elevar a juicio oral a Jaime por recibir dádivas, pues viajó gratuitamente en vuelos privados pagados por empresas a las que debía controlar. Los 20.000 correos, fotos, facturas y documentos que ya revelaron detalles vinculados con la recaudación de fondos para la campaña kirchnerista y negocios ferroviarios y aeronáuticos con empresas de diversos países serán clasificados para dar origen a nuevos expedientes. Con un detalle de alto impacto político: no se analizarán sólo las conductas de Vázquez y de Jaime, sino también las de todos los funcionarios que firmaron contratos.
LA NACIÓN. Domingo 5 de diciembre de 2010 “


(APe).- La profecía fundadora de la recuperación de la democracia fue..¿hace falta decirlo? que con la democracia se comía, se educaba, se curaba. El pudor republicano del que fuera posteriormente nominado como padre de la democracia, omitió incluir que también se robaba, asesinaba, destrozaba. Por lo tanto se sostuvo una polaridad excluyente y maniquea que consistía en el imperativo categórico y político: “democracia o dictadura”. Suponer en esa primavera del 83 que la dictadura podía prolongarse en la democracia, era considerado golpista (el significante destituyente no estaba acuñado aún). Los que repudiamos el Felices Pascuas y el pacto Menem -Alsogaray, todavía recordamos las escupidas recibidas por muchos y algunas muchas que hoy son implacables con los gobiernos de todos los antecesores K. Mas allá o menos acá de las palabras, lo democrático que no es lo mismo que la democracia, y que incluso a veces coincide, tiene un erotismo asociado con el inmenso placer que brinda la lucha contra todas las formas de opresión. Un ejemplo histórico fue la Unión Democrática que no pudo impedir que lo democrático quedara ligado a la propuesta política de Juan Domingo Perón. Varias décadas después tampoco lo consigue, y la gestión de la Alianza no fue por cierto favorable a ese intento. Por lo tanto el intento de unir la democracia con lo democrático es similar al intento de unión entre matrimonio y pareja. Sabemos que aunque ésta haya emigrado a otros espacios, el matrimonio muchas veces sigue. A pesar de las opciones que ofrece el divorcio. La pregunta es: ¿si lo democrático emigra tiene sentido sostener la democracia? Se me ocurren tres respuestas: SI  / NO / DEPENDE DE QUIEN GOBIERNE. No es poca cosa notar que todos los golpes de estado, (que es la situación en la cual el estado entra de golpe en toda nuestra vida,) hayan tenido el discurso justificatorio de la pérdida de lo democrático y la inevitable necesidad de suspender la democracia para recuperarlo. Voy a decirlo claramente: si Néstor Kirchner recuperó el erotismo de la democracia, en la actualidad ese erotismo ha sido arrasado. Nos queda la pornografía de los negociados, robos calificados agravados por el vínculo, abuso de todas las autoridades, enriquecimiento ilícito y cobarde, etc. Como seguro se habrá notado, considero la palabra corrupción como una estrategia encubridora de la cultura represora. Lo mismo que la palabra inseguridad. Es encubridor en tanto no se corrompe algo puro, sino que se evidencia en el andar la podredumbre que estaba disimulada con los perfumes que emanan de las urnas eleccionarias. No creo que el poder corrompa. Lo corrompido, corrompido está y por eso busca mas poder para amplificar el área de cobertura. Como la medicina prepaga, que tiene mucho de prepaga y poco de medicina. Esta es también una democracia pre paga: se paga primero y se cobra después. Y de paso, también se mata. De Formosa a Villa Soldati, pasando por el Puente Pueyrredón, Ingeniero Budge, la discoteca República de Cromagnon, la profecía alfonsinista ha sido una y otra vez desmentida. Nos cansamos de preguntar por Julio Jorge Lopez y quizá nos cansaremos de preguntar por Luciano Arruga. Desde ya, los que preferimos lo democrático a la democracia, poco nos importa los agravios por sostener nuestro derecho a pensar. Sin pensamiento crítico la democracia vaciada de lo democrático, pasa a ser una corporación de poderes, un mínimo de tres, y un máximo solo acotado por las utopías mafiosas que tienen su propio horizonte. ¿Para que les sirve la utopía? preguntaría parafraseando a Galeano. Para afanar. Siguen robando para diferentes coronas, incluso las propias. Y en esa planificación sistemática del robo, el erotismo del placer y la sensualidad del poder es desvastado. La pornografía democrática en su desmesura grotesca y patética permite el pasaje del ejercicio del poder a la tenencia de los privilegios. Y no solo jubilatorios. La Asamblea del año XIII debería ser revisitada, ya que 200 años después, las clases dirigentes han degradado a castas gerenciales. Algunos llaman a esto, quizá en forma benévola, la caja. Que cada vez que abre nos recuerda a la de Pandora. Pero la memoria de los robos calificados que en nuestra democracia han sido, tiene el beneficio de variadas formas de alzehimer político. Y nos permite comprobar, con amargura pero también con la sana rabia de la rebeldía, que la dictadura que todavía no pudimos vencer es la dictadura del capital. Y de todos los crímenes cometidos en su nombre. Y no hay seriedad de ningún capitalismo que nos obligue a olvidarlo.
------------------------------------------------------------

  
Jueves, 25 de Noviembre de 2010 08:14
serpiente1Para la cultura represora, donde hubo fuego, solo cenizas quedan. No puede percibir que debajo de las cenizas, las brasas siguen quemando”
(aforismo implicado)

“El modelo de sociedad multicultural fracasó totalmente” En un giro a la derecha, advirtió que el extranjero debe adoptar los valores alemanes. La primera ministra alemana Angela Merkel hizo correr ayer escalofríos a media Europa al afirmar, en un imprevisto giro a la derecha, que “ha fracasado totalmente” el modelo de sociedad multicultural germano. Hablando en Postdam a los jóvenes de los partidos democristianos CDU-CSU, que gobiernan junto con los liberales, dijo que los inmigrantes son necesarios “como mano de obra” pero “deben integrarse y adoptar la cultura y los valores alemanes”. Y siguió: “los inmigrantes deberían aprender a hablar alemán”. El tono fue decididamente antiislámico. “Nosotros nos sentimos vinculados a los valores cristianos y quien no lo acepta no tiene lugar aquí”, agregó Merkel. Enseguida se cubrió: “El islam forma parte de Alemania”. Afirmar que la cohabitación e integración armoniosa de culturas diferentes (la “multikulti”) resulta “un fracaso total” en el país más importante de Europa, con 80 millones de habitantes y una economía que es líder mundial junto con EE. UU., China y Japón, no puede sino desatar una honda preocupación en todo el continente. Ahora Merkel amenaza con mandar de vuelta a su país a los inmigrantes que no aprendan rápidamente el alemán. Lo peor de lo peor es que ha crecido al 10%, y sube, el porcentaje de los alemanes que sienten nostalgia de un “Führer”, un líder carismático estilo Adolf Hitler. Clarin 18-10-10 Por Julio Algañaraz Roma. Corresponsal.

(APe).- Con la finalización hace décadas de la denominada “guerra fría”, el capitalismo decide que han regresado los tiempos de calentar la contienda. Lo que se pone nuevamente en debate, es la vigencia de un paradigma político cultural. No estoy tan seguro que las ideas no se matan. Pero estoy completamente seguro que las ideas matan. Y que todos los genocidios han sido precedidos, casi diría anunciados, por ciertos tipos de ideas. Sin embargo, el cultivo nauseabundo de ideas que la cultura represora sostiene, tiene algunas características que merecen destacarse, y luego, casi enseguida, descartarse.
Nótese el predominio del “debe”. O sea: el eje discursivo es un imperativo, y diría que bastante categórico. Integrarse por deber, es bastante parecido a ser pacificado por la espalda, como nos contara el querido Mario Benedetti. Si la integración armoniosa fue un fracaso, que además fue un fracaso total, la propuesta de la Diabla Merken (aceptemos que lo de angela parece un chiste de Landriscina) suena a la de una especie de boluda total. La desagradable Diabla propone una integración no armoniosa (perdón que reitere, pero nos dice que la armoniosa fracasó) y será un tema de politólogos y comentaristas deportivos como puede alguien no armoniosamente integrarse. Quizá más correcto hubiera sido decir: desintegrarse. Aceptar los valores cristianos para poder pertenecer, suena a una especie de solución final en clave de hipocresía democristiana liberal. Supongo que tanto en Alemania como en Argentina un fascista es un liberal  asustado, y es notable el esfuerzo de los intelectuales orgánicos del capital para ocultar, clonar, disfrazar, encubrir, mimetizar, a los fascistas en otras especies de apariencia menos predadora. Ya no se trata de aprender alemán, para en todo caso solazarse luego de una democrática jornada de trabajo con las lecturas de Goethe o Heine, aquel que escribió que “Dios me perdonará, porque es su oficio”. ¿Perdonará Dios a la Diabla Merken? Sin dudas. Creo que incluso la premiará, porque más allá de las cuestiones del aumento del producto bruto, esta diabla bruta quiere hacer bien los deberes que el ataque de pánico de las masas aburguesadas le ordena: hacer hamburguesas con los inmigrantes. Tarde entendió que la economía de mercado tenía un piso alto y un techo bajo, y que incluso el trabajo basura tenía fin. Si en los comienzos de la “revolución conservadora” se podía “a Dios rogando” 1, en la actualidad la catástrofe financiera obliga, panicosamente obliga, a optar por “con el mazo dando”. Parafraseando al tantas veces parafraseado Von Clausewitz, la guerra es la continuación de la economía por otros medios. Y lo que ha hecho la diabla Merken es una declaración de guerra a su enemigo interior , y tendrá su propia versión, mejorada y aumentada, de la doctrina de seguridad nacional. Después de todo, muerto el perro nunca se acabó la rabia. Y siempre habrá perros y perras dispuestos a contagiarse de la rabia asesina contra los mas débiles de la humanidad. La modernidad líquida (al decir de Baumann) quizá esté mutando en una humanidad gaseosa, aquella en la cual se volatilizan los cuerpos. “No tienen lugar aquí”, dice la diabla, que sabe mas por vieja fascista que por diabla. Lo terrible es que esos 5 millones de musulmanes no tienen lugar alguno donde ir. No fueron a Alemania haciendo turismo inter religioso. O para experimentar el encuentro de dos culturas. Su viaje fue apenas una estrategia de supervivencia, la misma que permite afirmar que para el hambre no hay pan duro. Pero la diabla ni pan duro quiere darles. Es notable la capacidad de las denominadas democracias occidentales para asesinar sin tener que ensuciarse ni mancharse las manos. Alguna vez mencioné a la “democracia lave rap”, especialista en blanquear todo la mugre y manchas del capitalismo. El Estado de Derecho que declama que la casa está en orden mientras los Desechos del Estado se pintan la cara y sostienen los apremios ilegales. La pregunta que se impone es ¿quienes son los musulmanes en esta Argentina que pretende otro capitalismo, ahora en serio? Acá no se echa a nadie, no se reprime a nadie, todos pueden expresarse, y Julio Jorge Lopez, Luciano Arruga y Mariano Ferreyra son golondrinas que no pueden pretender hacer verano. Los chicos que son quemados por los agrotóxicos, tampoco. Ni el hambre para el cual ya no queda ni pan duro. Pero estando asistiendo al desarrollo de un kirchnerismo de tercera generación, es mas que probable que los pantanos reaccionarios que aloja el Frente para la Victoria se consoliden. Es cierto que en la Argentina no hay problemas raciales. Pero hay problemas de tránsito. Deliberadamente se busca en enfrentamiento entre menos pobres y más pobres. Hoy en el recordatorio a Mariano Ferreyra, la policía federal no cortó el tránsito. La detención de autos de “alta gama” en los semáforos, posibilitaba que otro “aluvión zoológico” los rodeara. Al menos, dos Argentinas. Una que marcha hacia la plaza y en la plaza, y otra que desespera para encontrar la mejor colectora. La propia gravitación de los sectores más concentrados de la economía, está forzando una vez mas a entronizar una Santa Trinidad: Gobierno, Sector Privado y CGT. Sostenida desde la cosmovisión delirante de la integración armoniosa del capital y del trabajo. O sea: que los musulmanes serán las cooperativas, las empresas y fábricas recuperadas (algunas de ellas amenazadas con fallos judiciales atroces y aberrantes) las organizaciones de la sociedad civil que deberán aguardar, sometidamente, los favores de los mandamases de turno. En la Argentina también hay musulmanes, que son los pueblos originarios, que si bien no se los deporta, tampoco se les garantiza la salud, la educación, la vivienda, el trabajo. Diría que ya están deportados, aunque por ahora no se hayan enterado. Hasta el regreso del muerto vivo, el führer aniquilado,   se plantea como posible. Si el Gobierno pacta con las corporaciones, su devenir mas temprano que tarde será sobrevivir como custodio de los negocios del gran capital. Si por sostener banderías partidarias dejamos de ver los riesgos políticos, entonces alguien tendrá que comenzar a pisar los huevos, aunque desde ya mismo adelanto que mucho más difícil será encontrar a la serpiente. No siempre escuchamos un sincericidio como el de la Diabla.
1 Por supuesto que el Dios era el Mercado
------------------------------------------------------------

Critica de la razón K (parte 1)

                                 Ver también entrevista a Alfredo Grande
Jueves, 04 de Noviembre de 2010 09:34

No importa el acuerdo político. Ni el enfrentamiento ideológico. Néstor Kirchner murió combatiendo. A muchos de nuestros enemigos. Quizá eso no sea suficiente para convertirlo en mi amigo. Pero es más que suficiente para recordarlo como aquel que estuvo muy cerca de ser mi compañero(aforismo implicado)

“El jefe de Gabinete dijo que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner "tiene claro hacia dónde quiere ir". El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmó hoy que la Confederación General del Trabajo (CGT) que conduce Hugo Moyano es la "columna vertebral" del Gobierno. "No representa al Gobierno, pero por definición estratégico-política de Juan Perón, siempre los peronistas hemos definido, sobre todo los que hemos respetado a rajatabla el magisterio conceptual de Juan Perón, que el peronismo tenía una columna vertebral que es el movimiento obrero organizado", enfatizó Fernández. En declaraciones a radio 10, el ministro coordinador aseguró que "esa CGT que hoy conduce Hugo Moyano es nuestra columna vertebral", y describió al sindicalista como "híperconsecuente" con la Casa Rosada en materia de reivindicaciones de los derechos de los trabajadores. Télam-DyN 02-11-2010”.

(APe).- El último fin de semana se realizó el Congreso sobre Trabajo y Pensamiento Crítico que organizó la  Universidad de los Trabajadores. Este nuevo sujeto político, académico y social nace de las entrañas de IMPA, la fábrica recuperada. En sus máximos referentes, Eduardo Murúa y Vicente Zito Lema, los que participamos en su creación, sostenemos que una Universidad de los Trabajadores es necesaria frente a la despliegue de tantas Universidades de los Explotadores. El eje de nuestra actividad fue el Pensamiento Crítico. Ahora bien: ¿Qué critica el pensamiento crítico? Critica al pensamiento único. Aunque muchas veces apenas es un único pensamiento, casi siempre es una multiplicación de pensamientos que ratifican, confirman, cristalizan una Verdad que no puede, ni debe, y por lo tanto no conviene, confrontar. Cuando el pensamiento único invade, contamina el territorio de la política, la política deviene Razón de Estado. O sea: pensamiento hegemónico. O sea: clonación de la política en religión. Pero no cualquiera: aquella religión que es ratificada como necesaria y suficiente, y que apelará “a Dios rogando”, pero no renunciará a sostener “con el mazo dando”. Todo dependerá, como podría decir cualquier Maquiavelo posmoderno, de la relación de fuerzas. Uno de los tantos “recursos del método” (tomo prestado el título de Alejo Carpentier) llamado pensamiento único es compactar, comprimir, masacotear diferentes realidades para llegar, sea como sea, a su más preciado ideal: la Unidad. Que no es solamente la de los contrarios, la de los diferentes, la de los feos, sucios y malos con los ricos y famosos, sino la de los incompatibles, la del agua y el aceite, la de la orca y la de la foca. Esta Unidad está sostenida sobre otra Verdad Única: la idea/certeza del Movimiento. Pero en tanto la columna vertebral está organizada, el movimiento pasa de ser traslación y rotación, a ser apenas un contoneo de cintura tipo “hula hula”. O sea: hay movimiento pero siempre manteniendo proximidad, cercanía, con un centro neurálgico que no se mueve. Esta combinatoria de movimiento y cercanía se denomina Lealtad. Esta categoría sostiene la Unidad y es lo opuesto a la fidelidad que sostiene la Unión. Dicho en otros términos: la unión hace la fuerza, la unidad construye poder. Como sabemos gracias a George Lukacs, la Fuerza tiene su lado oscuro. Y como sabemos, gracias a Michel Foucault, el poder no tiene lado claro. Poder y sometimiento han ido siempre de la mano, y lamentablemente, son mucho más que dos. El Poder siempre implica una verticalidad y una direccionalidad: de arriba para abajo. Y, parafraseando al tango Las Cuarenta, puede ser para todo lo bueno y puede ser para todo lo malo. Cuando esa verticalidad se sostiene más de lo necesario, inevitablemente será para todo lo malo. La muerte de Néstor Kirchner tiene varios registros. El que nos interesa: el político. Si somos fieles a su mayor logro, no podemos ni queremos que ese registro político sea subvertido por el registro religioso. Nada debe respetarse a rajatabla, todo debe ser discutido sobre tablas. Si el único heredero es el pueblo, es el pueblo pensado como categoría política. No es solamente una suma de voluntades individuales, sino que pueblo es la sinergia de una decisión política colectiva. Pero en ese afán de una Verdad que sostenga la Unidad, el pensamiento único en esta actualidad, apelmaza el recuerdo, la memoria histórica y la memoria heroica. El recuerdo es la memoria unida a los afectos y los sentimientos. Una memoria sensible, cercana, amorosa y también dolorosa. Nuestra Presidenta sostiene ese recuerdo, ya que para ella hubo Néstor Kirchner mucho antes que para casi todos los demás. En el recuerdo encontramos consuelo al dolor, aunque nunca del consuelo podremos ahuyentar todo el dolor. La memoria histórica es la perspectiva política, social del recuerdo. Los afectos, los sentimientos, van cediendo en intensidad, incluso pueden desaparecer, porque el tiempo tiene su efecto de neutralización. Pero aparece como resultante de esa historización del recuerdo que es la memoria histórica, el sentido. Que necesariamente es múltiple, porque como sabemos desde siempre “todo es según el color del cristal con que se mira”. Y esto es bueno, porque implica diversidad sin fragmentación. El obstáculo es cuando desde el pensamiento único se decreta que ciertos cristales no deben ser tolerados. Que ciertos colores deben ser expulsados del arco iris. Entonces entramos de lleno en la memoria heroica, que traiciona a la memoria histórica y al recuerdo para decretar una Memoria Oficial. Y, por supuesto, otra Historia Oficial. Llegado a este punto, nuevamente la política como expresión de la lucha  de clases queda sepultada, para entronizar a la hegemonía de una casta. O de un linaje. Pingüino, pinguina, pinguinito. Instalada la cuestión de esta forma, solo hay dos caminos: recuperar una vez más (podríamos decir setenta veces siete y mas también) el territorio de la política que no es lo mismo que el Trono de La   Política, o derivar hacia la forma absoluta de la memoria heroica que es la Memoria Mítica. En el Mito el encubrimiento es total y el discurso abreva mas en el destino que se ordena construir, que en el origen que se intenta rescatar. La Memoria Mítica confunde no ingenuamente autoengendramiento con autogestión. El primero es individual, intransferible, único, perfecto. Néstor Kirchner elegido por default en el 2003 (aunque parezca increíble Menem ganó en primera vuelta) se engendra a si mismo como hijo de las Madres. Desde ese lugar, algunos pretenden que el Movimiento de derechos Humanos tiene que agradecerle al ex presidente. Yo pienso que es al revés: Néstor Kirchner debe haber agradecido a ese Movimiento, a todas y todos los mártires del 2001, a los asesinados en piquetes, puentes, rutas y fábricas, haber llegado al Gobierno sin tener que pagarle varias libras de carne a Duhalde. Sin ese movimiento que fue autogestivo, colectivo, rebelde, corajudo y emancipatorio, Néstor Kirchner hubiera sido rehén de Duhalde y de lo peor del P.J. Quisiera pensar que si Néstor Kirchner pensó algo mientras se despedía de su mujer, compañera y Presidenta, sintió inmensa gratitud por la lucha desde antes de la dictadura militar de la juventud maravillosa, de la vejez extraordinaria, y de las y los adultos imprescindibles. Descubrir ahora que la juventud “vuelve a la política”, es desconocer que en realidad, nunca se había ido. Centros de estudiantes, ollas populares, asambleas populares, fábricas recuperadas, bachilleratos populares, movimientos de desocupados, inquilinos, ambientalistas, son inmensos espacios donde la política se sostuvo y se amplificó. El asesinato de Mariano Ferreyra es una prueba de siniestra actualidad que la juventud y la política seguían su alianza histórica. Darío y Maxi, y tantos otros, ya lo habían demostrado antes de la era K. Sostener que la militancia de los jóvenes empieza con “La Cámpora” es otro de los daños colaterales, laterales, frente y perfil del empecinamiento de construir Memoria Mítica. O sea: el Mito que engendra todo lo que hay y habrá sobre la faz de esta tierra.
Ni memoria heroica ni memoria mítica. Recuerdos y la humildad de empezar a construir memoria histórica. Solamente así Néstor Kirchner seguirá en la política. Insistir en la memoria mítica, será una traición a lo mejor de su herencia. “Al César lo que es del César; a Dios lo que es de Dios”. Y si el pensamiento crítico sobre Néstor Kirchner nos colocara en la picota del gorilismo, de estar en la derecha conspirativa, o incluso de pertenecer al fascismo vernáculo, entonces no habremos aprendido nada. Cuando alguien escriba un graffiti diciendo: “Kirchner Vence”, la religión le habrá fracturado el brazo a la política.
Al menos, si sucede, no será en mi nombre.
................

Critica de la razón K (parte 2)

11/11/10
Por Alfredo Grande
 “Darío, Maxi y Mariano se abrazaron. Tan asesinados y tan vivos” 
(aforismo implicado)

“Sabemos que estamos ante un final de época. Atrás quedó el tiempo de los líderes predestinados, los fundamentalistas, los mesiánicos. La Argentina contemporánea se deberá reconocer y  refundar en la integración de equipos y grupos orgánicos, con capacidad para la convocatoria transversal, el respeto por la diversidad y el cumplimiento de objetivos comunes”. Discurso del Presidente Néstor Kirchner al asumir la presidencia de la República Argentina  25-05-2003

(APe).- “Cuando empieza el luto” es una obra de teatro de mi padre, cuyo seudónimo como autor era Juan Carlos Ferrari. El luto se sabe cuando empieza, pero se ignora cuando termina. Hay lutos que se despliegan en tiempos y espacios determinados, y en algún momento permiten al menos una cuenta nueva sin borrón. Hay otros que prolongados mas allá del bien y del mal, sostienen la pesadilla de los vivos que ya nunca dispondrán de su libertad ni de su alegría. La muerte de Néstor Kirchner nos ha dejado una Argentina Culpable. En los dos registros en los cuales la culpa se procesa: lo persecutorio y lo melancólico. En el primer registro se busca al responsable directo, o indirecto, por acción, por omisión o por simple deseo. “Algún culo va a sangrar” y entonces el Jefe de Gabinete sugiere quien puede ir y quien mejor se queda con las ganas, o con algo parecido. Incluso algunos ponderaron que la más odiada de las odiadas mujeres de la oposición se llamara a silencio. Se ignora que se contestó, pero hablar del tema, no habló. No hace mucho todos acordamos que la peor opinión es el silencio. Parece que cada vez acordamos menos. Lo cierto es que para cierta lectura, Kirchner fue asesinado por la oposición gorila, y por lo tanto, y parafraseando tristes palabras, se acabó otra leche de cualquier tipo de clemencia. “Al enemigo, ni justicia”. Sin embargo, se alaba el regreso de la política, aunque mas bien estamos observando que alguna tregua se ha roto y que sin declaración o con declaración (habitualmente en programas radiales matinales) alguna guerra está por empezar. Una oyente de un espacio radial que es mas K que los kinotos, dijo, supuestamente indignada: “donde estaba Altamira cuando asesinaron a ese militante del PO”. (nota especial: PO lo dijo casi con arcadas)La realidad no se paga de palabras, sino de actitudes. La culpa persecutoria es la matriz donde reverdece ese macartismo de consorcio que tanto daño hace, porque legitima los otros macartismos. El significante privilegiado para el discurso justificatorio de ese macartismo es “gorila”. Y ser oposición es ser gorila porque una razón simple: si es opositor es gorila. Tautología con una demoledora eficacia política. Puede tener apenas dos macetas, pero si es oposición seguro está entongado con la oligarquía terrateniente. Hoy la culpa persecutoria que ha regresado a la Argentina, coloca a toda la izquierda en varios banquillos no de acusados, sino de condenados. Si los gorilas lo mataron a Néstor, todo puede complicarse. También la guerra es la continuación de la política por otros medios. Esta culpa persecutoria está todavía amortiguada por el excedente de dolor todavía presente. Pero sabemos que el tiempo amortigua los dolores mas profundos, y si bien no todas las heridas cierran, todas dejan de sangrar. La cuestión es que en ese momento, el de los dolores mitigados, el contrapeso de la culpa persecutoria habrá desaparecido. Y la consecuencia mas probable sea su desmesurado crecimiento. Las próximas elecciones seguramente podrán acelerar ese mecanismo.

En el registro de la culpa melancólica también hay un culpable, pero no está afuera, sino que está adentro. Uno mismo es el culpable de la desgracia. Han aparecido trabajos donde se le pide perdón a Néstor. Palabras mas, palabras menos: “pobre mi Néstor querido, cuantos disgustos le daba”. Un acto nuevamente alejado de la política, y mas cercano a las lógicas familiaristas tipo “Asi es la vida”, la película que inmortalizara Enrique Muiño. Con la absoluta convicción de tener la  vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, la culpa melancólica lo pone al sujeto en el borde exterior del precipicio. No puede no caerse. La única reparación, desde ya desmesurada, es sostener lo incondicional del apoyo a la viuda. Cristina, a la que habría que esperar para que pudiera elaborar todas las facetas de su duelo desgarrador, recibe la mayor adhesión que nadie pudiera imaginar algunos meses antes. Pero en esa adhesión, mas allá de la política, late una determinación profunda: “no soy culpable de su muerte”. Sacarse de encima la insoportable pesadez de la culpabilidad por la muerte de Néstor, reafirma la adhesión absoluta a su compañera de la vida. Nuevamente la política desaparece. Y todo aquello que de la realidad pudiera pensarse como negativo para la imagen idealizada que se está construyendo, es desestimado totalmente. Un ministro dice que la inflación es cosa de ricos. Le faltó decir que el IVA es cosa de pobres. La imperiosa necesidad de amortiguar la culpa melancólica puede lograr que hasta las mediciones del Indec resulten creíbles. Haberlo combatido en vida no es motivo de orgullo, sino de escarnio. Hasta el más lúcido pensador de la izquierda plantea que ha nacido un nuevo modelo de pareja política. Pareja que en realidad es matrimonio, y nuevamente la política cede su espacio a la lógica del parentesco. El maquillaje del patriarcado ha sido consumado, por ejemplo suprimiendo gradualmente el “de Kirchner”, por el apellido de origen. La sola posibilidad de que muerto el padre, hay un espacio político mayor para el hijo, es estremecedora. Son determinaciones de la sangre, de la herencia, que nuevamente colocan a la política en el lugar de una incómoda espectadora. Otro de los efectos de la culpa melancólica, es el permanente “gracias, gracias, muchas gracias” que se lee, se escucha y se alucina todo el tiempo. Espero que  a nadie se le ocurra un Néstor Nuestro para agradecer y reverenciar a aquel que podría estar en los cielos. Pero este “demos gracias” subvierte a la democracia, colocando la voluntad, el deseo, y el poder del Soberano muy por encima de otras soberanías menos soberanas.

La culpa, persecutoria o melancólica, impedirá el duelo. El pasaje del recuerdo al mito será su cristalización permanente. Después de todo, ser hijo de las Madres y Abuelas, pero solo desde el día en que asume como presidente, autoriza a replantearse que hacía Néstor en los largos años en que era huérfano. Pero todo intento de historizar en este momento deviene peligroso. Mostrar lo contradictorio, e incluso lo incompatible en la figura de Néstor Kirchner, se opone a una Mítica Razón de Estado. Los que lo combatieron no lo comprendieron. Y los que lo siguieron, esos comprenden todo.  De todos modos, los asesinatos, detenciones arbitrarias (como la de Karina Germano) los desaparecidos (Luciano Arruga, Julio Jorge López), las insoportables rentas sojeras, mineras, petroleras, ganaderas, y otros males mayores, no permiten acceder a la hipótesis que el único heredero será el pueblo. En ele mejor de los casos, será un heredero mas, de una herencia que tiene demasiados beneficiarios. Pero en algo debo acordar completamente con Néstor Kirchner: “el  tiempo de los líderes predestinados quedó atrás”. Si alguien quiere ponerlo por delante, al menos no será en mi nombre.
...............

Crítica de la razón K (parte 3)

  
Jueves, 18 de Noviembre de 2010 12:10 
“me importa juzgar el pasado, pero que también se juzgue este presente antes que se convierta en otro pasado”
(aforismo implicado)
HACE 4 DÍAS LES NIEGAN LA ENTREGA DE LOS CUERPOS 
El barrio de ciudad oculta no puede velar a sus tres hijos fusilados. Juan González de 25 años, Damián Basan de 16 y Lucas Marchini de 15 años fueron asesinados por la policía, mientras huían de su persecución. Braian de 14 años, el único sobreviviente está muy grave. Hoy, sus familiares, amigos y todo el barrio de Ciudad Oculta reclaman la entrega de los cuerpos y que la muerte de sus pibes no quede impune. Están cortando la Av. Eva Perón y cortarán la Gral. Paz, si los cuerpos no son entregados esta noche. Los vecinos de Ciudad oculta cortan la avenida Eva Perón, no quieren seguir aceptando la impunidad frente a tanta muerte y despojo. "Mataron a los pibes como perros", nos dicen, "y ahora ni siquiera nos quieren entregar los cuerpos para que podamos llorarlos y despedirlos". Juan González de 25 años, Damián Basan de 16 y Lucas Marchini de 15 años fueron asesinados por la policía, mientras huían de su persecución, durante un intento de robo, el sábado a la madrugada. El damnificado afirmó que estaban aterrorizados, los persiguieron tiroteándolos durante horas, desde Valentín Alsina hasta San Justo, donde chocaron contra un árbol. La policía afirma que los chicos murieron por el impacto. El barrio y los familiares se preguntan, ¿entonces por qué no nos entregan los cuerpos? Hoy están cortando la Avenida Eva Perón al 7000 frente a su barrio, pero aseguran que si no pueden velarlos hoy, cortarán la Gral. Paz. "Nos matan porque somos pobres" grita uno. El dueño del auto afirmó que estaba destrozado, porque el podía perder un auto, pero los tres chicos   perdieron su vida.
Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh  09-11-10

(APe).- Hace muchos años, no creo que demasiados, escribí un trabajo que está publicado en mi primer libro 1. El título, aunque no sea lo mas importante, ilustra sobre el tema: “El idiota del pesebre: reflexiones sobre el inconsciente institucional de las organizaciones económico sociales hegemónicas”. Mis trabajos “Crítica de la Razón K” se sostienen en esa premisa. La historia oficial de toda cultura impedirá todo intento de cuestionar la hegemonía y además este intento será señalado como la obra de un “idiota”. Incluyendo en ese calificativo multiplicidad de sentidos. Algunos de los mas escuchados: resentido, gorila, inútil, reaccionario, izquierda necia, incapaz, mal entretenido, intelectual gaseoso (manera piadosa para decir al pedo), bueno para nada, andá a votar, nunca entendiste nada, y de la oposición no hablás, vos querés que la derecha gane, no existís, no vivís, siempre a contramano de la historia, ni yanquis ni marxistas, no tenés orgullo, escuchá lo que dice Evo, no pagamos deuda, imbécil. El listado agobia y como todo reproche, tiene siempre algo de razón. Claro: es una razón represora en tanto considera que la cancha del oficialismo determina, casi por default político, la cancha de la derecha. La ecuación es simple, y puede ser letal: no oficialista = derecha. Pensar que en el oficialismo kirchnerista hay derecha, y para no perder tiempo en investigaciones digamos en la gobernación de la provincia más importante, no es relevante a la hora de marcar la cancha. La trampa está bien armada y nosotros, ratones que anhelan el queso de un poder que nunca tendremos, caemos casi sin remedio. Yo intenté hacer mi propia Crítica de la Razón K, y lo que viene de vuelta son reproches. Eso en el mejor de los casos. Formidables intelectuales declaran que la historia comienza cuando Néstor llega, especialmente cuando llega al Sillón de Rivadavia, para usar un arcaísmo decadente. Esa historia inaugurada en el 2003 tuvo y tiene momentos fundantes de recupero del poder popular y derrota del fascismo vernáculo. No pretendemos una Crítica que esté sostenida en una negación maníaca de la realidad, aunque ésta no siempre sea la única verdad. Lo que si algunos pretendemos sostener es que los hechos, diría cualquier hecho, admite ser pensado desde una amplitud de sentidos. Y muy especialmente cuando se advierten omisiones importantes, contradicciones insuperables, desmesuras preocupantes, hegemonías que capturan, descalificaciones agraviantes, y en resumen, una insoportable pesadez de tener que aceptar que el kirchnerismo descubrió a la América sumergida.
Pero simultáneamente, despreciar a los luchadores de la izquierda insurrecional, armada, desarmada, parlamentaria, vecinal, que hace décadas luchó y fue combatida por anhelar cambiar la historia, en un sentido de esa historia malograda que se nominó como Patria Socialista. Por lo tanto toda esa tradición libertaria y rebelde de la izquierda, (socialista, comunista, troskysta) en tanto no se suma al proyecto kirchnerista, es, por fuerza de discurso prepotente, alojada en la cancha de la oposición reaccionaria. Es el   Pacto del Olivo, es decir, te vas, te vas y te vas de toda ilusión popular y de todo anhelo redentor. Todos los elementos que se pretenda aportar, algunos contundentes, visibles a cualquier ojo, y otros que son inferencias que tienen coherencia son desestimados de cuajo. “No ha lugar” y la política vuelve a ser maquillada con el barniz de la judicialización. A pesar del señalamiento que el kirchnerismo le ha dado nuevamente a la política un protagonismo principal, no hay conflicto que no lleve a la invocación, casi diría al ruego: “que la justicia se expida”. Por eso Grassi sigue pastoreando, y Zanola apenas es un preso que nada tiene que ver con una estructura maffiosa que nadie pretende desmantelar. Las denuncias de la “hormiguita”, otrora ministra de salud, apenas sirven para la saga de ANTZ, la notable película que conmovió a través, entre otros, de la voces de Silvester Stallone y Woddy Allen. Y me refiero a una funcionaria en retiro efectivo, supongo que sin efectivo, del gobierno nacional. No quiero incluir las estadísticas de la Correpi sobre gatillo fácil (un eufemismo que en honor a su creador, el Toto Zimmerman ya debería cambiarse, porque desde la masacre de Ingeniero Budge a la masacre de Ciudad Oculta queda mas que claro que es un gatillo facilitado) porque ya sabemos, Indec mediante, que el oficialismo odia las estadísticas. Cuando llegamos a estos terrenos, se abre una brecha infranqueable:  del lado de la pantalla que disfruta del fútbol y avisos para todos, los problemas del kirchnerismo se solucionan con mas kirchnerismo. Pero además concentrado, casi encarnado en una sola persona. Quizá en  dos, si Máximo se suma al linaje. Si lo mejor que tenemos es el pueblo, además el único heredero, no es solamente asistiendo a bicentenarios y funerales que ese pueblo puede saber y además, incidir en lo que pasa. Para enfrentar a las diferentes formas de fascismo y monopolios, solo es garantía el pueblo en armas. Que no serán justamente las de destrucción masiva (ya hay suficientes fuerzas de seguridad que usan y abusan de ellas) sino justamente lo contrario. Armas de construcción masiva, para que más temprano que tarde se pueda parir una cultura diferente. Quizá un socialismo del siglo XXI, que nada tendrá que ver con un capitalismo serio del siglo que sea. Ezequiel Ferreyra es asesinado por un sistema laboral que bien podría ser denunciado por un Bartolomé de las Casas. Este niño al que se le robó primero el sentido de la vida y luego se le arrebató la vida, no se enteró de los actos protocolares y conciliatorios del Ministerio de Trabajo. O de salud. O el concepto moderno de la equidad social y el populismo fraterno. Ezequiel tuvo la  peor de las muertes posibles, aquella que se instala primero, antes del zarpazo final, en la propia vida. La esclavitud laboral y sexual es una rotunda desmentida de la vigencia universal de los derechos humanos. A menos que estos sean mirados desde una imaginaria Confederación General de los Derechos Humanos, donde algunas organizaciones, con prestigio bien ganado por su lucha y coraje al enfrentar a la bestia genocida, decidan por donde pasa actualmente la defensa de esos derechos. O alucinar que desendeudarse es algo diferente a pagar la deuda ensangrentada, privilegiando al Club de París mientras siguen aumentando los Clubes de Cartoneros. O el delirio de sostener el IVA del 21% en los alimentos, con lo cual la canasta básica empata y no sobre la hora, con el salario mínimo. Entender que una cosa es el costo de vida y otra la inflación, como enseña el Jefe de gabinete, quizá permita pedir dos fetas más de mortadela. Por supuesto: muchos tienen mucho y la sensación térmica es favorable. Pero retenciones más, retenciones menos, el modelo sigue siendo agro exportador. Y el hambre sigue siendo un asesino serial. El desendeudamiento social no se logra con avisos. Juan, Damián, Lucas, Mariano, Ezequiel no son nombres. Son historias tan importantes como la de los nietos recuperados. Sin embargo, sus vidas, que empezaron y    terminaron en democracia, no serán recuperadas. Quizá, tampoco su memoria. ¿No es motivo mas que suficiente para intentar una Crítica de la Razón K?

1  “El Edipo después de El Edipo: del psicoanálisis aplicado al psicoanálisis implicado”. Topía Editorial. 1996
------------------------------------------------------------
Economía Social
Rosario cuenta con una amplia cantidad de microemprendimientos, muchos de los cuales nacieron como respuesta a las dificultades económicas después de la debacle del 2001, y desde hace años el sector público promueve acciones en pos de fortalecer esta economía solidaria.

Durante la jornada "La economía solidaria en el marco del Bicentenario", organizadas por la Subsecretaría de Economía Solidaria municipal, José Luis Coraggio, director de la maestría en economía social de la Universidad Nacional de General Sarmiento, habló de los "Desafíos en torno a la construcción de la economía social" y en tono reflexivo destacó que "la suma de miles de microemprendimientos no da una economía solidaria".
Durante su disertación en el foro, que reunió a especialistas, productores, funcionarios y organizaciones sociales vinculados a la temática, subrayó que Rosario "es una ciudad que genera muchas situaciones y ha hecho muchas cosas, es ejemplo en muchos sentidos, donde está la economía solidaria" pero consideró que "a la política de economía solidaria en Rosario le falta transversalidad, le falta que no esté en un lugar alejado en el Estado, sino que este presente en la agenda de todos los ministerios (en referencia a las secretarias) empezando por Economía".
"En todos lados debe estar presente la idea de hacer una economía solidaria, los emprendimientos son una manera, son válidos pero tendrán más sentidos si se los ubica dentro de esta visión de transformación de la economía, de la realidad", consideró Coraggio.
Fue crítico sobre la visión unívoca del crecimiento de la Argentina. "Una economía que crece al 7% anual pero que tiene 30% de excluidos está funcionando mal, no está funcionando bien y hay un problema social", dijo el especialista y se abocó a explicar que "el sentido de la economía es responder a las necesidades de todos", para lo cual planteó algunas pautas.
Cambiar la medida
Empezó recordando que tras años de neoliberalismo los efectos persisten en la economía y "el mercado se convierte en el criterio de validación de todas las iniciativas" por eso para determinar el éxito "hay que pasar el test del mercado".
Como ejemplo mencionó que muchas veces se considera que un emprendimiento no podría sobrevivir sin un crédito a tasa subsidiada, y se critica esta situación, pero Coraggio señaló que grandes compañías del transporte, del petróleo y los trabajadores con sus bajos sueldos subsidian a las empresas. "Si hay algo subsidiado en Argentina son las empresas, las empresas no subsisten porque pasaron el test del mercado", puntualizó el investigador.
El economista apunta a construir un concepto diferente de economía solidaria y advirtió que se debe recurrir al pragmatismo y demostrar que es útil, que mejora la calidad de vida de las personas, y esto no lo debe hacer "sermoneando porque eso no penetra".
"Economía social se instaló por el gobierno desde el 2001 como la economía para los pobres para nosotros la economía siempre es social, sólo que puede serlo al servicio de un proyecto regresivo o progresivo. Queremos construir otra economía, no esta que excluye y no se trata sólo de impulsar un microemprendimiento", indicó Coraggio y subrayó que "sería bueno tener una visión de conjunto de qué economía queremos para tener una sociedad incluyente".
-----------------------------
Internet para todos, incluso para Rodolfo
24/08/10 -Por Oscar Taffetani
(APe).- A fines de los ’90, cuando llegó al país la primera conexión satelital a Internet, la Cooperativa Eléctrica Bariloche (CEB) intentó brindar servicios de videocable, conexión a la red y teléfono mediante el sistema PLC (Power Line Communications), es decir, utilizando la misma red eléctrica para distintas aplicaciones. Algunas cámaras empresarias protestaron airadamente desde las páginas de los diarios. Hablaron de “competencia desleal”. Por eso, la CEB debió negociar con proveedores telefónicos, de videocable e Internet para que la dejaran brindar servicios integrados. El sentido común y la tecnología decían que era posible. Pero el afán de lucro era más fuerte.
Diez años después, la tecnología triple play (TV digital + Internet + telefonía) ya permite abaratar notablemente el costo de esos servicios. Sin embargo, el afán de lucro sigue trabando y demorando el beneficio para la gran mayoría de los usuarios.
Las primeras ordenanzas que reglamentaron la instalación de videocables (por ejemplo, la ordenanza porteña 48.899/95) establecían como condición de adjudicación que cada empresa brindara gratuitamente hasta tres (3) bocas de conexión a las escuelas, hospitales e instituciones de bien público. Pero nunca se cumplieron esas ordenanzas. Y entonces los gobiernos municipales y las instituciones educativas debieron pagar por la conexión como cualquier usuario particular.
Pronto llegó la conexión inalámbrica (wi-fi) que permitió el libre acceso a Internet a usuarios de algunas zonas urbanas y suburbanas. Pero la extensión de ese beneficio se vio (una vez más) limitada por el afán de lucro de los prestadores privados.
Internet, lo mismo que el software y que la totalidad de los inventos y desarrollos actuales, posibilita una sensible mejora en las comunicaciones y la calidad de vida. Su único obstáculo (un obstáculo que será superado por las leyes históricas del desarrollo humano) es el capitalismo.
Tan cerca, tan lejos
La provincia de San Luis, siguiendo el ejemplo de Finlandia (país que consagró la banda ancha como derecho de todos sus habitantes), ha lanzado un plan para proveer de modo gratuito conexión a Internet (sistema wi-fi) en su territorio, entregando además computadoras portátiles (netbooks) a todos los escolares.
Otro tanto está haciendo, utilizando redes de cable modem, la provincia de La Rioja, que contempla en su planificación estratégica un tendido que unirá la capital provincial con su par cordobesa, conectando a la red a miles de usuarios de pequeños pueblos y localidades rurales. Aquí el servicio no será totalmente gratuito, pero el abono estipulado no va a ser mayor a los 40 pesos mensuales (para videocable, Internet y telefonía). Próximamente, Santiago del Estero lanzará su propio plan Internet para todos.
Y a nivel nacional -a partir de la caducidad de licencia de la proveedora masiva Fibertel-, es de prever que se aceleren los planes para dotar de Internet pública y gratuita a todos los argentinos. El programa Conectar Igualdad prevé la entrega de tres millones de netbooks a escolares, lo que sin duda potenciará la entrada del país a la compleja (y excluyente) sociedad de la información. Será el turno, entonces, de una educación nacional, popular y raigal (porque sin contenidos propios, la conectividad puede ser una llave, terrible, para la pérdida de identidad).
Panamá es el primer país latinoamericano que ha conseguido Internet para todos. Con satisfacción, el presidente Martinelli invitó a los estudiantes de su país a aprovechar “esa auténtica biblioteca ambulante que es la Internet” (a nuestro entender, es mucho más que una biblioteca, pero, en fin…). Brasil, gigante continental, contempla la conectividad completa como un objetivo a alcanzar en 2014.
Con los viejitos, en Huaco
Hace unos meses, cuando saludábamos la valiente lucha de Andalgalá contra la minería a cielo abierto y el envenenamiento del agua, hicimos una dedicatoria ciega al médico Rodolfo Villagra, entrañable amigo a quien le habíamos perdido el rastro en los turbulentos años ’70.
Nuestro mensaje (¡gracias a la Red!) llegó a destino. Aunque Rodolfo vive en el pueblito de Huaco, sin conexión a Internet ni videocable ni líneas telefónicas. “Los pacientes que yo atiendo -nos contó a través de un indispensable teléfono celular- están perdidos en los cerros. Viven y se van muriendo de a poco. Agonizan sin que el Estado sepa que existen”.
Rodolfo, admirable luchador que jamás le ha cobrado a los paisanos de su tierra por una consulta, hace honor a la profesión de médico y le hace honor a dos grandes figuras de la medicina sanitarista argentina: los doctores Salvador Mazza y Esteban Laureano Maradona.
Empresas voraces como Bajo La Alumbrera siguen contaminando el agua, el agua escasa de los cerros catamarqueños. Y sus residuos industriales producen cáncer a quienes viven en las adyacencias. Sin embargo, las demandas no prosperan, porque los casos que llegan al hospital son pocos y porque faltan estudios y registros y pruebas científicas. Para eso -pensamos con emoción y con furia- está Rodolfo Villagra. Están los Rodolfo Villagra, médicos de alma y vocación, andalgalenses clavados como estacas en la tierra de sus mayores.
Algún día le llegará el wi-fi a la puerta de su casa en Huaco. Y a lo mejor Rodolfo, si todavía tiene voz para hablar, y ganas, dirá que no, que él no lo necesita, que se lo den a los changos.
La Argentina que soñamos será mejor cuando haya Internet para todos, incluso para Rodolfo. Pero será verdaderamente mejor -lo deseamos y lo sabemos- cuando haya cielo y agua y tierra para cada uno de sus hijos.
-------------------------------
Me quedo mucho mas tranquilo
Por Alfredo Grande
Jueves, 19 de Agosto de 2010 01:22
“Para los ricos los countries; para los pobres las cárceles. Cada uno tiene el encierro que puede”
(aforismo implicado)

El ex presidente aseguró por Radio 10 cuando se gobierna "hay que hacer lo que más necesita la gente y hoy es la seguridad". Agregó que ya trabaja en la "prevención y represión del delito". El ex mandatario Eduardo Duhalde ratificó esta mañana que en caso de ser electo en 2011 trabajará sobre "políticas de estado" y dentro de ese marco construirá "más cárceles si es necesario", porque el "pedido principal de la población es la seguridad". Duhalde explicó que durante estos primeros meses como candidato presidencial se dedicaron "a la seguridad pública, en materia preventiva", mientras que el mes que viene se volcarán "a la represión del delito”. “No puede ser que chicos entren entre 30 y 40 veces a la cárcel porque van a terminar muertos. Matan a una persona y le dan 25 años, pero después resulta que después sale a los 5 años", remarcó el ex mandatario en declaraciones a Radio 10. "Lo mismo pasa con los violadores que salen por buena conducta y vuelven a delinquir. Claro que van a tener buen comportamiento si ellos violan a mujeres y niños, a quién van violar en prisión", precisó. También exigió una mayor inversión en la lucha contra la droga y no dudó en afirmar que "si la necesidad es construir cárceles" lo hará, porque indicó que un gobierno "debe hacer lo que más necesita la población y hoy seguro que va a decidir por la seguridad". Duhalde se refirió de esa manera a unas declaraciones que realizó su esposa Hilda González de Duhalde, quien dijo que entre construir caminos y prisiones, ella priorizaba la segunda opción.
                         INFOBAE.COM 14-08-10

(APe).- Pocas veces, muy pocas veces, recuerdo por ejemplo cuando mi primera suegra empezó a hacer sus valijas lo que anunciaba una pronta retirada, que puedo tener sensaciones de máxima tranquilidad. Si fuera ciudadano de ciudad gótica, supongo que la tranquilidad sería el logo de Batman proyectado en las nubes, mas allá de una maldita noche estrellada. Ni que hablar si somos residentes de USOFNA y vemos al mequetrefe de Clark Kent que rápidamente se trasvestía como superman (suele ser en una cabina telefónica sin vidrios polarizados, pero lo hacía tan rápido que nadie lo veía en paños menores). De todos modos, nada comparable con la relajada paz que me ha llegado luego de leer la noticia que da estímulo, y porque no decirlo, inspiración, a estas líneas. Las declaraciones del Cabezón y la Chiche (pido perdón por este exceso de confianza, pero acostumbrado a que mencionen a nuestra presidenta como Cristina, incluso en una agrupación reciente se ha multiplicado como “las cristinas”, aunque es cierto que Néstor sigue siendo más Kirchner que Néstor, porque siempre habrá patriarcado entre nosotros) son declaraciones de una envergadura tal ante la cual empalidecen tratados de derecho internacional, psicología comunitaria, sociología de los grandes urbes (temí al escribir que se me deslizara mal el dedo y quedara escrito “grandes ubres”, lo que hubiera sido sin duda procaz) Si lo cortés no quita lo valiente, lo sencillo no quita lo inteligente. La necesidad de la población es tener cárceles. Incluso, y esto no lo dijo por modestia pero estoy tranquilamente seguro que lo piensa, que esa necesidad lleva a muchos a estar mejor adentro que afuera de las cárceles. Después de todo, en un país donde el Estado de Derecho es constante hace décadas, las cárceles son para enmendar al reo y no para castigarlo. Incluso cuando salen de su merecido encierro son aclamados por la sociedad, y para nada discriminados por sus años de alejamiento de la sociedad civil. Incluso muchos de ellos obtienen los trabajos que antes, aunque con seguridad no siempre, les resultaba imposible conseguir. Han hecho estudios primarios, secundarios y universitarios, así como el aprendizaje intensivo de diferentes oficios que los han tenido ocupados y bien entretenidos. Y no es un dato menor, la experiencia carcelaria templa los ánimos, al igual que en otros tiempos el inolvidable servicio militar obligatorio, cuna de héroes. Incluso los que están mas seguros en las cárceles son los delincuentes, ya que al menos el riesgo del siempre imprevisible gatillo fácil se reduce, aunque no pueda evitarse (¿hay alguien perfecto acaso?) que corran el riesgo de alguna muerte accidental, aunque no siempre sea de un anarquista, como explicara Darío Fo. Por lo tanto sería harto mal intencionado, más propio de sátrapas de la política que a honestos profesionales de la susodicha actividad, inferir, colegir, suponer, barruntar, imaginar, interpretar que la propuesta tiene un fundante represor. Permítaseme un comentario para aquellos que al escuchar o leer las declaraciones a la radio mas escuchada del país, (que no es como algunos piensan por la potencia de la antena robada, sino por la calidad intrínseca de sus programas) afirmaron: “¡al fin se sacó la careta este represor!”. Mi comentario es simple: ja ja ja. Maúllan Sancho, señal que arañamos. Es para reírse de todos los moralinos humanistas que prefieren proteger a los gusanos y pisar a los seres humanos. Buena rima, hermanos. Ya lo dijo una oyente en el programa de otra radio, que como no es la 10, quizá sea la 8: “el tema de la seguridad es terrible. No solamente están matando policías sino también personas” (sic) Yo se que ahora vendrás caras extrañas, con su limosna de alivio…y sus estúpidas garantías procesales. No me vengan ahora con el recuerdo del abogado Toto Zimmerman que inventó lo del gatillo fácil cuando se puso a defender a las víctimas de la denominada Masacre de Ingeniero Budge. ¡Que manía que tienen algunos de llamar a todo masacre! ¿No puede haber errores, excesos, celos en el cumplimiento del deber, incluso actos fallidos como diría algún psicoanalista judío y ateo? Masacre de Margarita Belén, de Cromagnon, del puente Avellaneda. En vez de ocuparse y preocuparse por la seguridad de la población, se ocupan de las “masacres”. Me resisto a decir que “por algo será” que fueron masacrados. Me resisto pero igual lo digo. El que juega con la edad de imputabilidad, amanece encarcelado. ¿O van a creer que la policía balea por la espalda? Lo que pasa es que los muy cobardes que atentan contra la seguridad de la población, en un segundo disparan, pero en menos de un segundo se rajan. Por suerte nuestro querido Cabezón logró que todos se olvidaran de Cabezas. O casi todos. Y también que muchos de los injustamente acusados por haber defendido a las fuerzas vivas de la Intifada de Avellaneda, hoy tienen cargos públicos y siguen predicando diferentes evangelios. Incluso me atrevo a presagiar un destino venturoso cuando el Mismo Duhalde (no El Otro como escribió un periodista que con toda seguridad no trabajará jamás en radio 10) no apadrine mas a candidatos inventados que luego, abusando de su nobleza, se escapan hacia territorios que nunca, pero nunca, habían frecuentado. ¡Y todo por desacreditarlo!. Y alguna vez el Señor de los Inundados explicará que fue lo que vio que nunca pudo contar. Porque hay varios y varias que insinúan que se trató de sexo oral. Lo importante es que de consuno, o de consuna, ambos dos, matrimonio también pero en serio, no como el de pingüina con pingüino que parece una de Disney, ambos dos priorizan la construcción de cárceles. En buenísima y recontrabuenísima hora. Cárceles si, caminos no. ¿Para que sirven los caminos, acaso el poeta tan mencionado por la prole progre no decía que “caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Caminen, caminen, paguen peaje cuando lleguen, y sigan caminando. Ellos, o sea, ella y él, harán cárceles, la nueva versión de la posta del caminante. Braden o Prisión. Es necesario invertir además en la lucha contra la droga. Sin dudar. Hay demasiada competencia. Y además de las cárceles, multar y multar, penalizar y penalizar. Enarbolar la bandera de la responsabilidad individual y seguir recaudando, recaudando, o sea, contribuyendo. Como dice el tango: “en tu esquina rea, cualquier cacatúa, sueña con la pinta, del gran cabezón”. Estemos tranquilos. El hombre, araña. Que no es lo mismo que el Hombre Araña, un neurótico con trastornos obsesivos de la personalidad, y además, culposo. Yo quiero estar seguro, no solamente sentirme seguro. Y la seguridad es una picada que se come sin escarbadientes. ¿Cómo qué tiene que ver? No se puede explicar todo. Primero lo votan, después lo entenderán. Ya lo dijo en momentos aciagos de los que supo sacarnos, dólar más, peso menos. “Estamos condenados al éxito”. No se condenados a cuantos años, si rige el 2 x 1, si 5 por 1 no va a quedar ninguno, si seremos beneficiados por la probation o por la fornication, pero algo tengo absolutamente claro. Basta de pensar. Incluso una fórmula con Ricardo Fort no sería mala idea. Algunos pensarán que es pésima. Pero con estas declaraciones…yo me quedo mucho mas tranquilo.
--------------------------------------------
Entre Mempo y Grobo: de la soja al monte.
Un debate que parece un partido de tenis, donde la pelotita (la realidad discutida), parece olvidar el marco en el que va y viene: las lógicas de este neocapitalismo cuasi desarrollista que, básicamente, sigue manteniendo las líneas de fondo con que jugara siempre.

Ya que el decoro y el despliegue de “buenas costumbres” reina entre los conversantes, y que el empresario sojero invita a que este debate sea amplio y colectivo, dejando de pintar el paisaje desde el punto de vista de cada uno y convirtiéndonos cada uno, lo más claramente posible, en el punto del paisajes que presentamos, es que tomo la pelotita y doy mi suave golpe aunque, antes de entrar en la conversación, me detengo a ver con qué pelotita están jugando.
¿Es la pelotita el desarrollo nacional, el sistema productivo, el modelo agroexportador, la soja, el ambiente, (la salud) los pobres, el Estado o la relación entre Estado, empresarios y trabajadores, es la historia? Según mi humilde entender, declarándome experto, no tengo porque hacerme también el humilde, en mirar y analizar partidos de tenis por televisión comiendo pochoclos, me arriesgo a declarar que la pelotita que va y viene está hecha de aquello que ya pocos quieren reconocer como la esencia de toda fibra en este juego y todos los juegos: el capitalismo.
Siendo así, sólo tengo preguntas que recojo de las pelotitas que se han salido de la cancha y las devuelvo para que quizá, sigamos comprendiendo las razones por las que unos avanzan sobre lo que otros retroceden o ven desaparecer, mientras las otras pelotitas, las de soja, se preparan para una nueva temporada.
Algunas preguntas:
Si la agricultura familiar es indigna y vivir como se vivía antes es demasiado sacrificio ¿no se podría vivir como antes, en el campo, las familias y los hijos de las familias con sus familias (como aun sucede en Santiago, en Misiones y algunas otras provincias aun cuando hace años, no la nueva industrialización sino los actores del capital que la impulsan tras la búsqueda de más y más ganancias, los han corrido a las ciudades, de hecho, con maniobras económicas especulativas y con leyes controlando un Estado fuerte, o débil, da igual, pues el Estado siempre es para el Capital), pero con mejor distribución de la tierra, las herramientas, con energía eléctrica (no de presas o atómica, sino autogenerada con desarrollo de tecnologías en las cuales no se invierte porque no hay ganancia, con caminos buenos, centros de salud bien equipados, cuidado del agua y la tierra por la agricultura sana, orgánica, sustentable, para propios y para otros?
¿Se puede pensar en esto sin afectar por ejemplo, los intereses de los empresarios del agro? ¿Qué pasaría si los campesinos argentinos sin tierra saldrían como en Brasil a tomar tierras y a crear colonias y escuelas y centros de salud y universidades y dignidad para sus hijos, y con futuro saludable? ¿Qué respuesta tendría el Estado débil o fuerte? ¿Qué respuesta de los empresarios desarrollistas?
El mundo, desde hace cincuenta años va concentrando, y ahora ya ha pasado a más del 50%, su población en las ciudades. ¿Estamos obligados a quedarnos con que es así y sólo nos resta pensar qué y quiénes tienen que ocuparse del campo que queda sin gente y cómo hacer para ser más digna la vida de los conglomerados humanos en las ciudades? ¿O podemos despreciar con absoluta radicalidad este proceso de concentración del capitalismo que opera por despojo, usurpación, explotación y aglomeración de gentes ya sin destino ni posibilidades y pensar en cómo cambiar esto devolviéndonos, a los ser humanos todos y todas, la tierra y la tierra para todas y todos los seres humanos?
¿Si no daña al agua y a la tierra lo que sea que se haga es bueno? ¿Si la gente se va del campo desde antes de la soja eso justifica a la soja?
Ya que abren el debate ¿Cuál es el espacio para el debate nacional que tienen los campesinos desheredados de la tierra que no son el fruto de algún o algunos empresarios escrupulosos sino víctimas de un comportamiento favorecido por los avances, siempre avances del capital sea del idioma que fueran?
¿El mundo nos brinda oportunidades? ¿Quién le brinda oportunidades al mundo para que sobreviva? ¿Acaso todo lo que se habla y todos los que hablan de los problemas de alimentación (que, oh casualidad ¿resuelve la soja?, pero que, oh casualidad es el sistema que necesita la soja el que lo genera) y de desastre climático, escases de agua buena y desertificación, lo hacen porque recién comienzan a verse algunos efectos de estos o porque los efectos ahora son la realidad sobradamente generalizada? ¿Seguimos debatiendo los efectos o miramos las causas? ¿Nos hacemos responsables o seguimos pareciendo razonables?
¿No es la razón y las aparentes buenas intenciones las que nos han depositado en esta encrucijada lamentable de la historia? ¿No es acaso el afecto que abunda en la nota el necesario profundizar no entre quienes discuten sino con quienes sufren a carne viva lo que se debate?
El agua contaminada que toman los pibes de la escuela que ayuda Mempo ¿viene de antes o es por la soja? y si viene de antes y además pude ser por la soja, ¿no es en todo caso consecuencia de lo mismo? a menos claro, que la naturaleza, se haya ensañado por propia voluntad, contra los seres humanos.
¿No es el racionalismo pragmático el que argumentando salvar entierra, el que aparentando ser coherente es inmoral?
Si un estudio sobre el glifosato (y son varios no uno) demuestra que este produce mal formaciones en los mismos animales que usan los laboratorios para probar las medicinas con que se fabrican remedios para curarnos, no es una clara evidencia de lo que está sucediendo más allá de todos las demás variables que son incluso peores que el veneno, y los empresarios del dinero en grano no se atreven a reconocerlo, es lícito que con ellos se siga discutiendo.
-------------------------------
No llores por internet argentina

Por Alfredo Grande -29 de Julio de 2010
“Lo siento, querido Scalabrini Ortiz. El hombre que está solo ya no espera. Ahora chatea”
(aforismo implicado)

“La Rioja: venden a extranjeros 200 mil hectáreas que incluyen áreas protegidas Las compraron por Internet. Está en juego el destino de cientos de familias, recursos naturales, escuelas y caminos. Quieren impedir la operación. Por allí pasa el Camino del Inca. En Vichina está Laguna Brava, una reserva natural declarada sitio protegido por sus recursos naturales. El secretario de Tierras y Hábitat Social de La Rioja, Ariel Puy Soria, informó hoy que se negó la inscripción en el Registro de la Propiedad Inmueble a 200 mil hectáreas que fueron vendidas en forma ilegal a extranjeros, en el departamento riojano de Vinchina.
Puy Soria destacó que “no se inscribirán escrituras que no cumplan con el marco legal nacional y provincial vigente” y sostuvo que la superficie que fue vendida ilegalmente fue declarada zona de “procesamiento”.
Puy Soria remarcó que en la superficie en cuestión se encuentran comprometidos caminos rurales, recursos naturales, escuelas y sobre todo la vida de cientos de pobladores que desarrollan sus actividades agrícola-ganaderas desde hace generaciones.
El funcionario explicó que “es una zona de frontera, lo que pone en alerta y peligro la seguridad nacional” y agregó que “la posición de la provincia es contundente y clara en defender los intereses de los verdaderos poseedores de la tierra”.
Explicó que las tierras fueron adquiridas por un estudio de abogados de la localidad de Chilecito en un remate a muy bajo precio y posteriormente vendidas a capitales extranjeros en una suma que supera el millón de dólares.(.) añadió que “se tiene que dejar de vender a La Rioja por Internet”. (.) El Gobierno nacional ayudará para que las provincias cuenten con los fondos necesarios para transformar lo que se llamaba antiguamente hijuelas, en escrituras reales”.
(Los Andes-on line 26-07-2010)
(APe).- Evidentemente, hay dos argentinas. La real, la mediática y la virtual. Perdón: parece que son tres. Mientras nos deleitábamos con los festejos de 200 años de gobierno patrio, abogados leguleyos de chilecito vendían en dólares lo que habían comprado en australes. O en pesos. Lo mesmo da. Debo aclarar que no entiendo que es “zona de procesamiento”. Lo último que dio en llamarse Proceso, fue una cacería nocturna y diurna contra los habitantes de estas tierras. No queda claro como se llegó a vender, aún en forma ilegal, lo que ahora se decide no inscribir. Naturalmente, es una estafa, que no debe ser fácil concretar sin algún tipo de guiño, mueca, signo gutural, dedos cruzados, o lo que sea, para esos advenedizos abogados. Si vender tierra en una maceta no es fácil, cuesta creer que una operación por 200.000 hectáreas salga de un modesto estudio de Chilecito. Por suerte laguna Brava es sitio protegido, de lo contrario podríamos suponer que está en grave peligro. No me parece relevante que sea zona de frontera y mucho menos que se apele, una vez más, al reaccionario concepto de la seguridad nacional. Doctrina que permitió justificar el asesinato de compañeras y compañeros, ayer nomás. En todo caso, la idea de frontera nacional, incluso de estado nación, ha sido demolida hace décadas, ya que cuando hablamos de globalización, justamente hablamos de internacionalismo capitalista, o sea, de imperialismo. Sea: corporaciones transnacionales como la IBM, y el Vaticano, para poner algunos ejemplos. La única frontera a la cual respetan son ocasionales episodios de default, solucionados casi siempre a costo y costas de quienes los padecen, y nunca de quienes los ocasionan. No deja de ser interesante la decisión de dejar de vender una provincia por Internet, sin aclarar que tampoco se venderá por oca postal. Pero nunca se sabe. La vida te da sorpresas y todavía no entendemos bien de que forma se parará la minería a culo abierto (lo de cielo abierto me parece demasiado generoso, demasiado onda salvador gaviota cuando estamos hablando de destructor buitre) porque si de la oposición nada bueno puede esperarse, del ejecutivo que hace dos años vetó la ley de protección de los glaciares, tampoco. Digo: que tampoco puede esperarse nada bueno, y quizá algo tan malo como la privatización de YPF que el gobernador y la senadora por la provincia petrolera de Santa Cruz, años antes de ser “los Kirchner”, aprobaron. Lo que resulta difícil de aceptar es que la posición de la provincia de La Rioja sea contundente en estos temas. Algo pasó camino al foro que las hectáreas se vendieron, y no creo que si alguien coloca algún millón de dólares por tierras feraces, se quede tranquilo escuchando las expresiones de un gobierno provincial que se percató del latrocinio cuando éste intentó pasar a la legalidad. Si la ley siempre acompaña a la realidad pero desde lejanas retaguardias, debo sospechar, por viejo, por psiquiatra y por vizcacha, que otras felonías análogas han transcurrido mientras nos deleitamos con Fuerza Bruta, el Mundial, y las deliciosas peleas entre la Mole Moli y Ricardo Fort, el mismo que echa trabajadoras embarazadas de su fábrica de chocolate, que no es justamente la de Willie Wonka. Recurrir a la remanida metáfora del iceberg me parece insoportable. Pero deberé soportarlo, porque recurro a ella. Aunque dudo, jactancia de intelectual, si es la punta del iceberg o la base de un pozo. Pozo ciego, naturalmente. Cuando algo se filtra del entramado laberíntico de la cultura represora, estemos seguro que hay más, mucho mas que las apariencias, aunque en este caso, no engañan. No deja de extrañar, aunque más que extraño sea siniestro, que se puedan rematar doscientas mil hectáreas, con pobladores, escuelas, caminos, recursos naturales, y la operación siga alegremente su curso hasta que, justo el 29, llega a una escribanía. ¿Qué falló en la operatoria? ¿Cuántos involucrados habrá además de los leguleyos de Chilecito? ¿Habrá sido un correo spam? ¿Se le cayó el antivirus? ¿Habrá sido una operación planificada desde el Google Earth y pagada en “pagomiscuentas.com”? Me alivian, aunque no demasiado, las palabras del funcionario: “se tiene que dejar de vender a La Rioja por Internet”. Algunos de los presentes me informaron, que esas palabras fueron rubricadas con un rotundo: ¡carajo! a lo que alguno agregó: punto com. La peor parte de este grotesco, que alarmados por la audacia de la operatoria via Internet, el gobierno nacional y su par provincial arbitrarán todos los medios, supongo que solamente los legales, para que los pobladores tengan escrituras reales, en vez de las denominadas hijuelas. O sea: alabados los abogados de chilecito, bienaventurados los capitales extranjeros, los cuales por su infinita codicia han permitido que algunos se aflojen el moño y salgan de la virtualidad de la “hijuela” para pasar a la realidad real de la escritura. Vamos a decirlo en los términos que pueda entender cualquiera, incluso un funcionario: ¿podemos suponer que los pobladores estaban a merced de esta maniobra, porque las tierras no estaban legalmente adjudicadas a ellos, que en realidad el estado provincial los tenía en calidad de “okupas”, y que a pesar de la declamatoria de que son los “verdaderos” (faltó decir reales) poseedores de la tierra, no tenían ni tienen, un mísero paper que lo acredite? Varias generaciones de ilegalidad consentida, pobladores originarios que son sometidos a un inquilinato de facto por décadas, despropósitos y genocidios blandos contra todos los pueblos que están en nuestros orígenes. Pero insisto: la cultura represora no solo necesita doblegar y someter: también necesita humillar. Estos pueblos mancillados no tienen ni siquiera la ocasión de resistir al represor con lanza, facón, o boleadoras. De pelear con el coraje de los que defienden la tierra de sus ancestros y de sus hijos. Los reducen a ser vendidos en un container virtual. Deberían aprender sistemas operativos de Windows y suscribirse a una banda ancha con buena velocidad de bajada, para resistir con un teclado y un mouse la barbarie depredadora de los piratas capitalistas que algunos llaman inversores. No creo que las millones de netbooks repartidas recientemente permitan organizar la resistencia de los “nativos”. Si alguna vez Deolindo Bittel en un discurso de campaña entre “liberaciòn y dependencia” eligió dependencia (acto fallido o no según la óptica del análisis), es evidente en la actualidad que instaurado el tabú de toda forma de violencia revolucionaria, solo cabe resistir con páginas del tipo www.noalsaqueo.com, a través de las guerrillas virtuales de Facebook, consignas que olviden el “que se vayan todos” para suplicar que “se les caiga el sistema a todos” y sostener que la revolución permanente necesita clonarse en una queja on line. Que gracias a la banda ancha puede durar setenta veces siete y mas también. Es posible que los originarios ni siquiera habrán leído la noticia en los andes on line. Al menos, estoy seguro que en su mansedumbre, tristeza, soledad, sufrimiento, nos están haciendo a nosotros, los orgullosos descendientes de los colonizadores, una terrible advertencia: no llores por internet Argentina.
------------------------------
La facultad de Medicina de la UBA fue sede de la asamblea “22 Puntos por la Salud de la República Argentina en el Bicentenario”, convocada por el Foro Social de Salud y Medio Ambiente. Allí se trabajó sobre las ideas-fuerza que se resumen en los 22 puntos para garantizar la efectividad de ese derecho humano fundamental. Un debate impostergable sobre la necesidad de reformar el actual Sistema de Salud. Allí estuvo Antonio Chacra, referente rosarino del Movimiento Mundial por la Salud de los Pueblos, y comparte la crónica del encuentro.
Bajo la consigna “La Salud es un derecho humano fundamental y social inalienable”, el 14 de julio se realizó en la sala del Consejo de la Facultad de Medicina de la UBA, la Asamblea “22 Puntos por la Salud de la República Argentina en el Bicentenario”. El encuentro contó con la presencia de numerosas delegaciones, las cuales aprobaron por unanimidad los 22 puntos de la propuesta de la Salud en el Bicentenario. (ver los 22 puntos)
Tuvieron activa participación más de cien delegados, que fervorosamente concurrieron acompañando a las distintas delegaciones de la Argentina. Así lo hicieron compañeros de Córdoba, Bahía Blanca, Neuquén, Santiago del Estero, Rosario, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de diversas localidades del interior y conurbano bonaerense.
La Asamblea se nutrió con los representantes de Médicos del Mundo, ALAMES Latino América, Cátedra de Derechos Humanos de la UBA, representantes del Decano de la Facultad de Medicina de Rosario, profesionales de la Municipalidad de Bahía Blanca, referentes del Movimiento por un Sistema Integral de Salud (MOSIS - Córdoba).
También estuvieron compañeros del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), de la Confederación Mapuche y del Movimiento por la Salud de los Pueblos de Argentina, entre muchas más instituciones que avalaron la propuesta. Como Barrios de Pie, Libres del Sur, Proyecto Sur, delegados de trabajadores de la Salud de ATE, docentes de la Facultad de Medicina de Buenos Aires, compañeras de Pañuelos de Rebeldía y otras delegaciones de organizaciones sociales y políticas.
Luego de la jornada de discusión y debate, el grupo acordó replicar y profundizar el tema en foros zonales a realizarse en las diferentes ciudades y provincias, y realizar un próximo encuentro (también en Buenos Aires), a mediados de noviembre.

------------------------------
Los Pibes de Bariloche
23/07/10
Por Alberto Morlachetti
(APe).- Bariloche se imaginó siempre como un diseño de la belleza. Cierto. La mirada se hace bonita cuando descubre el lago Nahuel Huapi, el Cerro Catedral o la arquitectura europea del Centro Cívico. Desde su fundación, en 1902, se imaginó blanca, cercanamente Suiza, entrañablemente Alemana.
Protegido por el invierno y el olvido Erich Priebke, vivió casi 50 años en Bariloche. Pero fue descubierto en 1994 como el capitán de las SS Alemanas que el 24 de marzo de 1944 ordenó ejecutar con tiros en la nuca a 335 Italianos en la Masacre de las Fosas Ardeatinas. Mucho de los habitantes de Bariloche no tuvieron dudas ni espanto y apoyaron a aquel "vecino ejemplar de la ciudad", convencidos de que se levantaba un patíbulo para inocentes.
Ese sector de la población siente un desprecio visceral por los pobres de los barrios del "Alto" como Arrayanes, Cooperativa 258, Seis Manzanas, El Frutillar, 400 viviendas, San Ceferino, 34 Hectáreas -por nombrar algunos- donde miles de personas viven entre cartones de invierno, con vientos helados que cruzan el cuerpo de la tierra a 80 Kilómetros por hora y que lastiman la piel con sus 15 grados bajo cero. Los días son capítulos de la muerte.
El 26 junio de 2002 denunciábamos que mas allá de la postal, en 30 días habían fallecido por frío -sí, por frío- 6 bebés entre los 20 días y 5 meses de vida sin que nadie les acerque el aliento sublime de una brasa. No hubo nada delante de esos niños. Terminó su adelante. El hueco que encontraron sus padres en el cementerio quizá resuma lo que cada una de esas vidas significó para una parte de esa sociedad en la que nacieron y crecieron. Casi nada.
Tendrían esos ciudadanos barilochenses que pasar por la experiencia de ver con sus propios ojos a esos retoños que consideran menos, bastante menos, que tratan como sobras, como molestia, como condición humana de baja calidad. Tendrían que presenciar esas escenas, y si después siguen tolerándolas, será porque no los han parido bien.
-I-
Entre 1881 y 1882, el General Conrado Villegas, enviado por Roca en la Campaña del Desierto, exterminó a la mayoría de los pueblos del origen cerca del lago Nahuel Huapi y con ese modo tan bello de producir humanidad, entre arrayanes y vuelos de bandurrias.
Lejos de la naturaleza pródiga que alimentaba generosamente a los pueblos antiguos con huemules, avutardas y piñones, fueron empujados a la tierras altas de las ventiscas, para que se extingan, pero el amor es algo que permanece.
Hoy los pibes pobres -Mapuche o no- viven en riguroso apartheid y juntan cartones o revuelven diariamente la basura para sobrevivir. O siluetas de muchachas que bajan a los infiernos ofreciendo amor bajo una luna sin pecado.

-II-
Ana Piccinini -defensora del Pueblo de Río Negro- denunció más de 10 muertes de jóvenes que aparecieron ahorcados o quemados en comisarías. Juan Jara de 26 años, detenido en la Alcaldía local, se "suicidó" un día antes de salir en libertad y Jorge Piquilman, que la policía sacó de un boliche, apareció flotando tres días después en el Nahuel Huapi. Bariloche no siempre es un sueño azul, a veces es la última estación del desamparo.
La política rabiosamente neoliberal del gobierno es la que distribuye el hambre y la tristeza general. Sin embargo, los medios informativos etiquetan, marcan y discriminan. Así aparecen los niños y jóvenes como los responsables de la inseguridad en los espacios urbanos, justificando el clima de violencia policial y de constantes violaciones a los derechos humanos. En una ciudad, donde los que facturan turismo de alta gama practican un sobreentendido amoral que silencia a los "muertos olvidables".
-III-
El estado de derecho no deja de ser una larga tanda publicitaria. Para las fuerzas de seguridad las miradas de los pibes siempre esconden un prontuario. El 17 de junio en la madrugada del barrio Boris Fulman -altos de Bariloche- la policía se encontró con Diego Bonefoi un niño de 15 años, y con breve y siniestra sencillez lo asesinaron de un tiro en la nuca. Barrios donde el estado de excepción y las situaciones extremas como el espanto tenaz de la tortura o el rápido naufragio de la vida, son el paradigma mismo de lo cotidiano.
Convocados por la muerte de Diego Bonefoi, en un alba de odios, atacaron con piedras la comisaría 28 mientras la policía que ya se había despojado de toda legalidad atacaba con itakas y pistolas automáticas asesinando a Matías Carrasco de 17 años y a Sergio Cárdenas de 29 años, dejando decenas de heridos. La masacre no pudo impedir la revuelta que ingresó a la postal, apuró sus calles masticó sus piedras y las estrelló contra un espeso de silencios. La palabra de los pibes cobra "fragor de creación".
La irrupción en territorios históricamente hegemonizados por adultos no deja de conmovernos. Los jóvenes se adjudican con su praxis el papel protagónico de reducir a escombros el colectivo social donde los valores que lo sustentan se han vuelto absolutamente impugnables. Si bien saben que la producción de esta sociedad -que nadie se atrevió a soñar- no es manufactura de todos, la experiencia adquirida por la edad pierde de alguna manera prestigio en una sociedad donde los pibes de la periferia nunca alcanzarán la ciudadanía porque el derecho no los reclama.

-IV-
Los pibes tienen en común los mismos sentimientos, que también se detectan en otros colectivos sociales y a pesar de que el capitalismo serio produce carencia de futuro hay todavía sueños intactos. No se resignan a la mera sobrevivencia que los coloca en vías de extinción, donde la birra seca lagrimas y le hace el aguante a la vida. Devienen sujetos políticos y preparan nuevas incursiones contra el Estado que para ellos no es más que oxidados edificios de piedra y unos cuántos crímenes.

Aunque la Conquista del desierto no ha terminado, ya deberían saber los Capitanes de la Muerte que los pibes también sostienen el peso de la vida, de una manera "singularmente violenta y lúcida".

------------------------------

Los príncipes y los mendigosPor Alfredo Grande 
Jueves, 15 de Julio de 2010 00:19 
“aunque guste, la sarna siempre pica” 
(aforismo implicado)
El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, reconoció hoy que el gobierno vetará el aumento de las jubilaciones mínimas que impulsa la oposición en el Congreso en caso de que el proyecto se convierta en ley.En declaraciones radiales, Fernández pidió "racionalidad" a los diputados y senadores para que el Poder Ejecutivo no tenga que rechazar el proyecto al que volvió a calificar como "demencial"."Quiero creer que la racionalidad va a tener un triunfo en este caso, buscar que uno no tenga que vetar una cosa de estas características, porque es demencial", dijo el funcionario. Fernández dijo que prefiere pasar por "antipático" antes que se tomado por "mentiroso" y que quieren ponerse "colorado una sola vez y no verde todos los días. Tema "sensible". Por su lado, Moyano reiteró que la discusión del pago del 82 por ciento móvil en el haber mínimo jubilatorio es "un tema sensible" y consignó que ese incremento debe cumplirse en base a los recursos disponibles."Quién puede negar o desconocer que hay necesidades en muchos hogares de jubilados o estar en desacuerdo que le den un aumento, y lo que tenemos que tener es la responsabilidad de saber que existan los recursos necesarios como para que esto no se convierta en un boomerang" para el Estado nacional, manifestó el gremialista. (Agencia DyN)
Como vimos, todos los proyectos implican déficit. Es decir, el gasto previsto supera a los ingresos de la ANSES. ¿Cómo se resuelve la cuestión? De eso no se habla. Una opción, podría ser el endeudamiento externo. Otra: aumentar impuestos a los sectores de mayores ingresos. Por caso, recomponer los aportes patronales. ¿Se animarán las fuerzas políticas que en el pasado lejano y reciente han estado ligadas a las corporaciones (recordar la discusión por la 125, estatización de las AFJP, ley de medios) a avanzar progresivamente sobre los actores más favorecidos? Sería una buena noticia, aunque permítanme dudar. (Agencia Paco Urondo)

(APe).- Hace algunas décadas atrás, uno de los actores del inolvidable programa cómico La Tuerca, reiteraba su pedido del “82% móvil”. Era el mismo actor que se alarmaba del “indisfrudigenchigen” en el cual incurría la “nena” de su amigo. No podía saber Vicente Rubino que a 27 años de democracia estaríamos discutiendo exactamente lo mismo y que el “indisfrudigen” sería parte de la oratoria de los príncipes de la democracia, que algunos llaman legisladores. Si la discusión fuera entre porcentajes móviles y porcentajes estáticos, apenas sería otro de los distractivos que los príncipes tienen mientras debaten protegidos por rejas de notable factura (me refiero, claro, a los costos). El fervor popular, que necesita expresarse con abrazos, besos, todas muestras de afecto, incluído el ulular de vuvuzelas, cuando raudos y raudas atraviesan la vereda para entrar en el Palacio para cumplir las abluciones del rito republicano, ha obligado, dulcemente obligado, a colocar en forma permanente el enrejado que en los ominosos dias del 2001 se habia colocado precariamente. Ahora si: consolidada la democracia y consolidadas las rejas para protección de las ancianitas que podrían ser inadvertidamente pisoteadas por la multitud que aclama a sus representantes, el debate sobre el 82 % ha vuelto a los titulares. El tema, claro está, es de donde sale la guita. Sin embargo, el mayor problema no es de donde sale, sino adonde va. No soy economista, ni siquiera cuando voy de compras ya que me especializo en los peores productos y en los mas caros, pero es fácil pensar que las diferentes rutas del dinero están sin peaje para algunos destinos y colapsadas para otros destinos. Parto de un axioma: hay dinero, mucho dinero, claro que nunca demasiado dinero, pero suficiente dinero para sostener todas las asignaciones todas. El tema, como siempre, es solamente político. Estamos en un juego de suma cero donde los proyectos marcan su destino de acuerdo a como se titulan: Ley K, Ley O (de oposición). Esto pasa incluso con la discusión sobre la modificación de la Ley de matrimonio civil. Dos marchas, una formateada desde los mandatos, otra motivada desde los deseos. Sectores que están de acuerdo con la modificación, no apoyarían si la iniciativa pudiera implicar darle oxígeno al Gobierno Nacional. Tampoco se podrá aprobar el 82%, porque eso sería darle oxígeno a la Oposición. Curiosa forma de entender la verdad democrática, donde el triunfalismo de las pequeñas victorias empaña el esfuerzo de las grandes batallas. Quizá estemos asistiendo a la consolidación de una Democracia Mediocre, que seguramente José Ingenieros hubiera incluído en su célebre tratado. Se amenaza con el pasado, con lo cual si los jubilados cobran el 82% como reclamara Vicente Rubino, o la minoría LGTTI (lesbianas, gay, travestis, transexuales, bisexuales, intersexuales) accede al matrimonio civil, todas las catástrofes caerán sobre la Argentina, e insinúan que el 0-4 contra Alemania fue un adelanto de esas vacas super flacas. Otros temas tienen la misma suerte, mejor dicho, la misma desgracia: educación sexual, aborto, impuestos no regresivos, es decir, que no sean siempre al consumo, ley de protección de los glaciares, y casi con pudor, agrego: reforma agraria. Esta es una Democracia donde hay pocos que deciden si dan, y muchos que no pueden dejar de pedir. Los primeros están cómodamente instalados en la denominada división republicana de poderes. Son los Privilegiados de la Tierra. Los segundos son los “beneficiarios” de los sistemas de salud, servicios no públicos, educación, transporte, vivienda. Son los Mendigos de la Tierra. Condenados a ser por toda la eternidad mendicantes, pedigueños, todos somos trapitos, limosneros de diversos linajes. Están los que bajaron rápidamente, están los que nunca subirán. Y en este lamentable cambalache, todo se discute, pero nada se resuelve. Pero el objetivo del Estado Burgués no es resolver algo sino complicarlo todo. Para todo es necesario legiones de especialistas, muchos de ellos ni siquiera son idóneos. Legiones de aparatos ultrasofisticados, aunque para las inmensas mayorías sigue siendo una hipótesis de conflicto conseguir la garrafa social, intentan resolver con la electrónica lo que destrozaron con la mecánica. El Penetrable bosque chaqueño podrá ser alucinado con la tecnología 3D, y de ese modo olvidarnos para siempre del etnocidio. Lo terrible es que la discusión sobre como financiar el 82%, que a esta altura es un sentimiento que no se puede parar, termina encubriendo las jubilaciones de privilegio, esas si siempre financiables y financiadas, de los Príncipes de la Tierra. Las escalas de sueldo son obscenas, y no solamente en los programas de la televisión pública, como denunciara Lanata. La obscenidad es parte de la pornografía económica de la legalidad burguesa, donde algunos se pelean por las migas, y otros revolean los panes. Tenemos que convocar a la segunda parte de la Asamblea del año XIII. Hay muchas formas de oligarquías, además de la vacuna. Hay muchas formas de monopolio, además del diario Clarín. Se cuestiona la lucha de clases, pero se sostiene la hegemonía de castas. Hugo Moyano nunca será responsabilizado de los accidentes en las rutas, la rotura de puentes, las rutas estropeadas, por la demencial acumulación de transporte terrestre, que le ha permitido la demencial acumulación de poder. Hay muchas demencias dando vueltas, además de la denunciada por Anibal Fernandez. Es una suerte que pueda elegir entre ponerse colorado una sola vez, que verde muchas. Los Mendigos de la Tierra no tienen otra opción que vérselas negras. El 82% terminará siendo una consigna al estilo del inolvidable “que se vayan todos”. Una de las tantas paradojas que el sistema no puede resolver, porque si lo hiciera, terminaría colapsando. Los Príncipes, y los Reyes tendrían que mudarse al este del paraíso. Y de los Mendigos serán las tierras. Quizá entonces aspiren al 100% o mas, nunca se sabe hasta donde puede llegar un deseo. Entonces, Vicente Rubino podrá abandonar su prédica. Habrá comprobado en tantas décadas que la sarna, aunque sea con gusto, siempre pica. 
  
------------------------------
DEBATES PARA HONRAR EL BICENTENARIO 
29 de Junio de 2010

“Una cosa lleva a la otra”
El conjunto de efectos de un cambio tecnológico *

Argentina es uno de los 10 países del planeta con mayor biocapacidad(1). Asimismo, somos el cuarto país del mundo si consideramos la biocapacidad no utilizada que excede a la huella ecológica(2) En este contexto es inimaginable pensar en escenarios a futuro de nuestro país, sin asignar un papel protagónico a la producción agropecuaria. El eje de análisis será la aplicación del modelo actual de tecnología de siembra directa y factores conexos. Considero conveniente conocer datos básicos de nuestra estructura productiva primaria y compararlos con información norteamericana.

Estructura de la producción agropecuaria. Según el Censo 2002, la tierra agrícola y forestal del país cubre 175 millones de hectáreas (ha) y es trabajada por 297.000 emprendimientos. Esto significa una reducción muy importante respecto del Censo 1988, en que se individualizaron 378.000 emprendimientos. Como una medida directa de la concentración, se debe tener en cuenta que hay 29.037 unidades que ocupan el 78% del total, con una superficie promedio de 4.695 ha.Los valores parciales y preliminares del Censo 2008 muestran que se mantiene la tendencia de concentración, a un ritmo menor.

En Estados Unidos, la media por establecimiento es mucho más pequeña que la argentina o la inversa: la tierra está mucho más distribuida. Como medida fuerte de la diversificación de actividades al interior de cada unidad, debe tenerse en cuenta que allí el 40% de las unidades medianas o mayores se dedican a producir y comercializar 4 o más tipos de bienes agropecuarios.

Con respecto a la distribución en la cadena, existen uno o varios factores distorsivos importantes: en el período entre censos

· Presencia de intermediarios no necesarios.
· Dominancia en la cadena de valor por parte de eslabones que ejercen un poder oligopólico.
· Falta de interés del productor primario por el proceso de agregado de valor posterior, lo cual hace que se limite a buscar su rentabilidad en la tranquera del campo, cediendo en la práctica plusvalía a los exportadores o a los eslabones subsiguientes.
· A la inversa, falta de vínculos estables de los industriales con sus proveedores, con lo cual se establece aquí una hegemonía por parte de los industriales, al contar con una oferta dispersa de materia prima.

Si cotejamos con EEUU, el 38% de toda la producción agrícola se hace bajo contrato con un transformador industrial. Esta cifra instala la llamada producción primaria como un eslabón fuertemente integrado a la industria procesadora.

Existe una faceta crítica de toda la problemática agraria: cómo la agricultura industrial, aquella que prioriza el negocio por sobre la relación hombre-suelo-clima, puede simplificar tanto el diseño de la actividad, que se convierte en una tarea extractiva, con más analogías con la minería que con la actividad de los agricultores chinos que llevan 4.000 años de trabajo continuo sobre la misma tierra.

La agricultura industrial opera con el siguiente conjunto tecnológico, propio de la siembra directa:
· Aplicación de herbicida total.
· Siembra directa con simultánea aplicación de fertilizantes.
· Eventual reiteración de aplicación de herbicida.
· Eventual aplicación de funguicidas o insecticidas.
· Cosecha.

Desde una mirada industrialista simple, parece todo ganancia. Más eficiencia, menos trabajo en campo, más producción probable, pero es mucho más complicado que eso. El paquete tecnológico de la siembra directa, a nuestro juicio, provoca modificaciones estructurales en la producción agropecuaria argentina, que no se ven reflejadas en la misma dimensión en Estados Unidos.Hemos de desagregar los efectos técnicos, económicos y sociales del paquete observados aquí.

Efectos técnicos positivos: el único punto sobre el que no hay discusión es que la siembra directa reduce los riesgos de erosión. En todo otro aspecto, hay dudas o directamente cuestionamientos que describiremos enseguida.

Principal efecto técnico dudoso o cuestionado: una faceta crítica es, que la agricultura industrial prioriza el negocio por sobre la relación hombre-suelo-clima, simplifica tanto el diseño de la actividad, que se convierte en una tarea extractiva, con más analogías con la minería que con la actividad de los agricultores chinos que llevan 4.000 años de trabajo continuo sobre la misma tierra.La relación con el suelo:es un sustrato de importancia menor, al cual se incorporan los nutrientes críticos y la semilla, se vigilan las pestes y luego se cosecha. Otros efectos: nuevas malezas resistentes a los herbicidas, y por lo tanto más herbicidas; hay objeciones metodológicas por el impacto en el contenido en el suelo y su compactado, a la vez, en la absorción de agua.

Los efectos económicos, sociales y ambientales: el paquete tecnológico de la siembra directa, a nuestro juicio, provoca modificaciones estructurales en la producción agropecuaria en tanto reduce significativamente la necesidad de trabajo personal, tanto calificado como no calificado, se basa en tecnología de equipos costosos.Los efectos pueden ultra resumirse en, un panorama incierto sobre la calidad del suelo para las futuras generaciones; un aumento de la concentración de la tierra con sus impactos sociales y económicos; una deslocalización de parte de los ingresos agropecuarios, que migran hacia los grandes centros urbanos y el exterior que generan una desinversión regional; la falta de actores locales o regionales para integrar la cadena de valor hasta los productos finales; el deterioro – en algunos casos muy fuerte - de las condiciones ambientales para las comunidades vinculadas.

En síntesis, el conjunto de diferencias estructurales tiene varias consecuencias en cuanto a la aplicación del paquete tecnológico, que empiezan por lo cuantitativo: en Argentina más del 50% de la superficie sembrada aplica siembra directa y en Estados Unidos solo el 20%.

Qué hacer: Es necesario configurar una red técnica que conecte el campo argentino con la industria. En tiempos que se reitera la necesidad de tener políticas de Estado en temas clave, se debería afirmar que los suelos agrícolas argentinos son un patrimonio nacional, de propiedad y explotación privadas, pero cuya fertilidad es de interés público. Resulta conveniente en este contexto el dictado de al menos la siguiente legislación:

· Ley de uso de suelos
· Ley de arrendamientos, con obligaciones para quien toma en arriendo y para quien cede en arriendo.
· Ley de promoción integral de la industrialización local de la producción agropecuaria.
· Normativa rigurosa para el uso de herbicidas y pesticidas.

Son los cuatro flancos hoy descubiertos, que una vez ordenados permitirán, a mi criterio, mejorar la compatibilidad entre la tecnología utilizada en el sector primario y la calidad de vida general.

* Ing. Enrique Martínez- Presidente del INTI (abstract del documento completo)

[1]Biocapacidad:
es la capacidad del ecosistema de una región o país para producir materias biológicas útiles y absorber desechos generados por los humanos, usando las técnicas de administración y de extracción corrientes.

[2]Huella ecológica:
es una medida de cuanta tierra y agua biológicamente productiva necesita un individuo, una población o una actividad para producir todos los recursos que consume y absorber todos los desechos que genera, usando las tecnologías y la administración de recursos vigente. Esa Huella se compara con la Biocapacidad.

------------------------------
Belgrano intangible

Jueves, 24 de Junio de 2010 00:07
(APe).- Un redactor (y un locutor) de la cadena nacional se equivocaron este domingo 20 de junio y anunciaron, desde Rosario, a todo el país, que se estaba conmemorando “el 198º aniversario de la creación de nuestra enseña nacional”. Pero también se equivocaron, a nuestro entender, los funcionarios de Educación que dispusieron que en las escuelas se celebrara el Día de la Bandera el viernes 18 (para no interrumpir el fin de semana largo), y los que acataron entusiastas el feriado nacional del 21 de junio (otorgado en compensación no se sabe de qué).

Sería muy sencillo -y de sentido común- dejar las cosas como estaban hace medio siglo, legislando y decretando que las fechas patrias no se pueden mover, por ningún motivo. Sólo así se les podría devolver su fuerza simbólica y su sentido.

Aunque pedir sentido común a la burocracia del Estado es como pedir espíritu patriótico a un comerciante. “El comerciante -escribió Manuel Belgrano en su Autobiografía- no conoce más patria, ni más rey, ni más religión que su interés propio; cuanto trabaja, sea bajo el aspecto que lo presente, no tiene otro objeto, ni otra mira que aquél…”

Robos, subastas y memoria
No falta mucho -intuímos- para que en alguna subasta internacional se exhiba y ponga a la venta el reloj de oro con cadena y brillantes, obsequio de Jorge III de Inglaterra, que Belgrano entregó en su lecho de muerte, a falta de otros recursos, al médico Joseph Readhead, en reconocimiento a sus servicios. La joya fue robada en 2007 del Museo Histórico Nacional.

El año antes, un par de pistolas artesanales obsequiadas a Belgrano después de la batalla de Salta, que por esas vueltas de la vida habían ido a parar a la caja fuerte de un Secretario del Tesoro norteamericano, fueron rematadas en Christie’s por 374.400 dólares. “Éstas son piezas vinculadas de manera íntima a la historia argentina, que lamentablemente no han estado en ese país por más de 150 años” dijo a la prensa Connor Fitzgerald, asesor del coleccionista particular que ofrecía las piezas. Sus palabras podrían repetirse, muy pronto, para fundamentar la tasación del reloj robado hace tres años al Museo Histórico Nacional.

Imaginamos a Ricky Fort o a un personaje por el estilo, con lágrimas en los ojos, adquiriendo el reloj de Belgrano en la subasta, y trayéndolo de nuevo a casa. A su casa particular, claro. No al museo público. “Porque los museos argentinos (le pagará a un periodista para que lo escriba) carecen de seguridad museística…”

Las escuelas postergadas
Ya es parte de nuestro folklore -y de nuestra tristeza- la historia de las cuatro escuelas del NOA que mandó a crear Belgrano, donando cuarenta mil pesos fuertes que había recibido de Buenos Aires, en reconocimiento por el triunfo de Salta. La más norteña de esas escuelas -la de Tarija, Bolivia- fue construida por el Estado argentino recién en 1974. Las de Salta y Santiago del Estero, en 1997. Y la última, la de Jujuy, en 2004.
Si aquellos cuarenta mil pesos fuertes de 1813 hubieran sido puestos en un banco, todavía hoy los descendientes de Belgrano estarían viviendo de los intereses. Pero Belgrano era un visionario y un militante, y el único interés que tuvo en su vida fue el supremo interés de su pueblo y de su patria.

Apropiaciones indebidas
El despojo al prócer comenzó hace mucho. En la República del Centenario, por ejemplo, cuando se exhumaron los restos de Belgrano para inaugurar el panteón en Santo Domingo. Dos ministros de Roca -Joaquín V. González y Pablo Riccheri- que intentaron guardarse como reliquias algunas piezas dentales de esos restos, fueron descubiertos y debieron devolverlas.
Pero la apropiación física de la memoria de Belgrano -sus cosas, sus huesos- no ha sido tan grave como la apropiación intelectual (y política) de su vida y de su legado.

En su obra póstuma Grandes y Pequeños Hombres del Plata, Juan Bautista Alberdi denuncia, aportando su propio testimonio y el de Sarmiento, que la monumental Historia de Belgrano, de Mitre, fue un trabajo ideado y comenzado por Andrés Lamas, quien desde Río de Janeiro -donde se hallaba en misión diplomática- le pidió a su amigo Bartolo que le copiara cierta documentación a la que él no tenía acceso. Mitre, según Alberdi, nunca envió esas copias a Lamas, aconsejándole no publicar su trabajo sobre Belgrano. Acto seguido, se lanzó él mismo a escribir la biografía del prócer de Mayo, con la abundante documentación disponible en Buenos Aires.
Sin embargo, la gran crítica que Alberdi le hace al “Belgrano” de Mitre es el propósito de hacer leer como una derrota la expedición porteña al Paraguay. Los reveses de Belgrano, entonces, fueron “vengados” luego por la guerra de la Triple Alianza (auténtico genocidio, del que nunca pudo recuperarse completamente la república guaraní).

Otra distorsión en la valoración histórica de Belgrano, fue tomar como un delirio su propuesta -expresada en la reunión secreta del 6 de julio de 1816, en el Congreso de Tucumán- de instalar en el sur de América una monarquía incaica, tomando la línea de descendencia de José Gabriel Condorcanqui (Túpac Amaru), en la persona de su hermano menor Juan Bautista, que vivía protegido por Rivadavia en Buenos Aires.
Por otra parte, debió pasar siglo y medio para que comenzara a estudiarse el pensamiento económico del prócer. No es dato muy conocido que ya en 1790 Manuel Belgrano había sido designado presidente de la Academia de Derecho Romano, Política Forense y Economía Política de la Universidad de Salamanca. Ni que en 1794 tradujo el ensayo de Quesnay Máximas generales del gobierno económico de un reino agrícola, que es la fuente de influencia fisiocrática más clara que llegó al Río de la Plata.

La Fisiocracia -reconocida por Marx como antecedente de la ciencia económica- sostiene que el único sector que genera riqueza es el agrícola, y se apoya en la convicción de que existe un orden en la naturaleza, un orden que no debe ser quebrado por la acción del hombre. Pensemos, por lo menos, si no valdría la pena debatir esos enunciados.
Hay que volver a Belgrano, qué duda cabe. Tenemos que releerlo y reaprenderlo. Nos debemos todavía, aquí en el río de la Plata, una recopilación comentada y anotada de las Actas del Consulado. ¿Habrá que esperar otros 200 años?
Que Interpol y las aduanas del mundo se ocupen de recuperar los objetos y piezas del patrimonio público robadas. El resto, los que no pertenecemos a la policía, a las agencias de detectives ni a las compañías de seguros, tratemos de que no se pierda el Belgrano intangible, ese Belgrano no traicionable ni comerciable, que es el que más importa.

------------------------------
Trastorno Bicentenario de la Personalidad
Por Alfredo Grande
“pobre de la tierra que no tiene héroes.- No, pobre de la tierra que necesita héroes”
                                                                                     (Bertold Brecht)

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE INAUGURACIÓN DE LA GALERÍA DE PATRIOTAS LATINOAMERICANOS, CON MOTIVO DEL BICENTENARIO, EN LA CASA DE GOBIERNO (..) Y por esas cosas de la naturaleza también o de las ideas de querer siempre desde aquí parecernos a Europa y no ser nosotros mismos, americanos, latinoamericanos, habíamos traído como protagonista central de los festejos a un miembro de la Casa Real de España. Con todo el respeto que tenemos por todo, yo quería, en nombre de la historia de todos estos hombres y mujeres que están en esta Galería, y que en los últimos 200 años abonaron con su vida, con su sangre, con sus ideales, una América del Sur más democrática, con libertad pero para la igualdad; quería y queríamos darnos los argentinos un Bicentenario diferente; un Bicentenario popular, con el pueblo en las calles. Hace apenas 27 años que tenemos una democracia continua en la República Argentina. Todos los argentinos pueden expresarse libremente, y yo quiero agradecerles el patriotismo, la alegría con que han festejado y están festejando este Bicentenario de la República Argentina. (APLAUSOS) (..)Es bueno conocer toda la historia para saber que hay múltiples formas de dar batallas y ellos tenían que dar esa batalla contra aquel colonialismo y siempre hay que dar batallas, la vida es una asociación de pequeñas batallas, en nuestras vidas cotidianas, en nuestra vida familiar, en nuestra vida personal, de diferentes formas, obviamente, y por favor nadie diga mañana que la Presidenta de la República Argentina está llamando a alguna batalla, no, de ninguna manera.

(APe).- No hay peor mentira que una verdad fuera de contexto. También es cierto que algunas palabras se resisten a los cambios de contexto. Dice un nuevo aforismo implicado que, en una cultura no represora, uno es dueño de sus palabras y esclavo de sus silencios. Por lo tanto, considero legítimo tomar, no al azar y mucho menos al voleo, aquellos dichos que me han generado un cierto impacto acústico; lo que habitualmente se denomina ruido. Como le dije a un paciente: “el problema no es que usted hace siempre lo que le canta el culo. El problema es que desafina". Y cuando se desafina, la melodía tiene su quiebre, pierde continuidad.

El macrocontexto son los festejos del Bicentenario, que a mi criterio han ocasionado cambios de una profundidad tal que me autorizan a considerarlos un nuevo trastorno de la personalidad, siguiendo la idea del DSM (Disorder Statistical Manual) en el rubro V (trastorno en la circulación vehicular). El tan temido “ataque de tránsito”. Porque la 9 de Julio dejó de ser la más ancha del mundo, a causa del Bicentenario. Luego, vinieron otros cambios, siendo lo más notable la mezcla -nada milagrosa- de asombro, perplejidad, fastidio y escepticismo por parte de amplios sectores de la izquierda histórica, cuando aluviones, que no eran zoológicos (más bien, parecían botánicos, por lo tranquilos) ocupaban los espacios libres y también ocupaban los espacios ocupados: casas de las provincias, bebederos, comederos, escenarios, etcétera. Donde hubiera un espacio, miles se lo disputaban.

Supongo que la derecha oligárquica también temblequeaba, pero dado que no es un sector que frecuento, no cuento con testimonios directos. La varias veces millonaria presencia de integrantes de todas las clases sociales, incluso económicas, fueron caras no caretas, de una mirada que gusta pensar en una sociedad unida en su diversidad.

No voy a negar que llegué a extrañar aquellas marchas que inevitablemente terminaban en el saqueo algún de comidas rápidas, o en la destrucción de un cajero automático de algún banco extranjero. Nunca faltan encontrones cuando un pobre se divierte. Sin embargo, o los de la Semana de Mayo no eran tan pobres, o eran más vigilados que pobres, porque nada salió de control, ni siquiera del autocontrol.

La obviedad es que se trató de una movilización de masas inédita, a lo que yo agrego: una movilización que logró su propio corralito. O sea: no desbordó la territorialidad asignada, y en ese sentido terminó funcionando como una “masa artificial de corta duración”. Freud denomina masa artificial a organizaciones estables y permanentes, tomando como ejemplo la Iglesia (en particular la católica, apostólica, romana) y el Ejército (al modo prusiano). Otras masas artificiales serían el Estado, el Trabajo (asalariado, flexibilizado), la Familia (sagrada y patriarcal) y la Escuela (dogmática y domesticadora).

Son masas por la cantidad de sujetos involucrados (masa se opone a individuo aislado) y artificiales porque todos sus miembros miran y admiran a un líder. Que no solamente se encarna en una persona, sino que puede ser una idea, una abstracción, o incluso un deseo. Por ejemplo, la Patria. O la Copa del Mundo. Por lo tanto, el carácter artificial de la masa convocada para el Bicentenario está dado por el liderazgo absoluto y contundente de los 200 años de la Revolución de Mayo. Muchísimo más pesaron los 200 años que la misma Revolución. Hasta podría ficcionar que descendientes de Mariano Moreno, de Cornelio Saavedra y ¿por que no? de Castelli y Santiago de Liniers, hubieran podido pasear a distancia prudente, sin molestarse unos a otros.

Varios hablaron de otra “fiesta de todos”. A mi criterio, el significante “todos” remite a captura idelógica de la clase dominante. Si en 1810 la Revolución fue para “deconstruir” el reinado de España sobre las pobres provincias unidas, en nuestra actualidad esa Revolución de hace dos siglos necesita un objeto histórico y político que actualice su utopía libertaria. Si el pasado no se continúa en el presente, si la revolución de ayer no es la aurora de la revolución de mañana, habrá más cuadros en galerías de patriotas, pero pocos patriotas para armar futuros cuadros.

Hace 100 años, la Corona de la madrastra patria amputó nuestro himno. Urgente y baratísima reparación, y sin necesidad de ninguna fuerza bruta. Es volver a imprimir, estudiar y cantar las estrofas donde la bruta fuerza se pone en la lucha contra el imperio.

Sin duda razonable, este Bicentenario estuvo desbordado de talento, de inteligencia, de creatividad y del coraje de las ideas. Pero no pudo desbordar el corralito organizativo y político que mantenía al público como público, participativo, entusiasta, alegre, comprometido, pero siempre en tanto público. Y no hay mejor público que un pueblo digno y contento. No me interesa el fósil de una revolución pasada, sino el organismo palpitante de la revolución permanente y el tránsito por lo revolucionario cotidiano.

Por eso uno de los trastornos ocasionados por este bicentenario fue la contradicción insalvable entre el sentimiento participativo y el pensamiento crítico. No es casual que yo esté escribiendo una semana después, cuando mi propio trastorno bicentenario, en mi personalidad, empieza a ceder en sus síntomas mas agudos.

Nuestro Bicentenario construyó una paradoja viviente, que a mi criterio tuvo más sabor a pesebre que a combate. Incluso combate simbólico, porque el enemigo actual sigue borroso, no sé si por convicción filosófica o por claudicación política.

Al haber desbordado toda previsión, incluso de los organizadores, y como sigue siendo cierto que lo cuantitativo decanta cualidad, podríamos hablar de Acontecimiento en relación a los festejos del Bicentenario. No es sin consecuencias que los 4 días que apenas conmovieron algunos mundos (más internos que externos) hayan sido noticia internacional, de todos los medios todos.

Pero el horizonte de lo posible, es decir, aquello que da sentido al peor de los sentidos
-el común- está exactamente en el mismo lugar que el día anterior. Para decirlo en los términos persuasivos con los que habitualmente trabajo: “el orgasmo fue de la hostia, pero la relación de pareja no cambió”. Y esto no lo digo yo, sino que se infiere de dos dichos de nuestra Presidenta. Cuando ella se refiere a la “democracia continua”, excluye un acontecimiento de calidad superior a estos 4 días, que fueron las jornadas de diciembre de 2001, cuando un movimiento heterogéneo en composición y en convocatoria -y por eso mismo, potente- arrasó con un gobierno primero, y con la imaginaria representatividad de la clase política después. Aquel “que se vayan todos” sigue siendo un himno que necesita ser recordado, y algunas vez, si resulta necesario, nuevamente cantado.

No sólo hubo discontinuidad en la democracia, sino que fue una discontinuidad que precipitó al nuevo fundante de una política del poder autónomo.. Pero aquellas jornadas vendrían a ser el “hecho maldito del país kirchnerista”. Porque ese origen lastima su destino. No es en vano tanta invocación realizada a la crisis en Grecia, en términos del mal absoluto (pero obviando que la resistencia popular a esa crisis -en realidad, un saqueo feroz- fue la matriz desde la cual se parió este Bicentenario).

Y otra cuestión central, y para mantener fidelidad a la propuesta de un Seminario de Psicoanálisis Implicado (cuyo título podría ser “Cultura Represora: de la queja al combate”), señalo que hay tres registros posibles de la rebeldía contra el sistema: la queja, siempre individual, la protesta colectiva pero autocontrolada y el combate colectivo, disputando poder real. Por eso, cuando Cristina Fernández afirma que “siempre hay que dar batallas”, asoma en su discurso algo más que la simple recordación de un pasado heroico. Una batalla con el pueblo en las calles no es un paseo, es una pueblada. O sea: pueblo que además de intentar saber de que se trata, tenga poder sobre aquello que se está tratando.

Ojalá entonces alguien diga, o mejor dicho, muchos digan, que la Presidenta está llamando a la batalla contra los continuadores actuales de los represores colonialistas. La cultura represora sigue vivita y coleando, y sobran testimonios desgarradores. Porque entonces habrá fuerza bruta, y no tan bruta, contra los enemigos actuales, que lejos de ser borrosos, tienen frente y perfil definidos.
La paradoja del Bicentenario (masas en las calles, autocontroladas) es la paradoja del kirchnerismo. La historia absolverá al pueblo que no se aquiete con la herencia de un liderazgo, sino que lo profundice hasta la batalla sin final.
------------------------------


En el Bicentenario de la Revolución de Mayo

Con la intención de sumar nuestra voz a la celebración y los festejos del grito libertario de mayo 1810, hacemos llegar a la comunidad nuestra mirada sobre aquella jornada histórica, los ideales que hoy nos animan a continuar trabajando en el mismo sentido y una reseña de lo actuado por este foro, al cumplir los primeros dos años de vida.

Argentina, 23 de mayo de 2010


------------------------------
AMENAZAS POR LA DENUNCIA DE CONDICIONES DE DETENCIÓN EN VILLA MARÍA (CÓRDOBA)


Distintas organizaciones sociales y de derechos humanos nucleados en la Coordinadora Anticarcelaria denunciamos la intimidación y persecuciones sufridas por personas que se animan a denunciar las terribles condiciones de detención que se viven en el penal de Villa María así como en todas las cárceles del país.

Desde la Coordinadora Anticarcelaria manifestamos nuestra mayor preocupación y nos mantenemos en estado de alerta permanente por la incertidumbre acerca de la situación de las personas encerradas en este penal víctimas de las intoxicaciones por alimentos en malas condiciones, como así también por las intimidaciones sufridas por quienes manifiestan su compromiso militante en la lucha anticarcelaria.

Denunciamos y denunciaremos las condiciones de vida inhumanas que soportan las personas encarceladas hasta que exploten en pedazos estos cancerberos de las puertas del infierno y las ‘perreras’ se transformen en escuelas de libertad e integración social. Sabemos muy bien qué comen y como la pasan las personas encarceladas. Lo que sucede en el penal de Villa María es lo mismo que sucede en todas las cárceles. Pero sabemos que la realidad es la única verdad y siempre les juega en contra.

Denunciamos a viva voz cómo la oligarquía política consume a las personas encarceladas por placer como lo hace en la calle, paseando su opulencia con egoísmo infernal.

Este es un fragmento de un testimonio de una de las víctimas: “A mí no me fue mucho mejor. En uno de los colegios que se me persigue con la policía en la puerta, hoy estuvo bravo con la moto; (el policía) la aceleraba ferozmente intimidándome. Le pregunto qué le pasa y hace como que no me escucha y sigue probando el ruido de la moto. Hay alumnos de testigos. Se retira cuando entro al establecimiento”.

Sus intimidaciones no nos asustan. Somos organismos de derechos humanos y organizaciones sociales en defensa de la verdad y luchamos y lucharemos por el efectivo cumplimiento y garantía de los derechos humanos dentro de las cárceles. Sin embargo y a pesar de las amenazas recibidas sostenemos que la libertad de excepción es un derecho.

Ante todo lo sucedido, hacemos responsables a las autoridades del penal y a las/os funcionarias/os del poder judicial y ejecutivo por cualquier situación adversa que sufran tanto las personas encarceladas como las personas en libertad que denuncian los abusos de autoridad, violaciones de derechos humanos y cualquier tipo de abandono de persona que cometen las autoridades del penal.

NO MÁS CÁRCELES. NO MÁS TORTURAS. NO MÁS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN.
COORDINADORA ANTICARCELARIA
Argentina - Mayo de 2010

------------------------------
LEÍDA HOY POR RADIO COOPERATIVA

EDITORIAL DE HORIZONTE SUR A LA INTEMPERIE
25 DE MAYO DE 2010

Hace doscientos años, el vecindario de Buenos Aires, conmovido por las noticias que llegaban desde la metrópoli lejana, se preparaba para una jornada que haría historia. Se trataba de resolver el gran tema pendiente de la soberanía popular, soberanía que, quedara vacante por el reemplazo de la corona y de la que se hiciera cargo la gran Junta Suprema del Reino, luego de la victoria de Bailén sobre las tropas napoleónicas. El posterior ingreso de Napoleón en España y de su gran ejército en 1808, como respuesta a su derrota en Bailen, va a provocar sucesivas capitulaciones militares españolas que conducirán a que la gran Junta termine refugiada a principios de ese año 1810, en la pequeña isla de León frente a Cádiz, bajo la protección de la flota inglesa y a corta distancia del respaldo que le asegura la fortaleza de Gibraltar, que estaba en manos británicas desde el tratado de Utrecht de 1713. La situación no podía ser más extrema en la península y en esas circunstancias, fue lógico que aquellos intelectuales formados en los centros de estudios de Chuquisaca, en el Alto Perú, donde la visión geopolítica de la España americana tuviese tan enorme peso en la formación de una dirigencia hispano criolla, se planteasen con la gravedad que las circunstancias exigían, desafíos políticos y responsabilidades morales superiores a las de muchos de los funcionarios coloniales de una España que desaparecía ante el arrollador ejército napoleónico. El acto de reasumir la propia soberanía popular en aquel imperio español en América, conformado como una aplastante sociedad de castas, con roles y oficios preestablecidos para cada mezcla de sangres y de razas, puso en marcha a poco andar, mecanismos de insurgencia y de participación popular de masas, jamás imaginados. Pero en aquellas vísperas todavía, eran unos pocos los que presionaban para saber de qué trataban las reuniones en el Cabildo aldeano, los que agitaban a la muchedumbre de paisanos y tenderos, y distribuían entre ellos las cintas rojas y blancas que identificaban a la Junta de Cádiz o tal vez las azules y blancas que cortadas en tiras del manto de la Virgen, simbolizaran la lucha tres años antes contra los invasores ingleses. Buenos Aires, en aquel mes de mayo de 1810, bullía de rumores y reuniones conspirativas en épocas en que cada vecino guardaba en la casa su fusil de chispa, y cuando el arma y el pertenecer a una organización militar de la reserva, que en la realidad operaba como un partido miliciano, donde los mandos eran democráticamente electos, le daban nuevos derechos a opinar y decidir sobre la cosa pública. Resulta difícil imaginar ahora la tensión extrema de aquellos días en el interior de cada uno, el orgullo de las recientes victorias sobre el Ejército inglés en las invasiones de 1806 y 1807, el sentimiento y el orgullo de ser un español pero nacido en América, y sobre todo, ese vértigo de poder debatir y decidir sobre el propio destino…

Doscientos años después, estamos una vez más, sumidos en las incertidumbres, pero en vísperas de cambios trascendentales. El mundo Bipolar se ha derrumbado y los intelectuales formados en aquellos paradigmas, y a diferencia de los patriotas llegados de aquella lejana Chuquisaca, son incapaces de leer e interpretar los nuevos escenarios. En el mundo globalizado por las corporaciones transnacionales, la Argentina ha retornado al más crudo colonialismo, pero ahora encubierto por discursos progresistas, de manera tal que nuestra propia izquierda travestida hace innecesaria la existencia de virreyes. La sojización, la megaminería, las plantaciones de árboles y las pasteras, por último, la producción de agrocombustibles, son los nuevos Potosíes donde América es crucificada cada día al interés de los mercados globales por disponer de recursos naturales y creciente cantidad de comodities… Tal es la encerrona ideológica que, hasta las procesos de supuesta rebeldía se embanderan con las imágenes ahora estereotipadas y vaciadas, del Che, de Evita o acaso de Tupac Amaru, mientras se rinde culto al extractivismo, al consumismo urbano, a los procesos tecnológicos y al crecimiento. El socialismo que conciben estas neomafias, generadas por un modelo absolutamente clientelar de la política y asistidas por una generación que pretendió ser revolucionaria y que se adaptó con funcionalidad al sistema globalizado, se basa en el productivismo a gran escala, y se conforma con maquilas en que los hombres dirigen o supervisan, mientras son la mujeres las que agachan sobre las máquinas, trabajando sobre la base de un salario fundado en planes asistenciales...

Si aquellos procesos que partieron de la gesta de mayo fueron esencialmente liberadores de las castas y de los roles impuestos por nacimiento o por herencia, los actuales procesos conducidos por la izquierda progresista, alientan por lo contrario las especificidades y las diferencias, elevándolas a categorías regidas por los propios códigos y convirtiendo la totalidad en apenas una sumatoria de fragmentos… Aquellos próceres de mayo, más allá de sus disidencias y enfrentamientos, se preocuparon por generar un proyecto de Nación hispano e indo americano. Éstos, por lo contrario, ya sea por incapacidad o por complicidad con las empresas transnacionales, carecen de todo proyecto que no sea profundizar la desmalvinización a la vez que la evidente indefensión militar de nuestro país, mientras continúan abjurando del concepto de Pueblo, y nos transforman en un inmenso mosaico de intereses, de usuarios y consumidores. Asistimos a una práctica absolutamente perversa por parte del progresismo en el gobierno, una práctica perversa y repetida, en que las minorías son exacerbadas en sus especificidades y en sus reclamos, mientras los mismos que las alientan a buscar sus propios caminos, se permiten ignorar que deberían ser ellos desde el Gobierno y desde el Estado, quienes deberían proporcionarles justicia o reparación en sus demandas. En el caso de los pueblos originarios a los que la Constitución Nacional les asegura su tierra, su lengua y el respeto por sus costumbres ancestrales, hemos llegado a la situación límite en que por incompetencia o por malevolencia, sean los mismos funcionarios que no cumplen con los preceptos constitucionales, los que alientan la desmesura de una revisión del concepto de nación que conduzca a una posible plurinacionalidad de la Argentina.

No existe una derecha amenazante que nos obligue a estrechar filas por encima de todo debate, y aceptando la verticalidad de alguien que se siente predestinado para ejercer el poder y que no hace sino perderlo en cada batalla que genera. Si se afirman esas amenazas, son solamente groseras mentiras, en todo caso están confundiendo la oligarquía del primer centenario, con las oligarquías actuales, de las cuales son íntimos... y que refiero a Elsztain, a Grobocopatel, a Wertheim y a los Blaquier… No es por otra parte, la Gran Bretaña la que alimenta la desmalvinización y la indefensión militar en la Argentina, al menos de manera directa... sino, una vez más, los progresistas… No necesitamos tampoco virreyes ni ejércitos de ocupación para mantener el actual status de semicolonialidad, porque es nuestra propia dirigencia política la que ha decidido cumplir ese rol… Menos aún, sería la mesa de enlace la que propicia la sojización, más allá de que la aproveche para ganar muchísimo dinero. Es nuestra propia dirigencia política la responsable de todas y de cada una de esas políticas, son nuestros propios intelectuales los que han traicionado todo pensamiento crítico y todo sentimiento nacional. Pero no son los intelectuales, los dirigentes políticos y los comunicadores de la derecha de los que no podríamos esperar otra cosa. No, son los dirigentes, los intelectuales y los comunicadores progresistas, en general provenientes de las luchas revolucionarias de los años setenta, los que con sus extravíos ideológicos nos conducen una vez más, a las puertas de la desintegración nacional. Mayo fue y seguirá siendo las vísperas de un cambio que de nuevo se presiente. Estamos cansados de tanto desear un país mejor, cansados de repetir que otro mundo es posible, estamos cansados de anticipar los fracasos de una dirigencia irremediablemente corrupta… tal vez sea la hora en este bicentenario, de darle paso a una nueva generación que vuelva a pensar en términos de Pueblos y de proyecto nacional.

Jorge Eduardo Rulli

-----------------------------

La nación inconclusa

26/05/2010 in Debates, Panoramas

Por Guillermo Cieza
El abordaje del bicentenario viene acompañado por viejos cuentos que supimos escuchar sobre nuestra historia. No voy a ocuparme de los relatos de Mitre y Fidel Lopez, tan burdos como eficaces en la construcción de la memoria en su versión liberal, pero hoy un tanto desacreditados.

Me preocupa particularmente una mirada más nacionalista que despoja a los hechos del 25 de mayo de 1810 de su vinculación profunda con su contexto histórico.

Esa mirada que hace hincapié en hechos locales ( o mas bien porteños), diluye la realidad de que aquellos hechos se desarrollan en los márgenes del imperio colonial español, en una “ ciudad de tenderos y contrabandistas”, inserta en un territorio poblada mayoritariamente por indios, mestizos y africanos. Y que esa revolución inquietaba al imperio español, no tanto porque alguno de sus líderes fueran jacobinos, sino porque eran tupamaros. Continuadores del gran alzamiento originario de 1780 en el corazón del imperio colonial en America del Sur.

Esa mirada retacea la valoración de Artigas, el más lúcido dirigente político de su tiempo y la reivindicación del Paraguay, encarnación institucional del Manual de Operaciones de Moreno. Dos baluartes liquidados por la conspiración porteña que no dudaron en aliarse con el imperio portugués y ser cómplice de la política británica que terminó con el vergonzoso genocidio de la Guerra de la Triple Alianza,

La Argentina nació sudamericana como proyecto de nación y no pudo serlo cuando las Provincias Unidas en Sud America con capital en Cuzco, como se proclamó en julio de 1816, se convirtió en Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina a secas. Ese animal bifronte que fue la revolución de mayo quedo en manos de su lado mas oscuro y egoísta: Rivadavia, Mitre, Roca. El ejercito de Rondeau que agrupaba a la gente bien, derrotó a los desharrapados de Artigas. Y Andresito, San Martín, pudo comprender que liberarse de España, no significaba el triunfo de los que lucharon. Por eso su doloroso exilio. Comparte con Artigas el dudoso privilegio de ser Padres de Patrias que nunca imaginaron.

Hay otra mirada muy cara a nuestra izquierda vernácula que confunde los resultados coyunturales de una etapa histórica (que además juzga como finales y definitivos) con el proceso mismo. Que visto de ese modo sólo tuvo matices, nunca contradicciones.

El peor marxismo, Kautski, citado por el peor Lenin, da cobertura a esas valoraciones.

Desde esa mirada doscientos años de historia argentina son expresión de reivindicaciones burguesas y una conciencia burguesa Luchas, programas y organizaciones que carecieron de una ideología revolucionaria. Como lo confirma el hecho que el resultado final fue la creación del Estado Nacional burgués, y los gobiernos que tenemos- En esa mirada hay una excepción: los pueblos originarios. Ellos si eran horizontales y lucharon por reivindicar los bienes naturales y defender su cultura., y podemos prefigurar allí valores que empalman con el objetivo socialista.

La reivindicación de los más elevados saberes y las más valiosas experiencias de los pueblos originarios, no agotan su caracterización, que es un poco más compleja. Porque sino se hace incomprensible la conquista. Pero además la ruptura de las continuidades de las rebeliones en America Latina, es funcional al sueño español de enterrar a Tupac Amaru en 1781

Aunque duela decirnos muchas de las valoraciones de nuestra izquierda, incluido el indigenismo radical, se apoyan en Mitre y Sarmiento.

La idea de nación es anterior al 25 de mayo de 1810, y en tiempos de las luchas por la independencia también hubo una idea de nación que no puede reducirse a como se construyó el Estado burgués nacional. Podría decirse, por el contrario, que el Estado burgués Nacional se construye sobre la derrota de otras ideas de nación de las clases populares antes y después del 25 de mayo de 1810. . La idea de nación de Artigas por ejemplo incluía el reparto de la tierra y la soberanía de los pueblos. Corresponde a ese período histórico la creación de la bandera, y la más hermosa de todas nuestras banderas que es la bandera federal.

Esta reducción de la historia al resultado coyuntural de la disputa (si no creemos en el fin de la historia), convierte a la bandera argentina en el símbolo del Estado burgués, y a la bandera federal en la bandera el estado burgués de la Provincia de Entre Ríos. Desde esta misma lógica futuros historiadores podrían afirmar que el pañuelo blanco de las Madres de Plaza de Mayo es la representación de los derechos humanos institucionalizados y funcionales a proyectos neo-desarrollistas.

Esta lógica nos expropia la historia y le regala símbolos y palabras simbólicas a la derecha.

La apropiación de los pueblos de su propia historia, no precede a su rebelión. Por el contrario son las rebeliones populares las que alumbran el pasado y permite identificar los hilos conductores.

No es casualidad entonces que los festejos oficiales del Bicentenario en la Argentina, brillen por el circo, pero propongan un relato confuso de la historia. Y que en otros países de America Latina donde se están transitando procesos revolucionarios pueda identificarse con mucha claridad la trama que unifica las rebeliones negras Haití y los sueños de Bolívar, las rebeliones originarias y el ideal de los pueblos en armas que expulsaron la dominación española, los sueños de la Patria Grande con iniciativas como el Alba de los pueblos.

Mientras tanto solo podemos asegurar que la Revolución de Mayo sigue inconclusa. Como todavía esta conclusa la construcción de nuestra Nación, que solo será posible como parte de la Patria Grande Latinoamericana, que imaginamos Socialista.

Fuente: Prensa de Frente
-----------------------

El Bicentenario y las incertidumbres culturales de la izquierda

26/05/2010 in Debates, Panoramas

Ni reír ni llorar, comprender.
Spinoza
Por Omar Acha*
El Bicentenario es un termómetro de precisión útil para medir la energía cultural y política de la izquierda en la Argentina. Y lo que ese termómetro nos muestra es poco halagador. No quiero sembrar desesperanza. Sólo me anima la voluntad de despejar los velos que abrigan nuestra incomunicación con lo real. Es innecesario oponer un “pesimismo de la inteligencia”, que nos mostraría lo que hay, a un “optimismo de la voluntad” por el cuál seguiríamos luchando a pesar de todo. Notas anticipatorias de estas líneas, leídas por aquí o allá, me revelaron el rechazo de la izquierda por unas pocas ideas que parecen aguafiestas. Se me reprochó que cuestionaban “temas importantes”. Pero hay cosas que deben ser dichas aunque disgusten al conformismo. Reconocer la desnudez de nuestros pies en el desierto quizá ayude a calzar las suelas que nos permitan dar los primeros pasos en el reverdecer de la esperanza.
La izquierda descolocada
¿Qué se ha hecho desde la izquierda con el Bicentenario? Si consideramos sobriamente el panorama, la pregunta parece ser esta: ¿qué ha hecho el Bicentenario con la izquierda? ¿Pudo ésta construir una opción convincente a las celebraciones oficiales? ¿Qué revela lo que ha producido sobre la estatura actual de la cultura política de la propia izquierda? Ciertamente, no hay una sola y única manera en que la izquierda, ella misma dividida en numerosas variantes, haya trazado una alternativa al Bicentenario “oficial”. Pero su perfil es reconocible y sobre ella quiero discutir.

Voy a pasar de largo frente a lo que propuso la derecha social y cultural, pues en esa esquina todo ha sido muy débil, más endeble que lo pensado por la izquierda; el gobierno macrista de la ciudad de Buenos Aires no tuvo mejor idea que pertrecharse en el Teatro Colón como trinchera de la “alta cultura”. Con eso se condenó a la auto-representación de las clases medias-altas y altas como alejadas de la ignorancia de las masas, y por lo tanto renunció de antemano a la disputa por el sentido del Bicentenario. Y se entiende por qué: la derecha no tiene un proyecto de país con el cual captar la historia nacional. Por lo tanto, pensemos de una vez qué hizo la izquierda para este 25 de mayo.

Quizá sea prematuro extraer conclusiones a partir de lo que se conoce hasta el momento. Sin embargo, no sólo están disponibles hacia el 25 de mayo de 2010 diferentes actitudes sobre el tema en la izquierda, sino que ellas son consistentes con tendencias culturales de más larga duración que la coyuntura bicentenaria. Intentaré mostrar el valor intelectual y las razones que regulan la postura de la izquierda ante el Bicentenario. La discusión carecería de relevancia más que polémica si se restringiera a centrarse en el tema específico de una inepcia político-cultural. Pero es más interesante si tenemos en cuenta que revela trazos significativos de la izquierda en la Argentina, de su escasa capacidad para pensar radicalmente su propia situación y la historia nacional.

Es decepcionante que desde la izquierda se pretenda construir “otro” Bicentenario utilizando gestos de un revisionismo histórico indigente. Porque ese bicentenario presuntamente alternativo, popular y resistente, se sostiene en sujetos puros, bravos, monolíticos, idénticos a sí mismos, es decir, antihistóricos. En la izquierda apelamos a una simbología en la que figuran agentes tales como los pueblos originarios, los obreros del Centenario o de la Semana Trágica perseguidos por la policía y los grupos paramilitares, o cuando queremos exceder el espacio argentino, utilizamos la memoria de la revolución de los negros esclavizados en Haití, o la de las insurrecciones de Túpac Amaru, Tomás Katari y Túpac Katari en Perú y Alto Perú a fines del siglo dieciocho. No es que me parezca que esos sujetos sean irrelevantes. ¡Qué va! Sólo que esos retazos de las representaciones culturales son insuficientes para conectarse con la realidad argentina y las tensiones hacia un porvenir diferente.

Pasa además que esa manera de representar la historia es compatible con actitudes acopladas al discurso estatal de la festividad, que celebra el presente también con una mirada revisionista hacia el pasado; se equivoca quien crea que el Estado defiende una “historia oficial” elitista o simplemente “blanca” (nota filokirchnerista: y menos mal que así sucede).

Es cierto que hay también una fracción de la izquierda interviniente en esta coyuntura con el discurso “de clase”; tal izquierda enfatiza “otra historia” donde la clase trabajadora es la agente de la historia. Es habitual que recurra entonces al momento del Centenario en que se reprimió a socialistas, anarquistas, por entonces de significativa presencia en el mundo del trabajo, y se impuso el estado de sitio. O bien se recuerda el Cordobazo de 1969. Se va de tema aquella izquierda que nos presenta un Bicentenario como un tiempo de “crisis y revoluciones” (¿en la Argentina, en México, en Chile, en Perú?). También podemos hallar propuestas no clasistas, sino de corte “popular, acunadas en los cantos de las multitudes o los “sectores subalternos”. Estas variantes carecen de importancia en nuestro contexto: o bien producen monografías académicas con inflexiones “militantes” sobre las peripecias de la lucha de clases, o bien reposan en un populismo posmoderno que no interroga más que a las minorías universitarias.

Establecido este panorama preliminar sobre las respuestas de la izquierda hacia el Bicentenario, lo fundamental es evitar la explicación de este extravío intelectual a las debilidades personales, pues se trata de una impotencia colectiva.

Superar una derrota secular de la izquierda exige una transformación de la propia izquierda. Y no se crea que existe una nueva nueva nueva nueva nueva izquierda que permanezca al margen de este papelón cultural del Bicentenario. Tampoco es algo de lo que puede enorgullecerse la izquierda que se quiere la más ortodoxa y defensora de las “viejas banderas”. Es imposible que el pensamiento maltrecho de la izquierda proponga una visión alternativa del Bicentenario mientras se ampare en un revisionismo histórico de mala calidad, sin teoría crítica ni examen histórico-materialista. Y así seguirá mientras las fórmulas y ensalmos (¡Artigas! ¡Toussaint L’Ouverture! ¡los obreros de la patagonia!), o las apelaciones obsequiosas a “los vencidos”, pretendan reemplazar un trabajo de reconstrucción de los paradigmas de la izquierda, orientadores de una perspectiva histórica consistente y, sobre todo, iluminadora de una estrategia de transformación verosímil.

Quiero mostrar la urgencia de pensar teórica y políticamente el desafío del Bicentenario desde la izquierda. Pienso que esto no ha sido realizado, ni ensayado sistemáticamente. Lo significativo es que la carencia de una propuesta consistente da cuenta de una impotencia profunda que merece ser discutida. La crisis de todas las estrategias de la izquierda radical –la socialista, la populista, la autonomista– revela en esa ausencia el calado de su deriva sin brújula. Espero indicar sucintamente los rasgos principales de las debilidades de la izquierda para enfrentar la problemática del Bicentenario y esbozar algunas líneas de una perspectiva alternativa que demanda una reconsideración de la crítica marxista, aunque no sólo de ella.

La primera cuestión a tener en mente es que el Bicentenario no fue un tema para el que la izquierda estuviera preparada. El 2010 llegó por el transcurso del calendario y el impulso estatal a las celebraciones del “nacimiento de la patria”. Se le presenta, entonces, como una faena a la que debe dar respuesta, pero ante la cual delata sus incertidumbres.

Las imágenes y textos elaborados por la izquierda para el Bicentenario son deficientes, vacilantes y temblorosos. Sus alusiones son formales, externas y cosméticas. Los sujetos de la emancipación que esos textos mencionan son imaginarios, adecuados para el consumo interno de los ya convencidos. Por supuesto que hay aspectos fundamentales, como la visibilización y presencia de los pueblos originarios, o la reivindicación de una dimensión continental de los procesos independentistas. Mas el modo de inscribir esas novedades es deficiente y táctico. Los clichés dominan el panorama. En fin, parece que las respuestas hacia el evento llamado Bicentenario son, en los mejores casos, tentativos. En los peores son irrelevantes, porque en el fondo no se distinguen, en la Argentina al menos, de enfoques que han sido adoptados, y captados, en gran parte, por las celebraciones oficiales.

Mi argumentación indicará, en primer término, los temas principales que contextualizan la insolvencia de la izquierda para producir una perspectiva del Bicentenario. Esto se relaciona básicamente con su derrota secular. La segunda sección abordará la cuestión de una concepción histórica capaz de afrontar el intríngulis teórico y político evidenciado por el Bicentenario. La tercera sección intentará mostrar por qué, en lugar de un “otro” Bicentenario, la actitud posible en nuestra situación es de resistencia cultural.

Los fracasos y las derrotas dejan consecuencias duraderas
Lo sucedido a lo largo del siglo XX en el mundo no podía dejar incólumes los alcances y límites del pensamiento de la izquierda. No se sufre una derrota histórica sin pagar durísimas consecuencias. La convalecencia será inevitablemente prolongada, sin que nadie sepa si las heridas alguna vez cicatrizarán. Claro que suceden eventos entusiasmantes en la Argentina y en toda América Latina. Pero la cuestión es si ellos nos proveen de los conceptos para dar cuenta de una historia, un presente y un porvenir. Mi opinión es que esos conceptos exigen una elaboración singular; no surgen de la tierra como los retoños de un tubérculo.

En la historia sucede con frecuencia que se carece de respuestas para interrogaciones inesperadas, demandas para las cuales no se disponen de categorías que permitan responderlas. No es posible decir cualquier cosa en cualquier momento: un enunciado emerge de horizontes de cultura y alcanza refracciones determinadas debido a su peso específico. La política y la teoría simbolizan más que expresiones de deseo. Por eso cuando son superficiales o inocuas muy pronto revelan su carácter. La teoría y la política están sobredeterminadas históricamente. Y la historia juega hoy en contra de la izquierda. Es insuficiente señalar que también el capitalismo ha mostrado su incapacidad de conciliar el desarrollo de las fuerzas productivas con la democracia y la igualdad (Honduras y Grecia son los ejemplos más recientes, aunque no es necesario ir tan lejos para mostrarlo). Verdad es que a medida que se despliegan nuevas capacidades de producción de bienes y comunicación, la irracionalidad de una sujeción a la lógica alienada del capitalismo es mayor. Pero de allí no se avanza un paso en la refundación de una estrategia de cambio sistémico. Es claro que el capitalismo impone sufrimientos terribles a amplias franjas de la población mundial, a la par que multiplica el stock de mercancías. El problema es que incluso las clases y sectores más explotados y despreciados carecen de una alternativa creíble que posibilite imaginar una realidad distinta. Y la izquierda todavía deberá transitar largos años de un peregrinaje por el desierto para constituir un nuevo programa revolucionario de proyecciones reales.

Yo no sostengo que carezcamos de aperturas a lo nuevo. Pero me resisto a creer que las sumamente importantes experiencias de Bolivia, Ecuador y Venezuela provean un suelo válido para pensar todas las dimensiones de nuestra época. Sin duda, la emergencia de esas realidades populares y sociales conmueve la clausura de la historia que se predicó durante la década de 1990, cuando el capitalismo neoliberal se presentó como la consumación final de la filosofía de la historia moderna. He indicado en otro lugar que las interesantes lógicas de acumulación de poder popular en América Latina fracturan la mera repetición de lo existente y ponen en cuestión nuestra condición “poshistórica”, es decir, instauran una nueva oportunidad de imaginar lo radicalmente nuevo. Sin embargo esa posibilidad, que para nuestra generación es la sal de la tierra, en modo alguno resuelve todos los desafíos epocales. Por ejemplo, y conste que no es un reto verdaderamente terrible, no nos provee en la Argentina de alternativas para pensar el Bicentenario. No suplanta el examen de la realidad y una discusión sobre el ciclo kirchnerista.

El fracaso de los programas transformadores de la izquierda impide postular con alguna credibilidad un futuro deseable que ilumine de un modo específico la situación del Bicentenario. Los ideales del socialismo permanecen vivos: la socialización de la riqueza (la igualdad económica) y la socialización del poder (la democracia popular) constituyen sus dos pilares internamente enlazados, inasimilables para el capitalismo. Pero nadie crea que esos ideales poseen una fuerza argumentativa importante fuera de los círculos relativamente estrechos de la izquierda, ni que la misma izquierda disponga de una estrategia socialista que resuelva adecuadamente las dificultades del saldo negativo del siglo pasado y las condiciones de la política emancipatoria en el mundo actual. La importante decisión de construir un “socialismo del siglo XXI” es aún demasiado tentativa, incluso en el contexto venezolano, para devenir una vía revolucionaria nítida, ni comparable con aquella que un siglo atrás postulaba la nacionalización de los medios de producción en lo económico y la dictadura del proletariado en lo político (y todo hace pensar que a esas consignas no podemos regresar).

En la Argentina las limitaciones de la izquierda para pensar políticamente el Bicentenario son evidentes. Y hay buenas razones para explicarlas. A la derrota política de los años setenta se deben sumar sus fracasos durante las últimas ocho décadas de la historia nacional –salvo en momentos muy específicos– para construir una estrategia, no digamos de masas, sino siquiera de presión desde una franja significativa de la población. Es imposible eludir este problema indicando que la peronización de la clase obrera instaló un abismo que fue imposible de salvar. Porque en este punto la incapacidad de la izquierda sigue viva, cuando la fuerza identitaria del peronismo se ha transformado y reducido pero aún persiste como imaginario político predominante. La izquierda jamás dejó de ser más que un fragmento menor del panorama político.

Creo que una de las consecuencias de la derrota y el fracaso de la izquierda, selladas en clave sanguinaria por la dictadura militar de 1976-1983, fue la caída de una base historiográfica sólida, capaz de dar cuenta del pasado y de las condiciones contemporáneas de una acción transformadora sostenida en tendencias profundas. Las concepciones de la historia por la izquierda se disolvieron cuando fue aniquilado cualquier proyecto progresivo de cambio radical. Esta consecuencia no fue inmediata ni ocurrió sin resistencias. Pero consideradas en el mediano plazo, las capacidades culturales de la izquierda pasaron a la defensiva. Con todo, no habría que subestimarlas; antes de bajar los brazos, la izquierda asumió un discurso sobre el pasado nacional próximo a un sentido común histórico pacientemente construido por el revisionismo histórico triunfante en las versiones populistas o filopopulistas emergidas después de 1945. Durante la década de 1980 se produjo un viraje conceptual y narrativo hacia un difuso revisionismo histórico, cuyas líneas principales habían sido planteadas por la izquierda nacional de Jorge Abelardo Ramos, o en algún caso en el peronismo de izquierda de Juan José Hernández Arregui y el tándem Rodolfo Ortega Peña/Eduardo Luis Duhalde. La herencia dejada por Milcíades Peña tuvo alguna importancia en sectores no sólo trotskistas, pero su fracaso en captar las contradicciones del peronismo mancilló demasiado duramente su obra para sostener una proyección que pudiera hegemonizar la imaginación histórica de la izquierda. La cuestión es que ninguna de aquellas variantes de la historiografía de la izquierda podría ser plenamente compartible hoy, sin que sea por eso útil olvidar sus contribuciones.

Esta situación ideológica en el plano historiográfico merecería una discusión detallada que, naturalmente, aquí no puedo hacer. Tampoco el pasaje con armas y bagajes al revisionismo histórico implica que la izquierda produzca sólo ese tipo de construcciones narrativas (veremos luego el lugar de relatos de corte académico). Me interesa subrayar que el cambio de terreno en la concepción historiográfica se produjo sin un examen adecuado, sin un balance de las realizaciones en el plano del conocimiento. Por el contrario, se verificó como resaca del fracaso ideológico en la reforma intelectual de las clases populares, y sobre todo en la clase obrera, que permaneció en la cambiante, disminuida pero no exhausta, querencia peronista. De allí la izquierda extrajo la solución más sencilla: “entonces Hernández Arregui o Puiggrós tenían razón” (ojalá eso hubiera sucedido y no nos halláramos en la niebla gracias a libros escritos hace más de medio siglo, en un mundo bipolar, con una estructura socioeconómica de sustitución de importaciones, con una televisión en pañales, etcétera, etcétera). Y comenzó a prevalecer un gusto por los héroes y las masas explicadas al margen de un conocimiento de sus condiciones sociales y culturales. Mencionar el pro-britanismo de Rivadavia, la defensa rosista ante el bloqueo anglo-francés o la masacre roquista en la “conquista” del “desierto” pasaron a ser explicaciones suficientes. La división entre oligarquía y pueblo, o entre imperialismo y nación, gobernaron el entendimiento de la historia. Se entró en el terreno de la cómoda ascesis de la investigación, en beneficio de binarismos reiterados una y mil veces. No obstante, el problema central no es la ausencia de investigación: se podría fundar en mil documentos de archivo y hemeroteca un relato “revisionista” de un pueblo virtuoso contra opresores malévolos, del heroísmo de indios y negros contra la mala fe de la oligarquía terrateniente.

De allí que en la década de 1980 la izquierda abandonara la búsqueda de una comprensión general del proceso histórico argentino inscripto en la historia latinoamericana. Existen textos sobre la historia pero, es necesario insistir, están escindidos de una renovación políticamente conceptual. No es por azar que la izquierda no haya producido en las últimas décadas ninguna historia nacional completa. Nada se ha publicado que pueda reemplazar a los antiguos libros Revolución y contrarrevolución en la Argentina, de Jorge Abelardo Ramos, o a los “tomitos” de la Historia del pueblo argentino, de Milcíades Peña. Aparecieron artículos y libros que tratan de períodos relativamente breves del pasado, con calidad dispar, pero no hubo una “historia argentina” elaborada desde la izquierda. Y tampoco eso fue aleatorio. Obedeció a la pérdida de una concepción de la historia, derivada en rigor del extravío de una estrategia política. Algunas líneas de la izquierda se resistieron a la deriva hacia el revisionismo histórico y atinaron a desarrollar lógicas más bien académicas circunscriptas a temas específicos. Porque la flaqueza no hostiga sólo a las huestes del perezoso revisionismo.

Como adelantamos, hay otra gran vereda por la que transita la historiografía de la izquierda que es convocada para el Bicentenario. Es un complejo y variado archipiélago de proyectos académicos sostenidos en la escritura universitaria. Dentro del estilo de las monografías universitarias, se produce una enorme y creciente cantidad de estudios limitados a temas específicos, cuidadosos de extender sus “hipótesis” de las posibilidades de una justificación documental, de acuerdo a una noción particular de la “fundamentación”. Es en este campo donde surge la mayoría de textos “clasistas” o “populares”, pues tanto la intelectualidad marxista como la más reciente franja “autonomista” prosperan dentro de la fauna académica. El gran problema para transitar de la monografía al relato nacional consiste en que opera forzamientos muy evidentes. En general, la táctica viable consiste en destacar momentos significativos o temas delicados para contar “otra historia”. La capacidad de elaborar una historia nacional es superficial, pues a lo sumo se logra una narración especializada, clasificable sin problemas en los anaqueles del saber universitario. Tal manera de representar el pasado se traslada a los valorables esfuerzos por difundir una escritura más masiva y de “divulgación”. Se comprende, entonces, por qué también desde la izquierda académica distante de las convicciones revisionistas también la propuesta de “otro” Bicentenario es más formal que real.

Fue así que la elaboración de una historiografía dio paso a la utilización de tópicos de la izquierda nacional relativa a los gauchos, a los pueblos originarios (esta es una novedad relativamente reciente que fue introducida en moldes antiguos), a los héroes contrarios a una presunta “historia oficial”, a los “olvidados”, a los que desde sede académica se suele denominar “los grupos subalternos”; en sus vertientes más clasistas, la izquierda se satisfizo con escribir monografías, por lo tanto temáticamente limitadas, sobre el movimiento obrero, o las organizaciones armadas, sin una articulación profunda con los procesos históricos nacionales que conciernen y entrelazan con nuestra actualidad.

Por todo esto, es perfectamente razonable que el tema del Bicentenario hallara malparada a la izquierda. ¿Cómo iba a elaborar una narración histórica o políticamente apropiada cuando se había refugiado en la comodidad de las dicotomías superficiales de la izquierda nacional o en los papers más o menos precisos de la escritura universitaria? Temo que hasta que no disponga de una construcción general de la historia nacional, ninguna perspectiva de la izquierda frente a eventos de la memoria tales como el Bicentenario presentará una alternativa convincente.

¿“Otro” Bicentenario?
Las evidencias de la franciscana pobreza de las respuestas de la izquierda al Bicentenario no faltan. ¿Acaso no vemos que se cree destacar “otro” Bicentenario con base en el recuerdo de las resistencias de los gauchos, de los pueblos originarios, de los negros combatientes en los ejércitos independentistas, en el movimiento obrero reprimido durante el centenario o después de 1955? En mi opinión se trata de miradas muy bien intencionadas que carecen de una concepción de la realidad contemporánea y, lo que es peor, del pasado aludido por el Bicentenario.

Por ende, se ven amenguadas por dos circunstancias.

En primer lugar, constituyen sólo gestos de alternativismos impedidos de devenir una “historia nacional” diferente. Ya he adelantado las variantes de los guiños. Quiero reiterarlos porque son así de repetidos en tantos textos actualmente en circulación. Son briznas de representaciones esencialistas de sujetos buenos y combativos opuestos a la opresión y la explotación (esa manera de pensar la historia es la deuda más grande y profunda con el revisionismo histórico). Parecen traducciones ingenuas de los cuadros de Ricardo Carpani, con originarios indomables, con ex esclavizados invencibles, con mujeres guerrilleras inclaudicables, con obreros bravíos, todos marchando con los puños en alto hacia la destrucción del imperialismo, del colonialismo y de la oligarquía. También suele ser un recurso cómodo la utilización de referencias a Túpac Amaru, o a la rebelión y revolución haitianas, o a Bolívar y San Martín como libertadores continentales, o a Francisco de Miranda y Mariano Moreno o Bernardo de Monteagudo. ¡Qué sencillo es apoyarse en el recuerdo de Toussaint L’Ouverture y los negros insurrectos de Haití para presentarse como realmente críticos de la efemérides blanca y justificadora del presente! (Yo mismo he apelado a ese expediente en un artículo reciente, sin añadir, para mi vergüenza, una aclaración sobre singularidad del proceso haitiano en una América Latina bien distinta del caso de Saint Domingue). Para hacerla corta me abstengo de hacer referencia a la imaginación conspirativa de la historia que gusta tanto al “público en general” consumidor de la historia del bueno de Felipe Pigna, pero también a la izquierda.

Hay que sincerarse sobre esta imaginación y decir que se compone de bloques de literatura imaginaria, alimentos blandos para organizar cuadros plenos de una complacencia bastante indigente. Cuando se atina a esbozar una explicación sistémica, las cosas no marchan mucho mejor: se utiliza una idea del colonialismo y el imperialismo, otra vez, de corte revisionista donde hay una divisoria abismal entre buenos protectores de lo propio, por un lado, y los malos opresores y genocidas de indígenas y obreros, por otro. Y no se diga que con esto se quiere borrar la diferencia entre las víctimas y los victimarios, o absolver las tramoyas el imperialismo. Acá lo que no se entiende es la historia como tal.

Quizá no se pueda captar el significado del que, todavía hoy, el libro del compañero Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, cuya primera edición data de 1971, sea un libro de referencia para la cultura política e intelectual de la izquierda. Ese significado no es bueno. Porque su actual es romántica, esencializadora de “vencidos” virtuosos. Pareciera que no nos atreviéramos a pensar que la historia es complicada, como si necesitáramos pastillas para tranquilizarnos.

El Bicentenario alternativo de la izquierda no mejora si se sostiene en la fórmula, no menos forzada, del prolongado proceso de constitución de una clase obrera que finalmente reconocerá su deber socialista, pues liberada de las barreras que la contienen marchará hacia el destino definido por sus “intereses objetivos”. Ni tampoco si se elabora una historia “minoritaria” de resistencias simbólicas o comunitarias a través de las “armas de los débiles”, enhebradas en una sucesión de “insurgencias” micropolíticas, punteadas por eventualidades multitudinarias. Son distintas las razones que socavan la importancia de estas propuestas para el Bicentenario. La opción “clasista”, por su incapacidad para dar cuenta de una historia, no es subsumible en un relato de clases, como acontece con el período colonial y aun con las primeras décadas del poscolonial. La opción “subalternista” porque no logra captar las determinaciones estructurales, en lo económico pero también en lo ideológico, de la acción colectiva. En uno y otro caso alcanzan a formular relatos parciales, ciertamente críticos, pero representacionalmente ineficaces para expresar los dilemas de hoy.

En segundo lugar, el endeble Bicentenario hasta ahora ensayado por la izquierda carece de originalidad. La izquierda quiere definir una posición distante de una conmemoración “oficial” que estaría orientada a la celebración del pasado y del presente, y no a su crítica. El Estado festejaría una prosapia nacionalista y elitista, mientras que la izquierda recuperaría a los vencidos, a los “otros”, a los sujetos despreciados y explotados. Es verdad que el Estado nacional en la Argentina tiene una veta legitimadora de lo existente. No podría ser de otra manera. Pero en modo alguno esa función agota su concepción histórica. Es preciso tener en cuenta que la idea del Bicentenario orientado por el Estado kirchnerista está en sintonía, y en alguna medida estructurado conceptualmente, por escritores como Norberto Galasso y Felipe Pigna (y como dije, es bueno que así sea; sería un escándalo que tuvieran influencia historiadores del gusto del diario La Nación). Pues bien, sucede que con sus matices, Pigna y Galasso son representantes del difuso revisionismo que conquistó el pensamiento histórico de la izquierda. No es sorprendente, en este contexto, que el Estado también utilice una versión dicotómica y progresista de los sujetos valorados por los dispositivos culturales del Bicentenario. Esta es una configuración ideológica que la Secretaría de Cultura de la Nación sostiene de manera explícita. Por eso inauguró la Casa del Bicentenario con una interesante muestra sobre las mujeres. Del mismo modo, en las imágenes y prosas promovidas estatalmente, al lado del sujeto “nacionalidad argentina”, según se dice, ya presente en mayo de 1810, se encuentran los pueblos originarios, los negros, los obreros y Rodolfo Walsh, las Madres de Plaza de Mayo y el Moreno jacobino. Frente a esta lógica, que en lo esencial es similar a la estructurada con mayor o menor felicidad por la izquierda, las ofertas propuestas por ésta tienen como destino la insignificancia, cuando se obstinan en reiterar los tópicos revisionistas, o la irrelevancia cuando se refugian en un obrerismo o un populismo basista que sólo comparten algunas minorías. Así las cosas, es imposible aspirar, no digamos a la hegemonía sobre el territorio virtualmente disputado del Bicentenario.

¿Cómo salir de esta alternativa entre la insignificancia y la irrelevancia? En principio hay que reconocer que ella proviene de la crisis política e ideológica de la izquierda. En verdad, la utilización de temas del revisionismo histórico que explica la historia sencillamente, a través de dicotomías entre pureza y traición, entre naturaleza y perfidia, es la expresión más neta de cuánto ha sido afectado el marxismo por su propia debacle. El revisionismo aspira a mostrar la historia según un orden esencialmente basado en ideas e intereses espurios.

Así las cosas, Julio Argentino Roca habría llevado adelante la llamada “campaña del desierto” para defender las rapaces prebendas de la oligarquía latifundista. Fue su brazo ejecutor. En cambio, los grupos indígenas de las pampas y la Patagonia defendían sus tierras, sus hábitos, incontaminados por la presunta civilización. A pesar de los sentidos primarios que suscita esta divisoria al plantear una divergencia entre el ellos opresor y el nosotros emancipador, este es un relato despolitizador de la historia. Crea un imaginario gracias al cual el progresismo bienpensante puede solidarizarse con los exterminados y denostar a los militares al servicio de la clase dominante. Pero no dice nada sobre las tendencias más generales de la estructuración de un capitalismo argentino centrado en la agro-exportación, de las extensas relaciones de negociación y conflicto de los grupos originarios con los “cristianos”, de las contradicciones internas a aquellos grupos. Lo mismo puede decirse de los relatos sobre un Mariano Moreno jacobino y radicalizado, o de un Che Guevara heroico y carente de toda mácula. No importa que el relato se pronuncie en plural: las masas gauchas del Interior que defienden el federalismo, o las del Cordobazo como mito originario de una era revolucionaria. Tampoco si, con buenas intenciones, se cuestiona la blanquitud del mito de una Argentina que se proclama europea: con los “pardos” de las invasiones inglesas, los negros de las batallas independentistas, los originarios de las pampas con sus malones o los “cabecitas negras” del “subsuelo de la patria sublevado”.

Es verdad que tanto las tradiciones de lucha o los heroísmos fueron parte de la historia nacional, y lo mismo se puede decir si extendemos la narración más allá de los confines de la Argentina. Pero es igualmente claro que el país contiene desde hace varias décadas una diversidad de hibridaciones y fracturas que es preciso considerar en toda su significación para captar el tipo de sociedad capitalista en que vivimos. Una tarea inmediata es integrar una trayectoria nacional con la trama latinoamericana y diseñar las posibilidades para una proyección de cambio socio-económico y político-cultural fundamental.

Entre dos celebraciones centenarias
En 1910 el líder del Partido Socialista, Juan B. Justo, concibió un texto titulado El socialismo argentino, especialmente preparado para ofrecer el punto de vista de su corriente ideológica en el clima del Centenario. En realidad, el texto era poco original. Retomaba cuestiones planteadas en un texto de 1898 sobre La teoría científica de la historia y la política argentina y otros escritos posteriores. La cualidad del trabajo de Justo residía en que lograba condensar una imagen coherente del pasado argentino (es verdad que carecía de una fuerte base de investigación documental) y la articulaba internamente con la estrategia política socialista. Así las cosas, podía competir con otras representaciones del Centenario, como las de Joaquín V. González, Leopoldo Lugones o José Ingenieros, para mencionar a unos pocos. Hoy carecemos de la capacidad de realizar lo que hizo Justo, sin que interese qué evaluación hagamos, con todo derecho, sobre sus propuestas estratégicas. ¿Quién podría ofrecer desde la izquierda un título parecido: La historia argentina y la política socialista (o si se encuentra el “socialista” demasiado sectario, me conformaría con uno que refiriera a la “política de cambio profundo”)?

Dos son las condiciones principales para presentar la situación cultural y política planteada por los dos siglos de la vida independiente del país. En primer lugar, hacer una composición de lugar del capitalismo argentino y latinoamericano, en el que se aborden sus dimensiones históricas y contemporáneas, los múltiples planos de la realidad y sus lógicas de conflicto. De ese modo será posible articular convincentemente pasado, presente y porvenir, sin escindir la historia de la política. En segundo lugar, replantear las convicciones historiográficas y teóricas para la producción de conocimiento y sentidos capaces de estar a la altura de los tiempos, o más exactamente, para la crítica de nuestra época. Claro que es fundamental visibilizar las luchas de las mujeres, los pueblos originarios y la clase obrera. Pero eso hoy lo podemos hacer en un discurso de resistencia y no como un planteo de “otra” historia nacional y “otro” Bicentenario. No damos la medida. Saber que la posición de resistencia cultural corresponde a la posición de resistencia en lo político nos ayudará a comprender qué tenemos para ofrecer y qué no. Facilitará captar aquellos aspectos positivos de las celebraciones oficiales y aquellos límites que no pueden superar. Quizá el Bicentenario de la Independencia nos encuentre en el 2016 en una posición más ventajosa que la magra realidad de este 2010.

*(Buenos Aires, 1971). Historiador y ensayista. Licenciado en historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente sigue estudios de doctorado en la UBA y en la EHESS (École des Hautes Études en Sciences Sociales, París). Pertenece a los consejos editoriales de Herramienta. Revista de Debate y Crítica Marxista y de Nuevo Topo. Revista de Historia y Pensamiento Crítico. Es docente en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Conicet. Escribe en revistas políticas y culturales. Publicó El sexo de la historia (2000), Cuerpos, géneros e identidades (compilación junto a Paula Halperin, 2000), Carta abierta a Mariano Grondona. Interpretación de una crisis argentina (2003), La trama profunda (2005), La nación futura (2006), Freud y el problema de la historia (2007), Las huelgas bancarias, de Perón a Frondizi 1945-1962 (2008), Historia crítica de la historiografía argentina. Las izquierdas en el siglo XX (en prensa). Ediciones Herramienta publicó en 2008, La nueva generación intelectual. Incitaciones y ensayos.

Fuente: Herramienta

---------------------------------

Síndrome del bicentenario
Por Alfredo Grande
Jueves, 20 de Mayo de 2010 02:12
“donde hubo fuego, no solo quedan cenizas. También quedan anhelos de las luchas del porvenir”
“Hay dos cosas que hacerlas es fácil: el pago y el gatillo”
(aforismos implicados)

"Este es el mejor gobierno de la historia de la patria". El ex presidente habló en un acto del justicialismo en Chacabuco; aseguró que el año próximo se hablará de candidaturas no como quieren "algunos apresurados ahora"; volvió a vincular la situación de Grecia con la de la Argentina en 2001.

El ex presidente Néstor Kirchner participó en un acto organizado por el Partido Justicialista de Chacabuco junto al gobernador Daniel Scioli, los ministros Florencio Randazzo y Julián Domínguez junto a otros funcionarios y autoridades. Allí, Kirchner aseguró que el gobierno de su esposa Cristina Fernández es "el mejor de la historia de la patria". El designado Secretario General de la Unasur destacó que "se está haciendo una administración ejemplar con el pilar del federalismo y la autonomía como base". Además señaló que "si bien falta mucho y hay que corregir errores, se sigue transformando el modelo económico y estamos logrando procesos exitosos como el canje de la deuda que nos va a permitir salir del default". "Hay que pagar las deudas con estas reservas y los mismo que nos dejaron sin reservas en el Banco Central, los que dejaron al país sin reservas, con el corralito y la desocupación en las calles, son los mismos que ahora son la máquina de impedir", subrayó el ex presidente. Sobre Grecia. Kirchner volvió a recordar los sucesos de diciembre de 2001 en la Argentina con lo que en la actualidad pasa en Grecia. "Lo que le pasa a la Eurozona, fundamentalmente a Grecia, España y Portugal, me hizo acordar a la Argentina de 2001, que nos abandonaron en helicóptero y nos dejaron solos", dijo. Contra los medios y la oposición. En una nueva embestida contra sectores de los medios de comunicación y la oposición, Néstor Kirchner dijo: "El país no puede vivir más en el marco de la concentración monopólica. Es muy importante que haya una prensa democrática y que se puedan escuchar todas las voces". Agregó que en la Argentina "hay grupos monopólicos que quieren que la gente vote, pero después quieren gobernar ellos". Al cuestionar otra vez a la oposición, Kirchner señaló que "hay una máquina de impedir, que son los mismos que quebraron la Argentina, son la máquina de impedir; Dios nos libre si esta gente vuelve a conducir a la Patria".

(Diario Clarín 12-05-10)

(APe).- Alguna vez alguien dijo que el pez por la boca muere. No me queda claro si eso incluye a otras especies, incluyendo al pingüino. Una de las mayores paradojas del democratismo de estado de estos tiempos es que toda la oposición toda, se empeña en potabilizar a todo el kirchnerismo todo. Y que todo el kirchnerismo todo, se empeña en sostener un mecanismo que denominaré Síndrome del Bicentenario. Si kirchnerismo es igual a Bicentenario, no faltará que vea a Cornelio Saavedra parecido a Cobos y el perfil de Mariano Moreno con la grandeza del Calafate. Dije y sostengo que el kirchnerismo es una catástrofe cultural, un avance político y un progreso económico. Pero cuando se festeja el des endeudamiento, la caída de los ideales libertarios es sin anestesia y sin red. Primero: no hay endeudamiento a esta altura de los acontecimientos, por todos los pagos realizados, y el juicio a la deuda realizado. Se podría bautizar como rescate de los Bonos Los Mareados, porque pareciera que la deuda emborracha a funcionarios. Total, corte mas, quebrada menos, se baja una deuda que no existe con recursos de todos los que no pueden opinar, porque nuestro democratismo no tiene previsto el plebiscito vinculante. Además, se busca des endeudar al Estado, pero se solicita endeudar a los ciudadanos. Stella y Amore, consumidores posicóticos, son los abanderados de las 50 cuotas, vaselina de largo aliento que no impedirá el ultraje final. Desde el Síndrome del Bicentenario se puede pensar que como De la Rua se fue en helicóptero, nos dejaron solos. Supongo que Néstor y Cristina estuvieron en las calles, donde nadie estaba solo. Por el contrario: la militancia renació, no de sus cenizas, sino avivando fuegos que tampoco se apagaron. No estuvimos solos, aunque si, varias veces mal acompañados. Kostecki y Santillán lo pagaron con su vida. Fuentealba, el Pocho Lepratti, Julio Jorge López, también. Y tantos otros del gatillo siempre fácil. Pero ellos tampoco están solos. Curiosa afirmación que permite pensar desde el Síndrome del Bicentenario que la única manera de estar acompañados es con una plétora de funcionarios y burócratas. Aunque siga siendo cierto que no es bueno que el hombre esté solo, hay compañías que matan. Tampoco es grato pensar en esta revival de la teoría de los dos demonios: el gorila de derecha y el gorila de izquierda. Pero gorilas son todos y todas los que no se incluyan en un frente o contrafrente para la victoria. Como dijo Aníbal Fernández: “a la izquierda de Kirchner está la pared”. Pues bien: seré ladrillo, y además, hueco. Pero si alguien, sea Néstor, Cristina o quien sea, clausura el devenir de izquierda, es lo mas parecido a un pensamiento de derecha que escuché desde el último discurso del cabezón. A la izquierda del gobierno deberá estar la militancia, pero toda la militancia, no solo la que ha sido bendecida por las cooperativas del bicentenario. Otro efecto de este síndrome es señalar que los únicos monopolios son los mediáticos. Monopolio = Clarín. De los otros oligo y monopolios, mejor no hablar en el Bicentenario. El periodista Carlos del Frade señalo que los subsidios a las 200 empresas de economía concentrada, triplican la cantidad de la asignación universal por hijo. El Síndrome del Bicentenario permite alegrarse por el logro de la leche en el mate cocido o el biscocho mojado en la taza. Bienvenida la asignación ante la imposibilidad histórica y política de redistribuir la riqueza y seguir distribuyendo la pobreza. Pero ningún Estado puede sentirse orgulloso de sostener el pasaje de indigencia a pobreza, después de 6 años de gestión y mas de 25 de democracia. La serena humildad es preferible, salvo estados de excitación maníaca, cuando estamos apenas sosteniendo una resignación a la “pobreza light”. Otro efecto del Síndrome del Bicentenario que insistir con mostrar a Grecia, España y Portugal como el “eje del mal”. No sean gorilas, o vean lo que nos (les) va a pasar. Grecia se ha constituído en el cuco del Bicentenario. El 2001 es puesto como un mal ejemplo, algo que no debería suceder. El grito paradojal, y por eso mismo, revolucionario, “que se vayan todos”, ha sido más olvidado que las estrofas libertarias y combatientes de nuestro himno nacional. Las denuncias de la máquina de impedir, no avanzan sobre la denuncias de las máquinas de pedir, o sea, las malditas tragamonedas de Cristóbal López, otro de los hombres del Bicentenario. ¿Qué tiene ver el capitalismo serio con el capitalismo joda de los casinos, bingo, lotería, raspaditas, empomaditas y otras pestes? Pero donde el Síndrome del Bicentenario hace estragos es cuando el actual secretario general de la Unasur, afirma que “el gobierno de mi esposa es el mejor de la historia de la patria”. Faltaba agregar: “¿no es cierto, querida? Primero: no es posible saberlo, porque la historia continuará. Aunque la afirmación de Néstor choca con mi certeza de que el gobierno de Juan Domingo Perón (del 45 al 51) es el paradigma del Estado de Bienestar. Pero Néstor, sobreactuando varios roles (ex presidente, marido, presidente del PeJota, secretario Unasur,) decreta con necesidad y cierta urgencia que es “el mejor de la historia” a pesar que este gobierno aún no entró en ella, es decir, en la historia. Ya basta: denostamos durante décadas el culto a la personalidad. No es lo mismo un ideal que una idealización. Pero la tentación bicentenaria de construir pensamiento único, es también un ejercicio monopólico. Y no son pocos los recursos que tiene el Estado Unitario que negocia votos por coparticipación. ¿Entraremos en la bipolaridad “TN / 678”? Dos únicos pensamientos es una variante encubridora de otro pensamiento único. La valiente tradición de las izquierdas queda obturada, quizá por errores del presente, pero seguramente por aciertos del pasado.

Donde el Síndrome del Bicentenario quedará cristalizado es en la letra del Himno Nacional Argentina. La valiente letra de Vicente López y Planes quedó castrada por imperio de la madrastra patria. Ya nadie canta: “pero sierras y muros se sienten, retumbar con horrible fragor: todo el país se conturba con gritos, de venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la envidia, escupió su pestífera hiel, su estandarte sangriento levantan, provocando a la lid mas cruel”. Los gauchos la cantaban llorando y bailando, y templaban su espíritu revolucionario. Llegamos al Bicentenario sin Fondo Monetario ni Frente Proletario. Pero al menos, una convicción late. La derecha fascista no volverá a conducir a la Patria, como teme Néstor Kirchner. Pero en modo alguno porque Dios así lo quiera, sino porque los nadies estarán para impedirlo.

------------------------------
El bicentenario: historia para hacer un país
Antes que nada es necesario decir que estos 200 años no es mucho en la historia de la humanidad y tampoco lo es en la de un país. Ni siquiera lo es a nivel del continente que de tradición europea explayándose sobre sus tierras lleva poco más de 500 años. Pero si consideramos a los pueblos originarios entonces la historia cobra otra intensidad, otra profundidad y a la vez, se redimensiona la presencia blanca sobre estas latitudes. He aquí la gran omisión en el pensamiento generalizado en estos 200 años, pues toda la complijidad del proceso nacional a través de la paulatina consolidación del Estado capitalista se hace posible condenando al olvido y la tergiversación la cosmovisión y la historia de los pueblos autóctonos. La eliminación, desaparición de sus miembros y la manipulación, clientelismo y utilización partidocrática de los sobrevivientes. Salvo, aquellas comunidades que han tratado de permanecer fieles a la tradición de lucha por su autoctonía e independencia, incluso proponiendo la plurinacionalidad.

Desde esta perspectiva, pueblos como Hersilia, no existían cuando fue la Revolución de Mayo, ni menos en el imaginario indio. Desde 1810 hasta la fundación del pueblo tuvieron que pasar 80 años, y la posibilidad vino de la mano de la expansión capitalista europea y sus consecuentes migraciones y nuevas conquistas ligadas a la necesidad, de las elites nacionales, de contar con personas formateadas en la operación civilizatoria eurocéntrica, judeo-cristiana. Pero en nuestro pueblo, la temporalidad de los sucesos cobran otra perspectiva, la de la rutina conservadora de fuerte raiz cultural en lo agro ganadero. Es difícil dimensionar nuestra historia como proceso. Poder comprendernos como parte reciente de una etapa de la colonización territorial de la nación, como un momento que no tiene más de 4 generaciones de intervención, donde la mayoría de los adultos que gobiernan las instituciones son nacidos cuando nuestro pueblo apenas tenía 60 o 70 años de vida, es decir, cuando todavía vivían algunos de los que pertenecían a la 2º generación de habitantes. Y si bien, los rostros morenos, mestizos, presagio de ser anteriores a las camadas inmigrantes de finales de 1800 y principios del 1900, son muchos entre los que conforman la ciudadanía de hersilienses, la cuestión india no existe como mensión, como recuerdo, como posibilidad siquiera, menos como presente. Pero allí están, en general, formando parte de las filas de los derrotados culturales, de los derrotados y ausentes de la narración histórica pero sobre todo, los derrotados en la tenencia de las tierras, en el trabajo, en la educación, en la salud.

Quisiera ahora referirme a dos cuestiones del acontecimiento de mayo vinculado a nuestra realidad. El plano ideológico y el político de la misma.

Desde lo ideológico es pertinente decir que en el período neoliberal, es decir, estos últimos 30 años de capitalismo, se ha tratado de quitar sistemáticamente el sentido todalizador y de las múltiples contradicciones que tiene la historia. Sólo vale lo que siente el “mercado”. Los trabajadores, los inversionistas, los consumidores televisivos, el Estado, todos han de mirar día a día qué quiere, qué desea, cómo se siente el “mercado”. Está por morir: hay que salvarlo; está en baja: hay que subirlo; está enojado: hay que calmarlo; está en suba: hay que alentarlo. No importa si hay o no trabajo, si hay o no sistema de salud o educación de calidad y calidez para todos, si hay comida variada y abundante o escasea, sólo vale el “mercado” y lo más triste es que la mayoría de los habitantes del mundo y de nuestro país, no somos el cuerpo del “mercado”, ni siquiera su apéndice somos y si lo fuimos, hace mucho nos extirparon. Si bien vale la mensión, a riezgo de no parecer miopes, de que la etapa kichrnerista ha intentado retomar el discurso largo de la historia a la vez que ensaya, o mejor dicho, imita, una totalización que en la realidad se traduce como farsa política, como verso ideo programático lejos de praxis acordes con la prédica. Así las cosas todo es de “derecha” y la izquierda sólo existe en los que se posicionan en la esquina diestra de la “derecha global”. Quienes se posicionan como antagónicos al neoliberalismo capitalista ya no son de izquierda, sino las nuevas generaciones que intentan globalizar una historia radicalmente diferente, ellos son los que Raúl Zibechi llama comunitarios. En el “mercado” todo y todos tienen precio, son mercaderes mercenarios. En la “comunidad” todo y todos son comunitarios y abunda la gratuidad. Pues no hay dinero que alcance para cotizar una vida, la vida. Esta categorización tajante sirve sólo a los fines de clarificar tendensias, pues sabemos bien que la gratuidad como tal es difícil en un mundo donde el paradigma dinero-intereses-deuda-explotación-control-poder-dinero reina a por doquier. Incluso en aquellas experiencias más radicales el dinero está como amenaza. Una comparación analógica sería lo que Saramago dice respecto a que no puede existir ateísmo en un mundo, donde la cultura con Dios incluido está presente, más allá de que se crea o no. Lo mismo sucede con el dinero, su poder funciona por presencia o por ausencia.

El neoliberalismo, al tornarse ideología única, hoy con muchas variantes y propuestas pero con la misma raíz y el mismo telón de fondo, nos interpela a pensar y actuar de maneras radicales dialécticamente opuestas a él y nos lleva a politizar sobre manera la cuestión ética, no sólo en términas de corrupción ligada a dineros, puestos e influencias sino a ideas, articulaciones, vinculaciones y prácticas. Ya no es justificativo de una articulación poco clara y ambigua entre organizaciones políticas el tener fines humanitarios, altruistas o convenientes, es tiempo de asumir soledades si es necesario, de perseverar y recrear modos y buscar profundamente al otro que desea e intuye que es de otra manera. Hubo hombres y mujeres de mayo que, si bien perdieron la batalla ideológico política general, por sus osadas intransigencias lograron que la revolución aunque inconclusa, sea revolución y no una mera revuelta sin mayores resplandodres que algunos cambios de nombres y nada más. Si se llegó a la declaración de 1816 fue por estos hombres y su reserva ética frente a los que sólo pensaron eternizar convenientes coyunturas.

El pensamiento único neoliberal incluye dentro de sí variantes diferentes, por lo que no necesita ni da lugar a lo otro totalmente diferente a ella pues con las variantes que posee se basta a sí misma. Es lo que Perón descubrió y aplicó precozmente en sus gobiernos(sobre todo a partir del segundo): Perón y por tanto luego, el mismo peronismo, puede ser la izquierda y la derecha a la vez, puede ser gobierno y oposición/es(a la vez). Oposición que luego será gobierno pareciendo tergiversarse a sí mismo. Pero no es ninguna tergiversación, es el complejo movimiento dentro de los límites de una regla general: la ganancia que da el poder, el poder que da ganancias.

En este marco, la conmemoración de los 200 años hecha desde el paradigma neoliberal, de nuestros gobiernos y este Estado, es simple y llanamente una continuidad de aquellos que estando en y propiciando la revolución, luego la sujetaron y la hicieron a su medida. A la medida de sus intereses de elite. Por eso no preponderaron la ideas de Moreno, Belgrano, Castelli, Monteagudo y luego San Martín. Por eso hoy no se celebra la revolución como una manera de tomar ánimos en el presente para reinventarla año tras año ni tan sólo para desafiarnos a pensar nuestro país en perspectiva futura: de aquí al bicentenario de la declaración de la independencia ¿de quiénes tendríamos que declararnos independientes nuevamente? ¿qué necesitamos para esa independencia? Sin estas preguntas y sin preguntarnos hoy para qué y por qué es necesario reinstalar la pasión revolucionaria de los éticos de mayo, celebramos lo que fue dado como dado, como terminado cuando sabemos que un país no es porque lo nombraron y limitaron ni una independencia se construye con sólo declararla.

Así, desideologizada, la conmemoración del Bicentenario es a la patria lo que una celebración eucarística es a los católicos: un rito despojado de su espíritu, una actuación sobre la realidad para que realmente ninguna revolución/resurrección suceda.

En la plaza de Hersilia el Presidente de Comuna en su discurso dijo que seguirá trabajando por el progreso. Claro, quien no quiere hoy ser o parecer progresista. Aunque el progresismo, hay que decirlo, no es más que la versión con cara de seria de algo que nadie domina: las reglas del “mercado”. Por esto mismo ser progresista es un término eminentemente de derecha. ¿Quién puede decidir si en su territorio se producirá esto o aquello, de esta forma o de otra? ¿quiénes son los que trabajan según se les dicta o se les deja como posibilidad y quiénes proponen, piensan y trabajan por modo propios de autoexistencia?
En lo político seremos sucintos. ¿La Revolución de Mayo con quiénes rompe y con quiénes se junta? ¿Cómo y de qué carácter son las nuevas relaciones con aquellos que se sigue articulando? Hasta 1816 se hacen cosas con libertad de España pero se firman en nombre de ella. Se vive una fuerte dualidad mientras se acomodan las nuevas figuras y formas del poder local. Luego, ya decidida la independencia todo está dispuesto para elegir libremente: se elige ¿de quienes depender, de quiénes ser libres o se redimencionan las dependencias y las libertades? ¿eligen todos, algunos o muy pocos? ¿se elige la independencia en lo político, lo ideológico y lo metodológico o sólo en alguno de estos aspectos?
Hoy, en lo político: ¿Quiénes y con quiénes se celebra el Bicentenario? El centenario fue con presencia de Presidentes Europeos, los padres de la dominación. 2010, con Presidentes Latinoamericanos, hermanos en la permisividad de los dominantes y algunos con variantes por su timoneo fuerte desde el Estado, de los procesos capitalistas internos. Qué es lo igual: qué en cada acto el protagonismo es de Presidentes, Mandantes, Jefes y jamás del pueblo. Dónde está la gente haciendo la fiesta, celebrando su independencia y gestando libre y creativamente sus ideas. ¿El pueblo estuvo presente en el bicentenario?: sí. ¿Presente como cosntructor de una memoria revolucionaria para una argentina que lo sigua siendo o en la forma de una multitud amorfa, espectadora? ¿Se puede celebrar un acontecimiento revolucionario y vivir en un sistema que no lo es y pretender además, que esta bien así como está este? Recuerdo del Billiken y de la escuela primaria la frase:“el pueblo quiere saber de qué se trata”. Querer saber de qué se trata, hoy como ayer, habla al menos de que hay quien piensa y hay quienes son pensados, hay quien planea y quienes son planeados, hay quienes hacen y hay quienes son hechos. ¿Son los votos sufientes para que en ellos se decida todo lo que luego sucederá en 6 años?
Yo, eso: no lo festejo, porque no es revolucionario y menos, una actitud de país independiente. Porque un país es independiente sí sus ciudadanos lo son. ¿Independientes de qué y de quiénes?, libres de qué y cuánto?, ¿argentinos pará, para quiénes, con quiénes?. Pensemos en todos los que componen nuestra patria, en cómo están, en qué piensan, qué los apasiona en el vivir y para vivir esta Argentina.

Escribo esto en la poca historia que tengo y que tenemos, porque es mucha historia y mucha deuda, es mucha alegría pero también hay muchas vergüenzas. Porque me senté una vez más y no un año cualquiera, sino en el del Bicentenario: como ese que no sabe de qué se trata hasta que te pasan el programa de lo que va a pasar, lo que van a hacer para mí: aunque a mí nunca me preguntaron.


  • Los ciudadanos de Andalgalá saben de qué se trata: por eso los reprimieron. En nombre del Estado libre y democrático.

  • Los pueblos fumigados de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos saben de que se trata, por eso demoran leyes, hacen trampas ministeriales y falsean investigaciones para desacreditar a los científicos más serios del país.

  • Los obreros saben de que se trata eso de la explotación: por eso les dan aumento en migajas y los ningunean y les corrompen sus sindicatos y les jaquean sus leyes laborales.

  • Los pobres saben de qué se trata eso del hambre y la marginación y la acumulación de los ricos: por eso le dan planes a medida de sus quejas, para que no molesten ni se les ocurra revolver el avispero para que la miel sea para todos.

  • Las villas saben que tarde o temprano vendrán por sus tierra para torres y complejos: por eso les prometen viviendas con nombre de dignidad en cualquier parte lejos de la vida o los sacan a tirones.

  • Los campesinos santiagueños, cordobeses o salteños saben que van por sus tierras históricamente comunes porque la soja compra edificios, mueve industria japonesa y da viajes de placer a mansalva: por eso ni un medio los hace noticia y el gobierno no aplica leyes veinte añales ni derechos y le deja la zona liberada a la policía y los jueces corrompidos para actúen según el pedazo de la ley que les da ganancia.

  • Los jubilados saben…

  • Los adolescentes y jóvenes de las barriadas argentinas saben…

  • Los pueblos originarios saben…

Por eso no pueden dejar que la democracia sea plena, que cada uno se presente y no necesita un tergiversador que lo re-presente. Por eso la justicia ha legalizado los derechos blancos que tienen vigencia desde que los ganadores armados son los dueños de más de la mitad de todo.

Por eso la leyes valen para quien las puede pagar y lo que rezan es tan lejano de la organización que debe aplicarlas que es imposible, si es buena ley, que sea a la vez buena en la vida.

Por eso la Revolución de Mayo se debe a sí misma el debate ideológico que quedó trunco en sus primeros años: asesinando a Moreno, juzgando a Castelli, despreciando y contrariando a Belgrano y sus propuestas, contradiciendo y obstaculizando, luego obligando al exilio a San Martín, Matando a Dorrego, etc, etc, etc…

Por eso la Revolución de Mayo es para celebrarla pero sobre todo es materia debatiendose entre las mezquindades y los sueños del presente. Es historia para aprender y festejar, pero sobre todo historia para seguir, construir y revolucionar.
                                                                                  Fernando Albrecht

-------------------